Uno de los temas más controversiales y polémicos para la opinión pública en México y el mundo tiene que ver con un tema relacionado a la seguridad personal, específicamente, al aborto. Para abordar este tema, es fundamental hacerlo desde la perspectiva de seguridad sanitaria y poniendo como ejemplo principal un método que es poco conocido en la población mexicana pero que cuenta con un alto nivel de seguridad. Esto siempre y cuando se tomen las medidas correspondientes avaladas por instituciones médicas y con la supervisión correspondiente. De igual forma no se debe dejar a un lado la criminalización existente hacia los gestantes que interrumpen su embarazo, que sin importar el método por el que se opte, esta siempre se encuentra latente.
Se le dice aborto en casa, o aborto autogestivo, cuando este proceso es realizado por la mujer, persona no binaria, hombre trans o persona gestante “con o sin la participación de un/a prestador/a de servicios de salud” (IPAS, 2022). Desde que la Organización Mundial de la Salud publicó en 2014 el “Manual de práctica clínica para un aborto seguro”, el uso de misoprostol se ha colocado como una opción mucho más segura que aquellos métodos invasivos. La disponibilidad de los medicamentos significa que las personas ya no deben recurrir a métodos de aborto que pongan en riesgo su vida, de manera que el procedimiento es seguro aún en la clandestinidad.
Tomemos como ejemplo a Querétaro, entidad desde donde opera la colectiva “Las apapacho: por la autonomía del cuerpx-territorio”. El aborto solo es legal cuando el embarazo es producto de una violación (aquí deberá ser aplicada la NOM046), y cuando este fue accidental o espontáneo. Así, el procedimiento con misoprostol y mifepristona se posiciona como ilegal y clandestino bajo el marco normativo del estado, sin que esto signifique un aumento de riesgos extremos a la salud más allá de cualquier otra intervención médica. De acuerdo con el último informe del Ipas México y del Center For Reproductive Rights, el aborto autogestivo.
El aborto en casa consiste, de manera muy resumida, en 3 etapas: consideraciones médicas básicas, el procedimiento de interrupción, y los cuidados posteriores. El proceso de interrupción puede realizarse a cualquier edad, en cualquier talla y peso, en caso de tener VIH o SIDA, y en caso de consumo de sustancias psicoactivas. Para realizar un aborto desde casa puede usarse solamente misoprostol, o una combinación de este con mifepristona. Debido a su disposición como medicamento de venta libre, el misoprostol es recomendado para los abortos desde casa al generar contracciones en el útero y la dilatación cervical que llevan a la interrupción de una práctica segura que tuvo un incremento durante la pandemia por COVID-19.
Sin embargo, ligado a este tema siempre ha estado presente la criminalización y la estigmatización de las personas que deciden interrumpir su embarazo. Aun cuando se esté incumpliendo una ley lo que muestran ciertos estudios es que, en realidad, lo que más afecta a las personas gestantes a nivel emocional es el estigma y el miedo a ser criminalizadas, y no el procedimiento de abortar en sí mismo.
El Grupo de Información en Reproducción Elegida explica que “la experiencia tras la despenalización en Ciudad de México ha sido que el aborto se percibe como una decisión privada e individual de las mujeres, o en ocasiones, de ellas junto con sus parejas, y el cambio en la percepción de la gente al respecto ha sido significativo: La provisión estatal conlleva un efecto simbólico de gran alcance, ya que introduce al aborto dentro de un campo socialmente permitido y accesible aminora los efectos estigmatizantes de esta práctica” (GIRE, 2020).
Lo anterior cobra relevancia al revisar los datos puntuales. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta el aborto junto con los demás registros de incidencia delictiva. Esto demuestra un atraso importante en el cómo se reportan o toman en cuenta las incidencias de aborto por parte de las fiscalías estatales basadas en la legislación correspondiente. A nivel nacional las carpetas de investigación relacionadas con el aborto han aumentado considerablemente, pasando de 544 en 2015 a 819 en 2022.
Por estos motivos es de vital importancia no caer en la desinformación alrededor de este tema. De este modo, se puede evitar que se descalifique sin previo conocimiento un método distinto de aborto, que, si bien puede estar relacionado a la clandestinidad dependiendo de la legislación de cada entidad federativa, no existen argumentos que puedan justificar tanto la criminalización de las personas gestantes, como la falta de evidencia empírica que respalde medicinalmente la seguridad de llevar a cabo este tipo de aborto.
Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano
@Jorgemonsa7
Miembro de la colectiva @LasApapacho
@en_ajeno
Referencias:
Organización Mundial de la Salud. (2014). Manual de práctica clínica para un aborto seguro. Recuperado de: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/134747/9789243548715_spa.pdf
IPAS (2022). Aborto con pastillas. (Sitio web). Recuperado de: https://www.ipas.org/our-work/self-managed-abortion/aborto-con-pastillas/
GIRE (2020). Mitos y preguntas sobre el aborto. (Sitio web). Recuperado de: https://gire.org.mx/wp-content/uploads/2020/11/mitos_y_preguntas_sobre_el_aborto.pdf