Este 2023 prevé una intensa y variada agenda electoral en América Latina y el Caribe, con tres países con procesos electorales presidenciales y legislativos –Argentina, Paraguay y Guatemala-, tres con procesos subnacionales y locales –Ecuador, México y Colombia-, elecciones primarias en Panamá y República Dominicana, y un nuevo plebiscito constitucional en Chile.

Por Dolores Gandulfo 

El calendario inició el domingo 5 de febrero cuando los ciudadanos y ciudadanas de Ecuador acudieron a las urnas para votar cargos seccionales, locales, a los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), y además, por un nuevo Referéndum impulsado por el Poder Ejecutivo.

De acuerdo al Observatorio del Gasto Público, en 2022 hubo una subejecución presupuestaria, traduciéndose en una deficiente administración del actual mandatario Guillermo Lasso y llegando a este proceso electoral con una baja popularidad del gobierno.

Los candidatos del expresidente Rafael Correa se imponen en las municipales de Ecuador y dejan resultados inesperados en las principales ciudades: Quito y Guayaquil. Los quiteños dieron su apoyo a Pabel Muñoz y dejaron atrás por tres puntos a Jorge Yunda, quien se perfilaba como el favorito. Este triunfo permitirá tener una plataforma más que relevante para rearmar un movimiento, con la consolidación de la lista 5 luego de varios años de cambio de listas y de denominaciones partidarias producto de la judicialización.

En tanto el candidato correista Aquiles Álvarez, con el 51% de los votos, rompió con los 30 años del histórico bastión del Partido Social Cristiano. En la principal ciudad económica del país, Revolución Ciudadana sacó una ventaja de 39,4% de los votos y dejó atrás por 30,15% a Cynthia Viteri, quien buscaba la reelección.

Por segunda vez se votaron los 7 miembros del CPCCS, debiendo estos ser 3 hombres, 3 mujeres, y un miembro de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, Afroecuatorianos o Montubios y ecuatorianos en el Exterior.

Pero para contrarrestar la baja popularidad y en pos de la legitimación propia, el gobierno hizo foco en el Referéndum. A sabiendas de la imposibilidad de tener candidaturas fuertes en las provincias del país, y aprovechando la imagen negativa que tienen hoy los partidos políticos y la consecuente fragmentación, Guillermo Lasso impulsó la convocatoria para una enmienda de la Constitución, buscando mostrar dicho triunfo como respuestas a problemáticas como la corrupción y la seguridad.

Sin embargo, las preguntas no hicieron más que demostrar que detrás de esos objetivos se encontraba también la intención de aumentar la discrecionalidad del Poder Ejecutivo en la designación de autoridades y en el acceso a la utilización de fondos que hasta hoy deben tener aprobación de la Asamblea Nacional.

Sin dudas una de las principales preocupaciones durante la campaña, - coincidiendo con un aumento de la violencia y un récord de asesinatos en el 2022 - es la violencia política, sobre todo en provincias con presencia del crimen organizado: Esmeraldas, Manabí y Guayas. Durante el año pasado fueron trece los ataques a candidatos de diferentes partidos – que incluyen agresiones, amenazas y asesinatos -, cuatro de ellos sucedidos en el mes de diciembre. Y a mediados de enero, y ya próximos a la elección, fue asesinado el candidato a la Alcaldía de Salinas, en la Provincia de Santa Elena, Julio César Farachio.

El gobierno ecuatoriano que no tenía expectativa en las elecciones seccionales y que planificó un referéndum con un discurso demagogo antipolítica también podría sufrir un revés si se consolida el NO en la mayoría de las respuestas.

En cambio, el correísmo, gran promotor del No, luce fortalecido luego de las elecciones subnacionales.

Investigadora del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina, Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), Doctoranda en Ciencia Política (UNSAM) y miembro de la Red de Politólogas.

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