En los últimos años, la antropología social ha adquirido particular interés en los procesos judiciales, principalmente, porque mediante su corpus científico favorece a la comprensión de los delitos, sus porqués, el cómo suceden y su contexto, las relaciones que se establecen entre ciudadanos, así como aquellos que permiten volver familiar lo extraño y extraño lo familiar. Es decir, la antropología social y sus saberes teóricos y prácticos, materializados en dictámenes, informes u opiniones técnicas, constituyen herramientas que nutren a las estrategias de defensa técnica, y que además abonan al estudio, comprensión y análisis del juzgador.

En este marco, el dictamen en antropología social constituye un instrumento que colinda y complementa otros enfoques de acercamiento a la realidad y al análisis que el juzgador puede realizar de manera integral, holística, interseccional, de las honduras de la cultura y las múltiples expresiones hegemónicas y subalternas presentes en el crisol jurídico y social.

Los peritajes en antropología social y socioculturales en el contexto de procuración e impartición de justicia son un medio de prueba que aporta elementos sobre el contexto del individuo y su grupo social. Se basan en un análisis global del caso estudiado que favorece a la visibilización de las diferencias culturales en la vida cotidiana y abonan a que el juzgador conozca los sistemas normativos internos que obligan, facultan o prohíben determinadas prácticas sociales (SCJN, 2013, 2020).

Aunque ciertamente los desafíos propios de los servicios periciales antropológicos enfrentan dilemas significativos, las unidades que han reparado e integrado en sus planillas a antropólogos sociales han aumentado paulatinamente. Fiscalías, unidades de análisis de contexto y aquellas instituciones que tienen como estandarte la defensa de los derechos humanos, han sumado en épocas recientes a un pool de especialistas en ciencias antropológicas.

Muestra de ello es su paulatino aumento en la Lista de personas que pueden fungir como peritos ante los órganos del Poder Judicial de la federación, la cual desde 2020 ha registrado un aumento constante en especialistas en ciencias antropológicas, y específicamente en antropología social. Las ramas periciales que considera la lista sumaron diferentes disciplinas, como la etnología, la antropología forense y la antropología física.

¿Qué podemos esperar de esta impronta? Por una parte, el aumento de solicitudes e intervenciones periciales que primen por la comprensión del contexto sociocultural, acorde con el pluralismo jurídico; por otra, la comprensión social como delictual en el cual se suscitan hechos y prácticas sociales, y, finalmente, el desarrollo de estrategias de defensa tanto transdisciplinares como interdisciplinares que favorezcan a comprender el significado cultural de los hechos.

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano

@ant_amar

Fuentes

Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN (2013). Protocolo para juzgar con perspectiva de género. Hacer realidad el derecho a la igualdad. México.

Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN (2020). Protocolo para juzgar con perspectiva de género. Ciudad de México.

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