Por: Cristhian Uribe Mendoza

Para construir democracias más inclusivas, que reflejen la diversidad de nuestras sociedades, es indispensable fortalecer la participación de las nuevas generaciones en los procesos políticos formales. La participación política de los jóvenes no solo es crucial por su capacidad para influir en los resultados electorales —se estima que los votantes entre 18 y 29 años constituyen, en promedio, el 30% del electorado en América Latina—, sino también por su potencial para revitalizar la democracia en la región. Incorporar las voces, intereses y perspectivas juveniles es una tarea clave para asegurar un sistema político diverso, sostenible y representativo.

Parte de la fortaleza de la participación de los jóvenes radica en su diversidad y potencial innovador. Las juventudes no solo constituyen un grupo social heterogéneo en términos de género, clase, origen étnico y otras intersecciones identitarias; sino que también demuestran un fuerte compromiso e interés por temas actuales como el aborto, la diversidad sexual, el medio ambiente, el empleo y la educación, entre otros. El involucramiento de las personas jóvenes en los procesos democráticos puede contribuir a que las políticas y decisiones reflejen mejor los intereses y preocupaciones de las nuevas ciudadanías.

OBSERVATORIO DE REFORMAS POLITICAS EN AL
OBSERVATORIO DE REFORMAS POLITICAS EN AL

Sin embargo, la visión adultocéntrica que ha permeado el debate sobre la participación juvenil ha perpetuado una desconexión perjudicial entre las nuevas generaciones, la política y la democracia. Según datos del Latinobarómetro 2023, el 43.4% de las personas entre 15 y 25 años considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Además, solo el 33% de los encuestados manifiesta que se encuentran algo o muy interesados en la política. Este supuesto desinterés frente a la democracia y la política tradicional se puede constatar en el reducido número de población joven que se afilia a un partido o que ejerce su derecho al voto en una jornada electoral. Sin embargo, cabe destacar que no se observan grandes diferencias respecto a otros grupos etarios, por lo que resulta erróneo afirmar que las nuevas generaciones son políticamente más apáticas que las anteriores.

Observatorio de Reformas Políticas en AL
Observatorio de Reformas Políticas en AL

Esta percepción errónea de apatía juvenil se debe, en gran medida, a la falta de espacios y canales adecuados para que las juventudes participen y se expresen. Si bien las estructuras políticas partidarias rara vez pueden considerarse espacios propiamente juveniles, sí constituyen escenarios que propician la formación ideológica y el fortalecimiento de las habilidades y liderazgos juveniles. Por consiguiente, los partidos e instituciones políticas tienen el reto de ser más inclusivos y receptivos a las múltiples preocupaciones y formas de participación de las nuevas generaciones.

También es fundamental reconocer y potenciar los espacios alternativos de participación juvenil: movimientos sociales, colectivos independientes y plataformas digitales han demostrado ser arenas efectivas para el activismo y la expresión política juvenil. Estas formas de participación no solo complementan los canales convencionales, sino que a menudo logran una conexión más directa con las preocupaciones, lenguajes, expresiones organizativas y expectativas democráticas de las juventudes.

Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia e investigador del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina

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