Javier Alejandro Corzo Téllez
Desde 2016 el INEGI realiza trimestralmente la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU),1 la cual tiene como objetivo medir la percepción que la población tiene sobre la seguridad pública en su ciudad y, en teoría, es un insumo para que las autoridades tomen decisiones. La última publicación de la ENSU fue el 16 de enero de 2020. Esta analiza el periodo que comprende de octubre a diciembre de 2019.
Una de las preguntas más interesantes que la ENSU realiza a los 25 mil 500 ciudadanos que son entrevistados en las 70 principales ciudades del país es: ¿cuáles son tus expectativas sobre las condiciones de seguridad pública en los siguientes 12 meses? Con las opciones para responder: "Mejorará"; "seguirá igual de bien"; "seguirá igual de mal"; "empeorará".
Basta con vivir en este país para darse una idea de cómo se comportan las respuestas de los entrevistados. En general, desde septiembre de 2013, la gran mayoría de las veces, 6 de cada 10 mexicanos se han decantado por las expectativas pesimistas sobre la seguridad en México. Llama la atención que de diciembre de 2016 a marzo de 2018 (16 meses, casi año y medio) las expectativas empeoraron, pues en esos meses aproximadamente 7 de cada 10 mexicanos creyeron que las condiciones de seguridad seguirían igual de mal o empeorarían y, lamentablemente, no se equivocaron.2
Sin embargo, en los meses de septiembre de 2018 a marzo de 2019 se presentó un comportamiento atípico en las expectativas, durante ese periodo mejoraron considerablemente.
Las posibles razones de este comportamiento van de la mano con el panorama político del país. Los indicadores de expectativas comenzaron a mejorar a partir de junio 2018, cuando se realizaron las elecciones, mismas que López Obrador ganó con amplia ventaja y con una legitimidad innegable. En pocas palabras, en materia de seguridad el actual presidente tuvo un voto de confianza por parte de la ciudadanía, incluso, diciembre de 2019 ha sido el periodo con mayor optimismo desde que se realiza esta pregunta en las encuestas de seguridad urbana (seis años), dado que más de la mitad de los encuestados (51.6%) tuvieron expectativas positivas.
¿Qué sucedió con ese bono de confianza? Después de un año de gobierno, el indicador de expectativas recabado por ENSU muestra que ha ido disminuyendo. Tras el 51.6% de optimismo presentado en diciembre de 2018, en marzo decreció 6.6 puntos para posteriormente en junio regresar a niveles normales: donde aproximadamente sólo cuatro de cada diez personas (40%) tienen expectativas positivas.
¿Por qué se agotó el bono de confianza? Se pueden identificar tres probables razones interconectadas. La primera, y quizás la más evidente, es porque la incidencia delictiva no ha mejorado. Un ejemplo de esto es el homicidio doloso, que a pesar de que en 2019 disminuyó su velocidad de crecimiento, terminó con una cifra histórica de 35 588 víctimas (2.7% más que en 2018).
La segunda razón es la falta de una estrategia clara para revertir la situación actual de inseguridad. Desde el inicio del actual gobierno, se han querido vender políticas sociales como políticas de seguridad; pero las políticas de seguridad han llegado tarde y desarticuladas.
Finalmente, el discurso no ayuda. La comunicación proveniente de Presidencia se centra en dar "otros datos" —como si un dato positivo pudiera cambiar la percepción de las personas que día a día viven y se exponen a asaltos, asesinatos y violaciones—; o en su defecto, en argumentar que administraciones pasadas dejaron un desastre en materia de seguridad; lo cual no se debate, pero tampoco debe ser tomado como excusa, sino como punto de partida.
Al final, independientemente de los posibles motivos, hay algo evidente: la gente que no solo tenía confianza, sino que tenía esperanza de que podíamos ser un país más seguro, ya la está perdiendo. Esto es preocupante porque la percepción de la seguridad es un indicador que puede ser considerado como un termómetro social, y tras un periodo de esperanza, el termómetro social ha quedado igual que siempre.
Director de Desarrollo Institucional del Observatorio Nacional Ciudadano
@corzo_t
1 No obstante, la ENSU renueva y da continuidad a la Encuesta Continua de Seguridad Pública (ECOSEP), que INEGI realizó desde abril de 2009. Por este motivo, algunos indicadores se pueden comparar con fechas anteriores a 2016.
2 En su momento 2018 fue el año con más homicidios dolosos desde que se tiene registro, con una cifra de 34 655 víctimas.