Esta es una de las definiciones más maravillosas de la comunicación: cada acto, cada palabra, cada gesto voluntario o involuntario tienen un mensaje. Pueden revelar intenciones, definiciones, talentos, incompetencias, ideas y más. Un ejemplo de ello son Tatiana Clouthier y la conversación y debate que se dieron por la vestimenta que nuestra secretaria de Economía usó para su encuentro con la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo.
 
En resumen, la funcionaria estadunidense se presentó al encuentro vestida formalmente para un día de trabajo promedio de un funcionario de gobierno del primer nivel y nuestra secretaria llegó vestida como para una reunión de coctel privada. Alguien se dio cuenta, lo dijo y que se arma la gorda porque Joaquín López Dóriga le puso la lupa al asunto y, la verdad, ocupó un comentario burlón para señalarlo.
 
Y sí… ameritó que López Dóriga ofreciera disculpas. Sin duda todos debemos aprender a ocupar formas diferentes para expresar nuestras opiniones y que al hacerlo no ofendamos o reproduzcamos un prejuicio.
 
Pero lo que siguió luego fue otra cosa: acusaciones de machismo, violencia de género y anexas. Y se convirtió en un ejemplo más de cómo ya ante la crítica se usa como recurso calificarla de violencia o discriminación.

Porque sin duda a la señora secretaria de Economía le falló, así de claro; pero también a la Cancillería que encabeza el precandidato presidencial Marcelo Ebrard, cuya área de protocolo no le informó a la funcionaria mexicana las reglas de vestimenta aplicables a ese tipo de encuentros y reuniones.
 
Mi queridísima Leonor Figueroa, abogada y quien además de tener una amplia carrera ministerial (que arrancó en su natal Chihuahua y pasó por la fiscalía federal para migrantes), el activismo por los derechos humanos, la militancia feminista y la academia, es mi comadre me dijo sobre el tema: “no se vale criticarla por cómo se viste, que se le critique por como actúa o deja de actuar”.
 
Totalmente de acuerdo, si no se tratara de una funcionaria pública, porque resulta que al aceptar ser la secretaria de Economía, o antes legisladora, la señora Clouthier trabaja para esta sociedad y su gobierno. A partir de entonces sus actos no son sólo suyos, incluido como se viste para un encuentro oficial; sus actos son nuestros porque -en este caso en particular, pero va más allá- es una representante, embajadora o intermediaria de México ante otros gobiernos y sociedades.
 
Porque su imagen es una acción y comunica -al igual que sus dichos- la expresión del gobierno y la sociedad que representa. Por eso los protocolos diplomáticos existen; son acuerdos para construir espacios abiertos de diálogo y generar circunstancias donde el respeto mutuo haga posible que no haya distracciones sobre los temas primordiales a resolver.
 
Entonces ahora vale entrar en el territorio de la especulación… ¿Cómo hubiéramos reaccionado gobierno, medios y sociedad si la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, se hubiera presentado en Palacio Nacional ante nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador vestida en pants?
 
Se habría generado, no nos hagamos, una ola de indignación y comentarios miles por la falta de respeto y la lectura sería que el gobierno de los Estados Unidos le pone el interés y la prioridad a México correspondientes un desayuno o una sesión de gimnasio y no a la que merece su principal socio comercial y el vecino con el que comparte una frontera de miles de kilómetros.
 
Entonces ocuparse de la vestimenta de la respetabilísima y querida Tatis Clouthier no se trata de machismo o violencia de género. Se trata de poner atención en que el deber de un funcionario es hacer bien el trabajo y representar a un gobierno, a una sociedad y a un país de la manera más eficiente para los intereses de la nación.
 
Porque la pregunta que sigue sería: ¿Si hubiera sido varón el titular de Economía que se plantó en una reunión internacional vestido como para fiesta? ¿Criticarlo por ello hubiera sido tachado de sexista, violento o discriminatorio? ¡Claro que no!

Si a Tatiana y a la SRE les falló pues ya pasó, pero hay que denunciar y detener la ola del uso de argumentos de género como herramienta de descalificación y censura a críticas pertinentes ante el actuar de funcionarios o personajes públicos, tendencia de la que es ejemplo la demanda por violencia de género contra el periodista Humberto Padgett interpuesta por Gabriela Gamboa, alcaldesa de Metepec por Morena, al ser cuestionada por el reportero sobre las amenazas que lanzó a sus contrincantes en las pasadas elecciones. 

¡Por favor! Se trata de que los funcionarios públicos hagan bien las cosas para las que les pagamos y punto. En eso no hay debate de género, lo que se exige es que cumplan eficientemente su encomienda en todos los niveles y ya...



VUELTA FORZADA

Tamaulipas es un enclave estratégico para el presidente López Obrador y Morena; esa es la razón por la que se empieza a mover el tablero para la elección del próximo año en ese estado. Por ello, no hay que perder de vista a Rodolfo González Valderrama , actual director de RTC, quien está trabando en un proyecto de largo alcance para su entidad.

González Valderrama es fundador de Morena y buscará sacar delantera por el hecho de ser ajeno a las mafias y a los grupos locales. Esto es uno de sus activos, sí de lo que se trata es de revertir las componendas con los grupos criminales que en hoy tienen en la cárcel a dos ex gobernadores: Tomás Yarrington y Eugenio Hernández .

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