He estado al pendiente de lo que EL UNIVERSAL Deportes ha hecho para convocar a votar por el deportista de la década. Se trata de un ejercicio interesante, con el que podremos darnos cuenta de los gustos y la manera en que el público percibe a los grandes atletas que han marcado la historia reciente. A veces, es difícil comparar manzanas con peras, porque hay deportistas como Lionel Messi, cuyo escaparate es mayor, diferente a los olímpicos, que ya de por sí tienen más seguidores por su tipo de actividad.
También es importantísimo tomar en cuenta a quienes más han lucido a nivel olímpico y, en este caso, quiero referirme a la natación, mi deporte, mi pasión.
Por eso es que me gustaría que tomaran en cuenta la historia de éxito de un hombre que lo ha vivido y tenido todo a partir de 2004, en Atenas. Ha sido ejemplo para muchas personas, a pesar de que tuvo una desviación triste, de la que salió adelante. Me refiero a Michael Phelps, cuyo palmarés es impresionante.
Hablamos del máximo ganador en la historia de los Juegos Olímpicos. El Tiburón de Baltimore posee la marca de más medallas en JJOO, con 28 (23 de oro, tres de plata y dos de bronce), conseguidas desde Atenas 2004 hasta Río 2016. Lo más impresionante fue en Beijing 2008, cuando ganó ocho de oro él solo. En Campeonatos Mundiales, consiguió 33 medallas (26 de oro, seis de plata y una de bronce). A lo largo de su carrera, rompió e impuso 39 récords mundiales.
Apenas en este año, su marca en los 200 metros mariposa fue rota por el joven Kristof Milak, aunque pasó una década para que esto sucediera. Para que se den una idea de lo que ganó este hombre, su número de medallas olímpicas supera al de algunos países.
Sé lo difícil que puede ser competir contra figuras como Messi, Rafael Nadal, Roger Federer, Usain Bolt o la Selección Mexicana Sub-23 (que ganó la medalla de oro); es algo realmente complicado, pero es un tema apasionante y —desde mi trinchera— voy a defender, y espero convencerlos, para que voten por Phelps, quien nos dio grandes actuaciones en su carrera olímpica y ahora goza de una vida plena al lado de su esposa Nicole, y sus hijos Boomer, Beckett y un tercero que viene en camino.
Tuve la fortuna de conocerlo, de ver su evolución desde Atenas hasta Río. Puedo decir que es un ser humano que ha puesto el ejemplo deportivo a muchos alrededor del mundo y principalmente en los nadadores, justo cuando nadie pensaba que pudiera superar la figura del gran Mark Spitz (dos medallas de oro, una de plata y una de bronce en México 1968, y siete de oro en Munich 1972).
Muchos dirán que las medallas olímpicas no cuentan como una Copa del Mundo de futbol o los Grand Slam de tenis, pero ojalá entiendan el legado que dejó Phelps, se asomen a su historia y, por qué no, voten por él, porque sé que toda la sociedad acuática de México lo hará. Michael es el mejor deportista de la década.
