Como muchos de nosotros, he seguido toda la información que se ha desprendido de la manera en que se ha combatido la pandemia, de todo lo referente a la reglamentación que se ha puesto en el país por el Covid-19. Más de 100 mil muertos no es cosa menor y el nuevo aumento de casos nos hace pensar de nueva cuenta en muchas cosas. Sin embargo, así al seguir y llevar a cabo los protocolos que exigen los estados de la República para la reactivación de todas las áreas, se ven incongruencias inexplicables
Por un lado, estamos viendo cómo crece está pandemia y por supuesto que, como la mayoría, acepto todo lo que dicen las diferentes autoridades, ya sean municipales, estatales o federales. Todos los mexicanos conscientes debemos seguir las reglas que se han impuesto; sin embargo, hay cosa que por más que las piensas no les encuentras explicación de que se hayan permitido.
La primera de ellas es la promoción para el Buen Fin. Invitar a la gente a comprar sin medir que en los centros comerciales habría una importante concentración de personas no pareció lo más adecuado. Ahí se rompió el protocolo de la sana distancia.
Además, se ha permitido abrir muchos lugares que han fallado en seguir las reglas impuestas, y que han puesto en peligro a cierta parte de la población.
También se permitió el ingreso de la afición al partido de Liguilla entre Guadalajara y América.
Son de las cosas que no se entienden cuando te pones a pensar que no son actividades o eventos tan diferentes como a abrir los espacios para hacer deporte.
Son incongruencias por donde se les vea. Más aún, cuando los centros deportivos siguen limitados en cuanto a asistencia y horarios. Desde mi percepción y como lo dijera Alfredo Jiménez, gerente del Deportivo Mundet, se trata de una extensión de los centros de salud (por lo que promueven) y que siguiendo los protocolos no tendrían problemas en cuanto a contagios. Sin embargo, ahí sí han aplicado todo el rigor de la Ley y la amenaza de consecuencias.
Para entender más la importancia del deporte en la sociedad recordemos el trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social desde el año 1960 hasta 1982, cuando a alguien se le ocurrió que este organismo no era para desarrollar deportistas y olvidó que la gente iba a esos lugares porque se les enseñaba a cuidar su cuerpo y a estar saludable. Muchas personas se beneficiaron de eso, al grado que del IMSS salieron infinidad de deportistas, con una mística de superación y cuatro medallistas olímpicos.
Y eso fue porque aprendieron a ser disciplinados, a que estar activo y tratando de estar en los equipos del Seguro Social era lo más preciado. Era un movimiento impresionante. Era un gran centro de salud que no solamente acataba lo médico sino que era un centro de prevención con gente que entendía la importancia de hacer deporte y de ser competitivos. Así lo dijo incluso el Presidente al entregar el Premio Nacional de Deportes: "Lo mejor para nuestros jóvenes y niños es hacer ejercicio y comer bien". Fue un mensaje a la comunidad deportiva y la sociedad en general, pero parece que quien menos lo entiende es la institución de desarrollar físicamente al pueblo de México y esa es otra incongruencia.
Profesor