Cuando tenía 12 años y dejé de ir a la Iglesia Adventista del Séptimo

Día fue cuando no pude entender que mi Dios permitiera que ocurrieran cosas tan malas y que el mundo no fuera un lugar hermoso como el Edén que nos regaló al construir la Tierra.

Hoy sigo trabajando porque ya no el mundo, sino porque México sea un lugar hermoso. En serio, todos los días cuando despierto mi principal objetivo es que México sea un lugar mejor.

Pero no me sale, en serio le echo ganas pero es tan difícil ponerme de acuerdo con la gente para hacer cosas buenas. Hoy vivo en un país peor que el en que nací hace poquito más de 50 años. La neta nací en un país jodido y priista donde lo importante era tener cuates o familiares metidos en el gobierno, donde no importaba el mérito sino solamente las complicidades.

En ese México crecí, en un país en que lo importante era tener un primo, un tío o un amigo para poder conseguir un enganche en el gobierno. Lo que importaba era estar enchufado, con el partido o con el gobierno. Si no pasaba, estabas perdido, fuera, sin chance. La forma de vida era ser priista.

Junto con mis amigos, mi generación y otras peleamos porque eso cambiara y que el valor fuera el mérito, el conocimiento, la virtud… Creí que habíamos avanzado.

Logramos la alternancia, la democracia, la transparencia…

Hoy hay un gobierno legítimo producto de nuestros esfuerzos. Pero este gobierno no responde a nuestras ilusiones. En serio deseamos que el priismo se fuera de este país, que el autoritarismo fuera desterrado de nuestras tierras, pero encontró cómo regresar y reinventarse revestido como una runfla de partidos desvergonzados.

De veras no pensamos que esto pasara. La llegada de la oposición al gobierno fue otra cosa muy diferente a lo que pensábamos. La democracia no nos garantiza que nos gobiernen demócratas.

En fin, seguiremos porque creemos en la democracia y la igualdad. Reflexionar, opinar, expresar son las formas que tenemos de hacernos dueños de México. No sabemos hacer otra cosa.

Google News

TEMAS RELACIONADOS