El pasado 16 de diciembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer la desaparición del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) como parte de la estrategia federal de recorte presupuestal en ciertas estructuras de gobierno. Esta decisión resulta por demás preocupante, ya que como se identificó en el documento Mercado de plaguicidas ilegales en México elaborado por el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), el INECC dentro de sus funciones como centro de investigación técnica y científica en materia de ecología y cambio climático, también era una pieza central en la generación de conocimiento y capacitación en plaguicidas legales e ilegales en el país.
Con base en las declaraciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la desarticulación del INECC respondió a un minucioso análisis en el que se reconocía la duplicidad de funciones con esta institución, así como una falta de vinculación y coordinación entre las políticas públicas establecidas para este organismo y la forma en que estas estaban siendo implementadas. Sin embargo, Obrador sostuvo que esta desaparición tuvo como prioridad ir en contra de lo que su gobierno considera como una política neoliberal que creó “una constelación de organismos de la sociedad civil, con presupuesto público, con dinero que ya no llegaba a los pobres”.
La reacción en torno a la desaparición del INECC, por parte de algunas organizaciones ambientalistas e instituciones académicas, ha sido leída como un abandono frente al tema de la protección del medio ambiente y los recursos naturales. Es así, que desde la carta presentada ante los medios de comunicación, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental sostuvo que esta desarticulación institucional responde a un desmantelamiento del sector ambiental que viene ocurriendo desde hace varios años y que con esta acción, agudiza el desinterés del gobierno federal para generar una estrategia de protección al medio ambiente y su conservación como pieza fundamental de los derechos humanos.
Además del freno que supone esta desaparición frente al cambio climático, también se ponen en pausa programas como la Estrategia Nacional para evitar los riesgos al ambiente por plaguicidas en México y el documento Perspectivas sobre las importaciones y exportaciones de plaguicidas en México, en el que identifica algunos elementos en frontera como el uso de fracciones arancelarias incorrectas, entre otros aspectos asociados. Esta estrategia contemplaba entre otros elementos, el fomento a la denuncia ciudadana por la comercialización de plaguicidas ilegales, así como la necesidad de reconocer a estos últimos como potenciales amenazas que pueden poner en riesgo la salud y la vida de consumidores directos e indirectos y al medio ambiente.
Aunque durante la elaboración del estudio del ONC no se logró obtener alguna participación o postura por parte del INECC, es de reconocerse que a nivel nacional fue el único organismo federal que promovía una cultura de protección frente al tema, y con este cambio, los plaguicidas ilegales vuelven a perderse en el interés del gobierno federal.
Contrario a lo que el presidente Obrador supone, ante la desaparición del INECC y con ello una estrategia para el fomento de mejores plaguicidas y la eliminación de los ilegales, una gran parte de los sectores económicos más vulnerables quedarían expuestos ante el uso de estos productos que comúnmente son utilizados para lograr una maximización de sus ingresos durante la venta y el autoconsumo. Por su parte, es probable que la desaparición del INECC tenga menos consecuencias en las grandes compañías del sector alimentario ante las estrictas regulaciones promovidas por mercados internacionales, como el de Estados Unidos y Europa.
Para concluir, es fundamental enfatizar que México tiene una deuda pendiente en la implementación de estrategias que tengan como objetivo eliminar la fabricación, comercialización y aplicación de plaguicidas ilegales. Sin embargo, con la eliminación del INECC esta tarea se aprecia aún más lenta, y con ello, se incrementan los riesgos asociados a la utilización de estos productos tanto para los agricultores, como para los consumidores y el medio ambiente. La falta de investigación e información sobre estos temas, maximiza la vulnerabilidad de los sectores económicos menos favorecidos y en general, de todo el mercado interno mexicano.
@AmbrosioJLaura