Extraordinario resultado de los clavadistas mexicanos Osmar Olvera y Juan Celaya con la medalla de plata en sincronizados trampolín 3 metros en París 2024. De verdad que fue una actuación impresionante que, dice la gente que sabe de este deporte, merecían el oro, pero bueno, los jueces son los que deciden.
Para mí es un gran orgullo saber que estos clavadistas se preparan en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), una instalación que en el sexenio que estuve al frente de la Conade se construyó porque el Comité Olímpico Mexicano ya tiene muchos años de no preparar deportistas en sus instalaciones.
Sabemos que ahora son concesionadas para hacerse de recursos y eso está bien, pero lo que no está bien es querer hacer como que la otra parte responsable del deporte en México no hace lo que debe y, sobre todo, poner en entredicho la imagen de una entrenadora que ha dado mucho por este país, sin haber nacido aquí. Me refiero a la entrenadora de clavados Ma Jin, cuya llegada fue producto del convenio con China en 2002.
No quiero que se confunda esto y que empiecen con que me quiero colgar la medalla, nada de eso, pero es importante que sepan desde cuándo y cómo ha trabajado esta entrenadora, a quien la presidenta del COM intentó desacreditar ante la Embajada de China.
Aparentemente, quieren hacer que luzcan quienes ahora manejan los clavados en el país. Hacer que se cuelguen las medallas en lugar de los entrenadores de los muchachos, como es este caso.
La mayor parte de los deportistas que han ganado medallas se preparan en el CNAR (Conade), que se construyó precisamente para eso, al igual que las albercas de Tijuana, de Nuevo León y de Veracruz. Para mí es un orgullo muy grande sentir que en algo se colaboró para que los deportistas mexicanos, no solamente los que están ahora compitiendo en París, tengan en donde prepararse, con las instalaciones adecuadas.
Ahí trabaja la gente de tiro con arco, natación artística y muchos más que han tenido grandes resultados en París 2024. No quiero politizar esto, pero las medallas las ganaron los deportistas con sus entrenadores y nada más, es cierto, con el apoyo del gobierno con las instalaciones y otros recursos.
En el caso de los clavadistas, sabemos que este ciclo tuvieron problemas con las becas por la situación con la Federación Mexicana de Natación, pero han conseguido salir adelante.
Seguramente habrá más medallas en clavados y enhorabuena por la entrenadora Ma Jin, quien ha sido una persona callada, discreta, pero con magníficos resultados. Hasta tendrían que ofrecerle una disculpa por el agravio que le hicieron ante el embajador de su país, en un documento firmado por la cabeza del COM, en el que la pintan como un personaje indeseable para nuestro país.
También quiero disculparme con gente muy especial para la natación mexicana, debido a que en mi última columna en EL UNIVERSAL Deportes, del pasado 1 de agosto, no mencioné a los nadadores mexicanos finalistas en México 1968.
Primer hay que mencionar a Felipe Muñoz en los 200 metros pecho, que finalmente ganó el oro; después Maritere Ramírez, quien fue finalista en 800 metros libre con medalla de bronce; Rafael Hernández fue finalista en 400 metros combinado individual; Laura Vaca en los 400 metros combinado individual y en 800 metros libre; además de Guillermo Echeverría y Juan Alanís, ambos en 1500 metros libre.
Ellos fueron nuestros finalistas en México 1968, a quienes ofrezco una disculpa por no mencionarlos cuando son parte importante de la historia del deporte mexicano y de la natación. Y lo menciono porque fue una torpeza de mi parte, hablar de los nadadores finalistas de nuestro país en Juegos Olímpicos, y omitir a los principales. Enhorabuena para ellos, para nuestros atletas en París 2024 y, a usted, gracias por leerme.
Profesor