Un común denominador al estudiar, analizar y explicar los fenómenos o actividades políticas es el uso de un lenguaje técnico, especializado, abstracto y complejo.
De la lectura de los artículos 39, 40 y 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) se desprenden diversas nociones: Estado, República, Pueblo, Soberanía, Poder, Democracia, Federalismo y Representación Política.
La historia, la ciencia política, el derecho, la sociología y otras ciencias han teorizado sobre cada una de estas nociones, en tanto las y los ciudadanos, las gobernantes y gobernados, las vivimos a diario hasta en las actividades más cotidianas.
El domingo dos de junio de 2024, a partir de los 8:00 de la mañana y hasta las 6:00 de la tarde, culminará todo un proceso en el que, todas y todos los mexicanos habremos participado de forma libre y espontánea en actividades que dan vigencia y razón de ser a la forma organizada de vivir en sociedad dentro de un mismo territorio y sistema de leyes, delegando a representantes populares, la obligación de construir soluciones en materias básicas (salud, educación, vivienda, seguridad, alumbrado público, transporte, etcétera) y proyectos prioritarios como nación.
El pasado siete de septiembre inició el proceso electoral más grande la historia. En todo el territorio nacional, más de 96 millones de mexicanas y mexicanos que cuenten con credencial de elector y formen parte de la lista nominal (población), mediante una elección federal y 32 elecciones locales (federalismo) renovaremos y elegiremos, como cada seis años (democracia procedimental): la Presidencia de la República, 128 senadurías, ocho gubernaturas y una jefatura de gobierno y; como cada tres años: 500 diputaciones federales, 1098 diputaciones locales y 18,581 cargos de ayuntamientos, comunitarios o alcaldías.
Si bien, es al INE como órgano especializado del Estado mexicano al que corresponde, organizar las elecciones federales y coadyuvar con 32 institutos
locales para organizar las elecciones locales, esto no es posible sin la participación de la ciudadanía en cada una de las etapas del proceso electoral.
A partir del 16 de octubre y hasta el 18 de noviembre, las y los ciudadanos de todo el país que desee ser contratada y trabajar como Capacitadora Asistente Electoral (CAE) o Supervisora Electoral (SE) podrán enviar su documentación en línea a la dirección: https://reclutaseycae.ine.mx/loginSEyCAE
Se tiene previsto contratar a 7,118 SE y 46,616 CAE. Las personas SE iniciarían sus actividades del 16 de enero de 2024 mientras que las CAE, harían lo propio el 24 de enero y ambas culminarían sus labores el 11 de junio.
Estas no son solo fechas y números, sino referencias clave de gran relevancia porque sin el trabajo que realizarán los miles de SE y CAE las elecciones no serían posibles. Su labor es indispensable para el éxito de la Jornada Electoral.
Las personas CAE deberán capacitar y asistir aproximadamente millón y medio de personas ciudadanas que serán funcionarias de las Mesas Directivas de Casilla (sin contar a todas las personas que son sorteadas previamente para ser capacitadas) de las aproximadamente 170 mil casillas que se instalarán el 2 de junio de 2024, mientras que las personas SE supervisarán y validarán las capacitaciones y asistencias que realizan las personas CAE.
Ambas actividades son remuneradas y la retribución mensual para las personas CAE va de los 9 mil 500 hasta los 12 mil pesos mensuales brutos. En el caso de las personas SE va de los 12 mil hasta los 15 mil 785 pesos mensuales brutos. Esa diferencia salarial depende del distrito y de la entidad federativa en la que desempeñen sus labores.
El INE fue diseñado en un esquema acorde con los cargos de elección popular a elegir, con el fin de distribuir y atender las tareas y actividades de mejor manera. Para la organización, calificación y validación de las 96 senadurías de mayoría relativa y primera minoría se instalarán, a partir del 1 de noviembre próximo, 32 consejos locales integrados por 192 personas ciudadanas que serán ratificadas o nombradas como consejeras y consejeros locales; mientras qué, para calificar y validar las 300 diputaciones de mayoría a elegir, serán mil 800 ciudadanas y ciudadanos las que integren los consejos distritales.
Este esbozo enuncia tres actividades netamente ciudadanas implementadas desde el INE. Sin embargo, la ciudadanía se involucra en otras actividades electorales y desde otras esferas. En la observación electoral nacional y extranjera, vigilan el desempeño de las autoridades electorales y sus resultados.
Aunado a ello, la ciudadanía participa activamente en la contienda electoral, ya sea como militantes (a nivel federal casi 6 millones y medio de personas están afiliadas a uno de los siete partidos con registro ante el INE), simpatizantes, personas precandidatas o candidatas postuladas por algún partido político o coalición, o bien, como aspirantes o personas candidatas independientes.
De manera enunciativa y amplia, se puede vislumbrar que la organización de las elecciones sin ciudadanía es imposible y que somos millones quienes participamos desde distintos roles, funciones o espacios: El INE es la autoridad que opera las reglas del juego, instaura procedimientos, califica y valida las elecciones del Congreso de la Unión.
Las y los consejeros electorales, tomamos las decisiones en el ámbito de nuestras competencias. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dirime las controversias y califica y valida la elección presidencial. Partidos políticos y candidaturas independientes compiten por el acceso al poder y toda la ciudadanía, elegimos a quienes nos gobernarán desde el poder ejecutivo y legislativo y contribuimos a transiciones pacíficas, transparentes y democráticas.
Las elecciones las hacemos todas y todos. El INE es una autoridad de arbitraje y administrativa, y sin duda en las próximas elecciones como en otras, la ciudadanía será la protagonista de nuestra democracia.