En el Informe Global de Internet de Internet Society. Consolidación en la economía de Internet (2019) , la Internet Society (ISOC) destaca la importancia de las ventanillas únicas en el desarrollo de la economía de internet.
Las ventanillas únicas indudablemente reportan grandes beneficios a los usuarios de internet. En el informe, ISOC señala que simplifican la navegación de los usuarios y, considerando la pobre alfabetización digital que impera en no pocos países, ello representa una relevante aportación.
Sin embargo, para millones de usuarios, las ventanilla únicas reducen internet en un limitado número de opciones.
Por ejemplo, un solo buscador (Google), un servicio de canales de video (YouTube), un gran centro comercial en línea (Amazon), una red sociodigital (Facebook) -la cual, además adquirió WhatsApp-, un solo servicio de mensajes breves (Twitter)-, y tres proveedores de sistemas operativos (Microsoft, Apple y Google).
Un pequeño grupo de empresas estadounidenses y chinas maneja la economía de internet.
Google domina más de 90% del mercado de búsqueda global, más de 60% de navegadores web, tiene el sistema operativo móvil más utilizado en el mundo (Android), más de 1,500,000,000 de personas usan Gmail como servicio de correo electrónico. Además, es dueño de la mayor plataforma de videos generados por los usuarios (YouTube).
Faceobook y Google controlan 84% del mercado mundial de publicidad digital -con excepción de China-; Amazon domina más de 50% del gasto minorista en línea en Estados Unidos; Alibaba controla cerca de 60% del comercio electrónico en China, Tencent es dueño de WeChat, la plataforma de redes sociales más grande de China, con más de mil millones de usuarios activos mensuales.
El valor combinado de las acciones de Google, Apple, Facefook y Amazon (GAFA) supera al producto bruto interno de Francia.
Las ventanillas únicas pueden obstruir el ingreso de nuevos competidores a la economía de internet y, además, pueden anteponer sus intereses al desarrollo de una internet abierta, colaborativa e interoperable. (Internet Society, 2019).
Los datos. El nuevo petroleo
Las marcas que dominan la economía de internet también han sido designadas como barones de los datos y, juegan un rol protagónico en la disolución digital de nuestra privacidad.
En la economía de internet, la gente ha perdido el control sobre sus datos personales.
La omnipresencia de Google le permite saber cuándo estamos conectados a internet y cuándo no. Erich Schmidt reconoce: “Sabemos dónde está usted, sabemos dónde estuvo y sabemos más o menos en qué está pensando”.
En Facebook, las cosas no son distintas. El usuario no es el cliente, en realidad es el “producto”. Al amparo del argumento de “conectar al mayor número de personas”, el imperio Zuckerberg se extiende a partir del uso que da a los datos personales de los usuarios.
La fórmula que han implementado los barones de los datos funciona a la perfección: acumular información de los usuarios les permite confeccionar algoritmos más precisos; de los algortitmos más precisos se desprenden ambientes más amigables, que mejoran la experiencia del usuario, quien permanece más tiempo en la plataforma, dejando mayor cantidad de datos.
Acumular toda la información posible no es un ejercicio ocioso. Es imposible tomar decisiones sin datos oportunos y confiables. La gestión del conocimiento solo es posible a partir de la cantidad y la calidad de la información disponible.
Por supuesto que la información no es conocimiento. Para convertir la información en conocimiento, los barones de los datos recurren a Big Data y la Inteligencia Artificial (IA).
A partir del reconocimiento de patrones, se procede a la microfocalización. De ésta se desprende la producción de mensajes personalizados a las audiencias meta.
La edad de la publicidad y de la propaganda genérica parece superada. La nueva persuasión, sustentada en complejos algoritmos, responde al propósito de modificar los hábitos y comportamientos de los destinatarios.
Brittany Kaiser, quien se desempeñó como consultora en la firma Cambridge Analytica (CA) y fue protagonista del documental de Netflix "Nada es privado", en el libro "La dictadura de los datos" (2019) reveló como Cambridge Analytica recurrió al análisis psicográfico profundo para desplegar efectivas campañas propagandísticas.
En la campaña presidencial de Donald Trump, por ejemplo, la participación de CA fue determinante en el resultado.
Algunos de los principales barones de los datos respaldaron a CA en la detallada ingeniería conductual del electorado estadounidense. Facebook, por ejemplo, a través de la generación de anuncios oscuros -contenido que solo determinadas personas pueden ver en sus redes sociales-.
También en la elaboración de mensajes propagandísticos personalizados, colaboraron con CA firmas como Twitter, Snapchat y Google.
México 2018
CA pretendió extender sus operaciones a México. Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump, recomendó a CA con Luis Videgaray.
Kaiser incluso atribuye a CA el triunfo de Alfredo del Mazo en los comicios celebrados en 2017 en el Estado de México. Incluso CA, a través de Kaiser, elaboró “estrategias” con firmas demóscopicas que se distingueron por presentar encuestas sumamente favorables a Peña Nieto como candidato a la presidencia de la República en 2012: Mitofsky y Parametría.
CA ofreció a los negociadores de Peña Nieto mejorar la imagen del PRI y destruir la de López Obrador mediante técnicas similares a las desplegadas contra Hilary Clinton en Estados Unidos en las elecciones presidenciales celebradas en 2016. mejorar
Sin embargo, CA no consiguió manejar la campaña a la presidencia de José Antonio Meade, debido a que Enrique Peña Nieto impuso a Alejandra Lagunes Soto Ruiz como responsable de las redes sociales del candidato a la presidencia del PRI. Meade no fue capaz de negarse.
Lagunes obstruyó a CA. No sin cierta arrogancia, su equipo afirmó ser capaz de realizar todos los “servicios” que CA ofrecía. El PRI ofreció la suma de 7 millones de dólares a CA para rechazar posibles ofertas de otros candidatos a la presidencia.
El gobierno de Peña Nieto destinó gran cantidad de recursos públicos a dos estrategias digitales. Ambas, representaron un costoso fracaso.
La segunda “estrategia” -fuera de la coordinación que Peña Nieto entregó a Lagunes- respondía al propósito de establecer una positiva imagen del gobierno de Peña Nieto en el ciberespacio y, para ello, recurrió a empresas dedicadas a la generación y administración de granjas de bots y trols.
La firma Agavis Digital, por ejemplo, empresa formada por amigos de Alejandra en su paso por Televisa, conseguió más de 131 millones de pesos en adjudicaciones directas. Ni siquiera tenía que concursar para ganar contratos.
México 2020
El presidente López Obrador al llegar a la presidencia había calificado a las redes sociales como “benditas”. Sin embargo, ahora lamenta la forma como los enemigos de la Cuarta Transformación (4T) han venido empleado las redes sociales, particularmente durante la pandemia.
Los reclamos expresados por Jenero Villamil a los barones de los datos son pertinentes. ¿Por qué tendrían que apartarse del comportamiento que han observado en Estados Unidos? ¿Por tratarse de México obrarían distinto? Impensable.
Sin embargo, el gobierno de López Obrador también ha incurrido a prácticas objetables para influir en la opinión pública digital. Algunas han sido documentadas por Signa Lab y el equipo de la investigadora Rosssana Reguillo en el ITESO, Universidad Jesuita en Guadalajara.
Son tiempos de desconcierto y, no pocos oportunistas que pretenden influir en la opinión pública digital, apelan a los institos más básicos, la incitación al miedo, la manipulación y, lo hacen a través de la conocida proliferación de noticias falsas, bots, trols.
Las tendencias de opinión que consiguen establecer resultan tan artificiales, como efímeras e intrascendentes.
En México, nuestra clase política parece aún no entender la importancia de la inteligencia artificial, Big Data y la microfocalización.
Más allá de los reclamos expresados por voceros del actual gobierno a los barones de los datos, el gobierno de López Obrador podría desplegar acciones mucho más efectivas.
Por ejemplo, impulsar efectivas políticas públicas para garantizar al usuario de internet un mayor control sobre el uso de sus datos personales en México. Esa sería una atinada respuesta a los excesos en los que suelen incurrir los barones de los datos.