El martes 12 de septiembre, el Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos y una coalición de 38 fiscales generales estatales dieron formal inicio al juicio antimonopolio contra Alphabet, la empresa matriz de Google (GOOL.O).

Este es el primero de dos casos importantes que abrió el Departamento de Justicia (DOJ) contra Google.

El 24 de enero el DOJ acusó a Google de monopolizar ilegalmente el mercado de tecnología publicitaria (adtech), apartándose de lo dispuesto en las secciones 1 y de la Ley Sherman Antimonopolio de 1890. Ese juicio dará inicio en 2024.

En la demanda relativa al motor de búsqueda -que fue presentada originalmente el 20 de octubre de 2020-, y que dio formal inicio el pasado martes, se afirma que Google estableció y desarrolló ilegalmente un monopolio para su negocio de búsquedas en la Web, al formar alianzas con fabricantes de dispositivos y navegadores para utilizar su motor de búsqueda como la opción predeterminada.

El juez designado para llevar tan delicado caso en el juzgado número 10 de los tribunales federales en Washington es Amit Privayadan Mehta, quien nació en Patan, India. En 2021 Mehta se convirtió en juez del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos.

Se estima que el juicio podría durar 10 semanas. Si la sentencia no es favorable a Google, la firma podrá recurrir a un tribunal de apelaciones y, posteriormente, de resultar nuevamente desfavorable, a la Corte Suprema como última instancia.

Según Kenneth Dintzer, fiscal del Departamento de Justicia y encargado de ofrecer los alegatos iniciales, la posición dominante que ha alcanzado Google es resultado de haber celebrado acuerdos anticompetitivos y excluyentes.

Dintzer afirmó: “Hace dos décadas, Google se convirtió en la niña bonita de Silicon Valley como empresa emergente con una forma innovadora de buscar en la incipiente internet. Ese Google hace tiempo que desapareció. El Google de hoy es un guardián monopolístico de internet y una de las empresas más ricas del planeta”

Según el fiscal, Google paga más de 10,000 millones de dólares al año a fabricantes de dispositivos como , compañías de telecomunicaciones como AT&T, e incluso a compañías dedicadas al desarrollo de navegadores como Mozilla.

Google además manipula las subastas de anuncios en Internet para elevar los precios a los anunciantes.

John Schmidtlein, el principal abogado en la defensa de Google, afirmó que el dominio de Google es consecuencia de la calidad que arrojan los resultados de búsqueda.

Si bien algunas empresas con las que Google tiene relaciones comerciales pueden ubicar a Google como el motor de búsqueda predeterminado en los dispositivos y navegadores que comercializan, los usuarios también pueden modificar la opción predeterminada a partir de algunos clics.

Schmidtlein además destacó que las búsquedas de los usuarios de Google son gratuitas y, por tanto, brindan un beneficio directo a los usuarios. "Los usuarios hoy tienen más opciones de búsqueda que nunca".

El caso se reduce a establecer si el comportamiento de Google ha perjudicado a los usuarios a través de un monopolio que creó y desarrolló ilegalmente.

Google efectivamente recopila y utiliza datos de los usuarios. Con base en los datos obtenidos Google genera un algoritmo mejor, el cual atrae a una mayor cantidad de usuarios, quienes dejan a Google mayor cantidad de datos. Entonces Google genera un algoritmo mejor, y así hasta el infinito y más allá.

Kenneth Dintzer designó este proceso como un "bucle de retroalimentación".

El problema que enfrenta el Departamento de Justicia radica en que todas las Big Tech efectivamente incurren en el empleo del referido "bucle de retroalimentación". Por ello el juicio contra Google podría determinar un profundo cambio de sentido en Internet.

Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Alphabet, en el blog de Google deslizó las tesis centrales que Google podría asumir en su defensa: la gente usa Google porque es útil y el gobierno está castigando nuestro éxito.

En 1974, el gobierno de Estados Unidos consiguió dividir a AT&T. Ello permitió generar un entorno favorable para el desarrollo de la telefonía móvil.

En 1998, el gobierno estadounidense también llevó a juicio a por abusar de la posición de dominio de su sistema operativo Windows para imponer su navegador Explorer. De esa manera Microsoft logró imponerse sobre Netscape.

El litigio contra Microsoft ocurrió en la transición del gobierno del presidente William Clinton al gobierno del presidente George Bush, quien perdió interés en el caso.

El gobierno estadounidense no consiguió dividir a Microsoft, pero logró desplazar a Bill Gates como CEO de Microsoft. Restar fuerza a Microsoft favoreció el desarrollo de nuevas opciones en Internet.

Por supuesto que el comportamiento empresarial de Google no precisamente se distingue del “ejemplar” comportamiento que históricamente han observado las demás Big Tech. Sin embargo, debemos tener presente que, en la Unión Europea, a Google le han impuesto las tres multas más altas de la historia por prácticas anticompetitivas.

El juicio que enfrenta Google será objeto de un amplio seguimiento mediático, no solo por tratarse de Google, además, porque serán llamados a declarar algunos de los más influyentes personajes en Sillicon Valley.

El buscador de Google se ha chatarrizado. El conformismo resultó tan evidente como alarmante En los resultados que arroja el buscador abunda la publicidad y es muy pobre la información efectivamente útil.

ChatGPT sorprendió a Google en su letargo. Me parece que demoró mucho en introducir Bard.

En Google hoy dominan los marketineros de Sillicon Valley. Ellos parecen definir el rumbo de la compañía y no los brillantes ingenieros que concibieron el buscador de información en línea más relevante en la historia de Internet.

El juicio contra Google podría establecer un parteaguas en la historia de Internet.

Algunas personas consideramos que es necesaria la estricta aplicación de las leyes antimonopolio. Ello debería frenar los abusos que acostumbran cometer las Big Tech.



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