El plástico es sin duda uno de los materiales más presentes en nuestra vida diaria. Debido a sus diversas propiedades es usado en múltiples industrias con una producción creciente en los últimos años. De todos los usos que tiene el plástico, sin duda, el que presenta los mayores impactos ambientales y sociales son los plásticos de un solo uso.

En México, se estima que entre el 38% y el 58% de los residuos plásticos generados se gestionan de forma inadecuada. Lo anterior equivale a entre 2 y 3.6 millones de toneladas de residuos plásticos que tienen una alta probabilidad de fugarse al ambiente, contaminando suelo, ríos y mares. De hecho, se calcula que estos materiales representan al menos entre el 60% y el 90% de la basura en las playas mexicanas.

Esta contaminación no solo degrada los paisajes naturales y los ecosistemas marinos, sino que también afecta la salud humana debido al uso de sustancias potencialmente tóxicas.

En este sentido, el pasado mes de marzo se presentó el Pacto de Plásticos de México (PPMX), una iniciativa existente a nivel internacional en 14 países, la cual es impulsada por el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y WRAP, una organización internacional enfocada en economía circular . Esta iniciativa colaborativa tiene como eje rector contribuir a reducir la contaminación plástica en el mundo y acelerar la adopción de una verdadera economía circular en la industria del plástico.

Tras algunos meses de investigación y discusiones técnicas con expertos, se detectaron los 10 plásticos más problemáticos y evitables en México, lo que servirá como una guía para la industria para reducir significativamente las fugas de plásticos y su impacto negativo en la naturaleza, los ecosistemas marinos de México y la salud humana. Esto se logrará a través del desarrollo de conocimiento basado en ciencia y evidencia, y la acción coordinada entre los responsables de formular políticas públicas y el sector privado.

Los 10 plásticos más dañinos son:

  1. Microplásticos intencionalmente añadidos a productos como exfoliantes y cremas.
  2. Popotes desechables.
  3. Tereftalato de polietileno opaco o pigmentado; es decir todo ese PET que no es completamente transparente.
  4. Aditivos oxodegradables, los cuales son agregados a diversos empaques plásticos.
  5. Etiquetas de cloruro de polivinilo, PVC, las cuales se adhieren a los empaques a través de calor y son empleados, por ejemplo, en botellas plásticas.
  6. Cloruro de polivinilo, PVC, es un plástico tipo película usado principalmente para envolver productos como carne, jamón y queso.
  7. Poliestireno PS de alto impacto, usado principalmente en empaques de yogurts y gelatinas.
  8. Poliestireno expandido, EPS, el cual es utilizado masivamente en empaques desechables de comida (el famoso unicel).
  9. Bolsas de plástico de un solo uso, incluidas las bolsas de productos frescos.
  10. Sobreempaques y embalaje de productos, aquellos que son de uso innecesario ya que no aportan mayor protección a los productos.

Además de este listado, el Pacto también propone una serie de estrategias para abordar dichos plásticos desde la industria que incluyen la eliminación, la sustitución de materiales, el rediseño de empaques y envases y el fortalecimiento de los sistemas de acopio y reciclaje. Para hacer realidad estas soluciones se requiere la colaboración de diversas empresas así como de actores clave en la cadena de valor de los plásticos.

En consecuencia, el Pacto hace una invitación a más empresas a unirse a esta iniciativa. Es por la salud y el medio ambiente.

Directora de Cambio Climático, WWF México

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