Este domingo arranca el Mundial de Qatar 2022, un campeonato que por los cambios de fecha en su realización y por la polémica que ha generado en torno a su sede, quizá ha tardado en encender la pasión y atención que siempre tiene esta competencia en nuestro país y en general.

Y aunque por supuesto que no se pueden olvidar temas como el abuso y muerte de trabajadores o las cuestiones del escándalo de corrupción para que Qatar se quedara con esta Copa del Mundo, para quienes gustan del futbol, comienza un mes (días más, días menos) de constante actividad, en los que incluso hay quien se pierde en la televisión o se ha ido del país, pese a lo caro que pudiera ser.

Ya en algún otro momento hemos hablado de aquellos aficionados que preparan su viaje a tierra mundialista, en este caso a Qatar. Casos de aficionados que ahorran durante cuatro años, que se endeudan o que venden sus propiedades con tal de estar en el Mundial. Y ahora que la Selección Nacional no da avisos de que puedan hacer historia con el famoso quinto partido, uno entiende que esta gente que hace todos esos esfuerzos para ir a este evento, también lo hace por la experiencia, no solamente por el equipo mexicano.

Pero si hablamos de esa experiencia, lo que hoy sucede en Qatar es muy distinto a los que uno está acostumbrado: No en todos lados se puede agarrar la fiesta, no en todos lados del país sede se puede tomar alcohol y ahora incluso ni en los estadios podrán hacerlo. Son varias cosas a considerar, además del choque cultural que se vivirá.

Hace no mucho tuve la oportunidad de estar en Medio Oriente y en verdad que cuesta trabajo entender esa diferencia de culturas, ese choque que puede existir. Hoy en Qatar no solamente inicia la competencia de futbol con el partido entre los anfitriones y Ecuador, sino que también arranca un partido muy importante y complicado: El partido del respeto y la tolerancia. De los visitantes y de los anfitriones, sobre todo de quienes tienen que resguardar el orden, porque estarán tratando con gente de muchas nacionalidades, de muchas maneras de ver la vida y que, ojalá no suceda nada que se tenga que lamentar.

También claro tiene que haber respeto y tolerancia de los visitantes, quienes no pueden pretender romper las reglas o tratar de cambiar la manera de ver el mundo de los anfitriones.

Será complicado, es cierto, porque cuando se juntan puede ser difícil controlarse y controlarlos. Sin duda que será un reto para todos y, en medio, la pasión por el futbol y la selección ahí están, no se irán por más pesimismo que parezca haber.

Bueno, cómo serán las cosas en estos casos, que en la oficina ya hubo quien sugirió, o mejor dicho solicitó, que los días que juegue México no vayamos a trabajar… Y yo les he dicho que por supuesto que tendrán ese día libre, siempre y cuando “HAYAN SIDO CONVOCADOS POR EL TATA MARTINO”. De ese tamaño puede ser la pasión de los aficionados que hasta da espacio a las bromas. Ya veremos qué pasa con la Selección y con este Mundial que sin duda será una experiencia diferente en todos los sentidos.

Profesor


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