Hay herencias de la clase política mexicana toda que han provocado actitudes perniciosas para la convivencia y el debate público y privado en nuestra sociedad: enojo, frustración, división, descalificación, revancha y sinrazón. Todo ello es, por desgracia, el combustible que mueve la máquina de la Cuarta Transformación que comanda Andrés Manuel López Obrador.

Encontrar a los responsables es difícil en este batidillo que es hoy la clase política mexicana, pero sin duda tienen origen en el viejo PRI que gobernó a este país casi un siglo y lo contaminó de corrupción , amiguismo , tráfico de influencias , descaro, pragmatismo y más. La sociedad y todos sus partidos políticos PRI, PAN, PRD, PVEM, MC, Nueva Alianza y sin duda Morena están contagiados.

Hay ejemplos de carne y hueso que podemos ver cada día. Va sólo un ejemplo reciente: ayer el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo , en la conferencia Mañanera desde Hermosillo protagonizó un patético espectáculo al arrastrarse frente al presidente Andrés Manuel López Obrador y adjudicarle su trayectoria y éxito al tiempo que juraba lealtad a la 4T igualito como lo hizo en el PRI de Luis Donaldo Colosio y con el PAN desde la secretaría particular de Vicente Fox .

Esa es nuestra triste realidad, nuestra clase política está conformada por traidores, tránsfugas, mentirosos y corruptos que se cambian de camiseta según su conveniencia y que han medrado desde hace décadas de los negocios al amparo del poder gubernamental tanto en la oposición como en Morena .

Acción Nacional y el progresismo proveniente del antiguo Partido Comunista fueron faros opositores frente al PRI autoritario. Ellos empujaron la democratización de los procesos electorales desde 1968 y en toda la segunda mitad del siglo XX mexicano desde sus trincheras, exigiendo desterrar el fraude electoral, que los votos fueran contados y contaran, que hubiera resultados electorales creíbles y que los representantes y los gobiernos surgidos del sufragio fueran legales y legítimos.

Y lo lograron con el nacimiento del Instituto Federal Electoral (hoy INE ) ciudadano que permitió que en 1997 el PRD con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza ganara la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal y que en el año 2000 se lograra la alternancia en la Presidencia de la República con el triunfo del PAN con Vicente Fox.

Pero la llegada al poder gubernamental contaminó a las oposiciones de derecha e izquierda del priismo y sus perversiones. Con la llegada de Cárdenas al gobierno de la capital el PRD respondió al ADN priista del ingeniero y la antes izquierda se contaminó de corporativismo al acoger y articular a todas las organizaciones que nutrían de votos al PRI como ambulantes , invasores de predios, pequeños comerciantes, peticionarios de vivienda y más.

En el caso del PAN el gran pecado de Fox y los azules fue que no llegaron a reformar el poder público, simplemente lo administraron y en esa definición fueron contaminados por la burocracia, los usos y costumbres y la corrupción priistas.

En fin, ese estado de cosas lo seguimos viviendo hoy. Andrés Manuel López Obrador es el ejemplo más claro de como los mexicanos no podemos sacarnos el priismo de nuestra idiosincrasia. Sólo hay que verlo: nuestro Presidente es un priista de cepa que es aplaudido por millones sin crítica alguna. Tenemos al PRI en la médula ¡Qué tragedia!

Todos los días por la mañana AMLO refrenda su priismo: miente con descaro, exhibe impúdicamente el gobierno de un único hombre, acusa de corrupción al pasado y protege a los corruptos del presente (y más si son de su propia familia), justifica la ineficiencia de su administración y acusa, califica e insulta a sus críticos.

Por eso no es extraño que uno de sus principales objetivos sea el INE. El ADN priista de AMLO no puede tolerar una institución ciudadana e independiente del gobierno que organice elecciones pulcras, confiables y creíbles. Quiere elecciones al estilo del viejo PRI , en las que el gobierno pase por encima del voto ciudadano y revivir la simulación de democracia que caracterizó al priismo autoritario.

De eso se trata la Consulta de Revocación de Mandato : no es un ejercicio de democracia participativa sino un ariete para atacar y minar al INE para golpearlo, desmontarlo y asumir el control de los comicios desde el gobierno.

Bien lo dice el consejero Ciro Murayama:

1) Te mandato organizar la Revocación de Mandato. 2) Te recorto los recursos mínimos para hacerla. 3) Te acuso de ineficiente por negarte a hacerla (porque no te dan recursos).

Un ataque claro de la corrupción y autoritarismo priista contra la democracia que hoy reedita AMLO y contra los cuales antes desde la oposición lucharon muchos que hoy en las redes defienden a la #4T y los convalidan desde el gobierno como, por dar un par de ejemplos, lo hacen Claudia Sheinbaum y Pablo Gómez . No más preguntas señor juez.