En este nuevo aumento considerable de casos de coronavirus en México (y en el mundo), me llama la atención que afortunadamente parece ser más en contagios y que en muertos. La razón debe ser que estos contagios se han dado en jóvenes, que aunque muchos de ellos no están vacunados, la edad ayuda a evitar casos graves.
Sin embargo, esto también puede ser contraproducente ya que la combinación entre no estar vacunado o no querer vacunarse, con el relajamiento de las medidas pudiera transformarse en negligencia de parte de este sector de la población.
He escuchado de parte de la gente del sistema de vacunación, que los jóvenes no asisten a vacunarse. Me llama mucho la atención que no quieran hacerlo cuando muchas personas, incluso, han destinado durante esta pandemia parte de sus recursos económicos para ir a Estados Unidos a vacunar. Aquí me parece muy importante el mensaje que deberían dar las autoridades respecto a lo que es y significan las vacunas en general, y en estos momentos la de coronavirus.
Por supuesto que los jóvenes pueden decidir lo que se les pegue la gana, pero las autoridades deberían hacerles entender la importancia de la vacuna y de tener la nueva cartilla para no perjudicar a otras personas, influyendo en mayor número de contagios.
Sobre todo cuando hemos visto a esos mismos jóvenes en fiestas, antros y otros eventos sin sana distancia, obviamente sin cubrebocas y convirtiéndose en un foco de contagio. Por eso es que las autoridades deben ser más duras al respecto. Y tomar determinaciones, o evitar ese tipo de reuniones o eventos, o exigir que cumplan con ciertos requisitos. En Francia, por ejemplo, el presidente Emmanuel Macron ha determinado que quienes no se vacunen no podrán ir a restaurantes, cines, museos, o tendrán que hacerlo siempre y cuando presenten pruebas negativas, las cuales tendrán un costo que superaría lo de cualquier cena, por ejemplo.
Es un tema complicado porque pueden alegar que se estaría dañando su derecho a la libertad, pero ¿qué pasa cuando por esa libertad no se respeta la salud de los demás? Por supuesto que hay una delgada línea entre tratar de hacerles entender la importancia de la vacunación y el exigírselos para poder asistir a diferentes eventos.
Y lo peor es la falsificación de certificados de vacunación en Santo Domingo. Negligencia y más negligencia cuando se necesita entender que la pandemia no ha terminado.