Mario Maya Olvera
La democracia es una forma de organización social en la cual el poder reside en la sociedad: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Si bien todos tenemos opiniones y perspectivas diferentes acerca de temas diversos, el ideal de los sistemas democráticos es escuchar e implementar la visión de la mayoría considerando los derechos e intereses de las minorías.
En este sentido, la participación ciudana, entendida como el grado en que la ciudadanía se involucra en asuntos de interés público para definir agendas que afecten sus intereses, para fortalecer aquello que está bien y, sobre todo, para denunciar lo que está mal, es parte de los elementos más importantes para el funcionamiento efectivo de los Estados democráticos. Cuanto mayor sea la participación ciudadana, mayor será el nivel democrático.
Por el contrario, sin la participación ciudadana los sistemas democraticos pierden representatividad, legitimidad y, por lo tanto, pierden su sentido de ser. En otras palabras, el involucramiento de las personas en temas de interés público es fundamental para promover condiciones de dignidad y de justicia, dos elementos básicos de la seguridad pública que sirven para generar contextos de armonía y bienestar.
No obstante, en muchas ocasiones, debido a circunstancias de exclusión o por simple apatía, la ciudadanía se ha visto poco participativa en asuntos de interés público, sobre todo, en aquellos relacionados con la seguridad pública y la cultura de la denuncia. La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) 2012 demostró que el 62% de las personas está poco interesado en los problemas de su comunidad y el 71% declaró nunca haber asistido a reuniones para resolver problemas de su comunidad.
Si bien en México existen los medios necesarios para que los ciudadanos, a través de denuncias, declaren alguna acción ilegal o injusta, es común escuchar que algún delito no se denunció por temor a represalias, por el tiempo que implica ir a los ministerios públicos o por la poca confianza que existe en las autoridades.
En la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Inseguridad Pública (ENVIPE) 2019 se menciona que los temas que más preocupan a los ciudadanos son: la inseguridad (67.2%), el desempleo (32.8%) y el aumento de los precios (28.1%). Sin embargo, la misma encuesta reflejó que de los 33 millones de delitos estimados en 2018 sólo se denunciaron 10.6%. En 93.2% de los delitos cometidos no hubo denuncia o no se inició carpeta de investigación. El 63.2% de las personas no denunció por causas atribuibles a la autoridad, de estas, el 31.7% no denunció por considerar que esto era una pérdida de tiempo y el 17.4% declaró no haber denunciado por desconfiar en la autoridad.
Si bien es necesario y urgente que el gobierno y sus instituciones trabajen para mejorar la calidad en la atención a la ciudadanía en los procesos de procuración de justicia, la responsabilidad que tenemos como ciudadanos de denunciar cualquier tipo de acto delictivo es inherente.
A través la ENVIPE, el instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) calcula el porcentaje de delitos captados, por aquellos en los que no se inició una averiguación previa o carpeta de investigación: la cifra negra. Con base en la última encuesta se calculó que, de los 33 millones de delitos estimados en 2018, el 93.2% no terminaron en una carpeta de investigación.
En este contexto vale la pena preguntarnos, ¿por qué denunciar es importante? Conocer el mayor número de delitos permite dimensionar con mejor precisión la inseguridad del país y, por lo tanto, mejorar las estrategias y acciones para combatir la delincuencia.
Cuando denunciamos un delito apoyamos ampliamente a la autoridad al proporcionar el insumo principal para comenzar una investigación, a partir de la cual, se obtendrá información para diagnosticar, estructurar el problema y desarrollar acciones para resolverlo.
La denuncia es un elemento esencial para el cumplimiento de las leyes, y para el adecuado actuar de los responsables de impartir justicia. Así, la participación ciudadana y la cultura de la denuncia son factores que, además de promover la vinculación entre la sociedad y el gobierno, son fundamentales y necesarios para fortalecer las estrategias en materia de prevención del delito y seguridad pública.
La participación ciudadana a través de denuncias es un factor vital que “da mayor cohesión social frente a las redes delictivas y a la impunidad imperante” (1). Así pues, la seguridad pública no se reduce únicamente a la actuación de la polícia frente a los delincuentes, sino más bien, se trata de un tema social que nos involucra a todas y a todos.
Debemos fomentar una actitud preventiva en los espacios locales. Por muy deteriorado que este el nivel democrático y que exista una crisis de seguridad, debemos evocar y procurar el sentido de comunidad y pertenencia que fortalece la capacidad de las personas y grupos sociales para manejarse con normas colectivas a partir de la construcción de redes de confianza, empatía y reciprocidad. Si bien lo que hacemos tiene repercusiones en la vida de los demás, la omisión de algunos actos, como el no denunciar, tiene consecuencias aún más importantes.
Vivimos en un Estado democrático que se define por el nivel de involucramiento de las personas en los temas de interés público. Tengamos presente que somos parte de un todo, y que todas y todos anhelamos tener una vida plena con garantías de seguridad y bienestar. Por ello, no debemos olvidar el compromiso y la responsabilidad que tenemos para fortalecer y promover aquello que está bien pero, sobre todo, denunciar y corregir lo que está mal.
Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
@MarioMayaol
1 Isunza Vizuet, Georgina; Hernández Esquivel, Juan C., Seguridad pública y participación ciudadana en el Distrito Federal. El Cotidiano, 17, 105-119, 2001.