Repensar el mundial

Hoy comienza la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA , mejor conocida para nosotros como el “mundial”. Se trata de un evento sumamente esperado por muchas personas en el globo, no solamente seguidores del balompié, sino empresas, gobiernos, políticos y demás. Para este mundial, y otros antes, no todo es esplendor y felicidad, puesto que alberga situaciones obscuras que dañan la toma de decisiones el máximo órgano de fútbol mundial . ¿Cuáles son y por qué debemos repensar este torneo?

No es sorpresa que el mundial de fútbol sea uno de los torneos más esperados y seguidos por muchas personas en el globo. Ciertamente despierta mucha emoción verlo, pues es una competición férrea de muchos de los mejores equipos nacionales, además de mostrar el juego de leyendas y jóvenes promesa en el deporte . Desde donde nos encontremos, la atmósfera cambia rotundamente en esas semanas en el que el evento se desarrolla, creando diversas ilusiones y sepultando otras.

Esa es la cara que de primera instancia se observa de los mundiales, y de este nuevo, en Catar, no es la excepción. Cuando se conoció que el mundial tendría una nueva sede, el globo estalló de emoción. Este país de Medio Oriente es visto como un espacio novedoso con una cultura diametralmente diferente a otros en los que se ha llevado a cabo el torneo de fútbol. Por ello, la reacción de muchos aficionados no fue problemática y la intriga de ver los partidos en un entorno nuevo capturaba la mayor parte de la atención.

Sin embargo, existe múltiple evidencia para repensar el mundial y verlo de una forma que va más allá del mismo deporte. Un primer punto es la forma en que Catar se convirtió en sede del torneo. Es natural que se haga cabildeo para apoyar una opción u otra, pero lo que resulta un problema es la serie de acuerdos detrás que se realizaron para que el país de Medio Oriente fuese designado el nuevo espacio mundialista, y que involucran empresas y gobiernos.

Un segundo apunte ineludible que muestra otra cara del mundial es la migración que se genera para cubrir los puestos de trabajo que se necesitan para construir los estadios que se utilizarán para el torneo. La migración , que puede ser irregular, es muy preocupante porque usualmente la efectúan personas vulnerables, por lo que el país de recepción debió haberles protegido, pero no hay evidencia de que ese haya sido el caso.

Otro punto que debe ser mencionado es la falta de reconocimiento que tiene la sociedad y gobierno cataríes hacia la población femenina. Es inconcebible que la FIFA , que se ha pronunciado por estar en contra de males sociales que afectan severamente a la sociedad, como el racismo y la desigualdad de género , y que ha realizado campañas en favor de la concientización en ambas situaciones; le haya premiado y otorgado una distinción tan valiosa a Catar, que en el segundo rubro se ha mostrado como un país que no promueve la igualdad entre géneros.

Una cuarta situación es el problema de derechos humanos que persiste en el país de Medio Oriente y que afecta no sólo a la población nacional, sino a las personas migrantes que se trasladaron a las ciudades mundialistas para trabajar. Hay reportes que muestran las duras condiciones que vivieron los trabajadores, muchos de ellos migrantes , para construir los estadios y que los llevó a la muerte a muchos. La gente, la prensa y el gobierno lo sabía, pero no se hizo anda al respecto. Resulta lamentable que los reportes de estas condiciones infrahumanas para los trabajadores del mundial hayan encontrado ecos de condena en la comunidad internacional de manera tardía.

¿Por qué no se defendieron esos derechos antes? Pero, antes de eso, ¿por qué se le dio una sede mundialista a un país cuyo gobierno no reconoce muchas de las libertades e igualdades que se interpretan inherentes a las personas? Una vez más, los acuerdos económicos fueron más importantes que el progresismo y los valores que de un lado de la moneda se dicen y que del otro se callan.

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