El pasado 27 de abril, el gobierno de Ciudad de México lanzó el sitio Registro Público de Personas y Agresores Sexuales, que se puede consultar en el siguiente enlace: https://registroagresores.cdmx.gob.mx/. Ahí se hace público el registro de personas agresores sexuales. Si bien en México este tipo de iniciativas aparentan ser innovadoras, en realidad no lo son. Se ha discutido en el mundo desde hace más de 30 años.
Abrir la información es fundamental para empoderar e instruir a la ciudadanía para tomar mejores decisiones. Sin embargo, esta supuesta apertura de información es un problema en la forma como se diseñó y se implementó. Parece que se diseñó ignorando todas las discusiones previas en la materia: un sitio que carece de contexto y con el único objetivo de cumplir con lo señalado en la Ley del Registro Público de Agresores Sexuales de la Ciudad de México.
A cinco meses de su publicación, se percibe que la herramienta fue simplemente delegada a la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP). La ADIP se encargó de desarrollar un sitio web de consulta, que al día de hoy aún cuenta con errores ortográficos. El hecho de que el delito feminicidio esté escrito como “femenecidio” (sic) habla de la premura y descuido al diseñar esta herramienta.
Adicionalmente, y como consecuencia de delegar esta herramienta a un tercero, se aprecia la ausencia de instituciones que tendrían que estar involucradas en la presentación de la información, así como en los datos adicionales que se encuentran en la plataforma. Estas son el Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México y las organizaciones de la sociedad civil, que tienen como objetivo la reinserción social.
En un país donde sistemáticamente se ha debilitado la reinserción social, al punto de casi volverla un mito, una herramienta de este tipo, descuidada y carente de información de consulta para las víctimas, no abona. Esto no implica una defensa a quienes cometen estos delitos ni que este tipo de herramientas no sean necesarias; mas este tipo de herramientas, sin una estrategia de rehabilitación e información, son un retroceso.
Dos cambios que podrían realizarse en el corto plazo serían (1) la corrección de la interfaz que tiene errores y que no permite la búsqueda de individuos, y (2) la inclusión de información de otras plataformas en las que supuestamente fue basada esta aplicación, como es el caso del “National Public Sex Offender Website” ( https://www.nsopw.gov/ ) en Estados Unidos.
Este sitio contiene información sobre ¿cómo prevenir agresiones sexuales? ¿cómo identificar casos de agresión sexual o agresores sexuales? y ¿cómo responder ante estas acciones? Además, este sitio matiza que sí es posible la rehabilitación de este tipo de agresores, así como las acciones realizadas por el gobierno de los Estados Unidos para rehabilitar y reinsertar socialmente a los agresores sexuales.
Habría que cuestionar la naturaleza de estas herramientas como lo propone la organización civil Balance, repensar la forma en la que estamos entendiendo la justicia, y buscar alternativas que tengan una visión menos punitiva. Por el contrario, es preferible buscar acciones que tengan como objetivo una justicia restaurativa para las víctimas, rehabilitar y procurar la reinserción social de todo tipo de victimarios.
@datero_mexa