Los tiempos de encierro nos han hecho que la charla, la discusión y el debate se hayan vuelto intensos en casa. Y no hay nada más estimulante, revelador y productivo que el intercambio de ideas, reclamos, preguntas y más… Por ello (me choca en serio escribir en primera persona) debo contar cómo mi novia me embarró en la cara que, aunque ama a México con locura, si algún defecto ve que tenemos como sociedad es una incapacidad casi generalizada para escuchar, aceptar lo que ignoramos y que nos equivocamos, sea como individuos o como colectivo.
Andrea, mi novia, colombiana que lleva 15 años residiendo aquí, tiene dos hijos mexicanos y adora hasta la locura las gorditas de chicharrón de maíz azul. Bien… hace unos días le decía que una tragedia, entre muchas que vivimos en México , es que nuestra clase política no escucha a los ciudadanos y a su sociedad. La respuesta inmediata y automática fue: “¡Tú tampoco!”
¡Obvio lo negué! Es más, utilicé como argumento que mi crianza fue tabasqueña y chiapaneca y que en mi familia somos capaces, como casi todos en el sureste mexicano, hasta de participar en tres o más conversaciones al mismo tiempo. Pero Andrea replicó con el argumento más claro y conocido, casi un lugar común: “Pero una cosa es oír y otra escuchar”. ¡Carajo! Me la mató…
Porque sí, escuchar es prestar atención a lo que se oye y eso significa también interés, preocupación, empatía, respeto -y un gran etcétera- por lo que el otro o los otros piensan, sienten, creen, desean, les duele y expresan al decir y actuar. Y de eso, escuchar, le hace mucha falta a nuestra clase política, desde el presidente Andrés Manuel López Obrador , su partido Morena y sus aliados hasta la oposición del PRI, PAN y PRD al igual que a muchos medios e intelectuales.
Pero no sólo eso, es prácticamente una cultura nacional no hacernos cargo de nuestros fallos, buscar a toda costa no asumir nuestras culpas y señalar a otros como los responsables de nuestros errores u omisiones.
Entonces ¡Eureka! Me quedó claro algo brutalmente obvio: AMLO , la alianza opositora Va por México, medios e intelectuales no escuchamos a la gente. Oímos pero no escuchamos. El presidente de la República habla, habla y habla todas las mañanas pero no escucha. Ataca a medios e intelectuales que lo critican. Insulta a las clases medias al tiempo que se dice el representante de la gente… esa de la cual mucha no votó por su partido en las elecciones intermedias y desairó su propaganda disfrazada de consulta popular para “juzgar a los expresidentes”.
Medios e intelectuales se entablan en un debate con el Presidente por sus actos y dichos ante la genialidad de López Obrador para imponer los temas de la agenda pública, pero no han reflexionado sobre las razones que hicieron que 30 millones de mexicanos votaran por López Obrador en 2018 y que son evidentes: décadas de corrupción , pobreza y desigualdad. Partidos como PRI , PAN y PRD (y hoy Morena ) que no se quieren hacer responsables de haber hecho del gobierno una caja registradora y no de un servicio para las personas que los votaron.
Así que hoy más que nunca los ciudadanos debemos exigir ser escuchados. Los medios, todos, somos su vehículo. Escuchar a la gente es una condición para la democracia y nos hace mucha falta escucharnos. No escuchar y actuar en consecuencia de lo que expresa la gente es una muestra de desprecio al pueblo. Simplemente una hipocresía .