Después de que la organización civil Causa en Común denunciara que el gobierno de nuestro país y la Sedena no han informado si ya se cumplió con la desmilitarización de la Guardia Nacional, que ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la polémica en torno a este caso ha regresado y con mucha fuerza.
Hay quien toma este importantísimo tema para la vida nacional de manera tranquila, como debe ser, pero también hay quien lo politiza y lo lleva a otras trincheras que no generan más que división e incluso pueden provocar desinformación.
Las opiniones en torno al tema son variadas y todas se deben respetar, siempre y cuando vengan bien sustentadas por información certera. Siempre ha existido un respeto profundo para las Fuerzas Armadas de nuestro país, aunque hay quien dice que no deberían ser el encargado de la seguridad pública, para lo cual ha existido una secretaría.
Es decir, no están en contra del ejército, sino que no comparten la idea de que se encargue de la seguridad pública como la Guardia Nacional.
Lo más importante en este asunto es lo que el pueblo de México necesita y es volver a sentirse seguro en las calles, cuando van a sus trabajos, escuelas, cuando sale a comer. Los mexicanos necesitan saber quién va a cuidar sus bienes, por lo que se requiere que definan quién hará ese trabajo, por lo que es importantísimo que se pongan de acuerdo para que se cumpla este requerimiento de todos los mexicanos.
Debemos volver a dejar de sentir miedo de salir a la calle y todos los responsables de tener que asegurar esa tranquilidad deben trabajar intensamente para conseguirlo. Esa es la principal obligación de todos y lo que se debe perseguir.
Hoy duele ver a los padres de nueva cuenta preocupados cuando sus hijos salen, y ya no digamos a fiestas o antros, sino a la escuela. Es una preocupación que no deberían de sentir porque esa necesidad de seguridad debería estar cubierta de la mejor manera.
Lo único que no está en duda y que se necesita congruencia es garantizar a la gente que puede ir por la vida sin tener la preocupación de que los levanten, de ser asaltados o atacados por criminales que se sienten impunes, porque sin importar quién conforme la Guardia Nacional (e insisto que comprendo las razones de quienes no les gusta la militarización de la misma), deben de garantizar seguridad, eso es lo primordial y lo que todos estamos esperando.
Ya después, claro, está también la relación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, con más variables que pueden generar polémicas y debates a partir de las posiciones de uno y otro bando, pero todas y todos, quiero pensar, estaremos de acuerdo en una sola cosa: México necesita sentirse seguro en sus calles de nueva cuenta.