Ante la falta de medallas, ante la tristeza y frustración que ha generado ver a varios atletas mexicanos quedar en la orilla del podio olímpico, la atención se ha centrado, lamentablemente, en escándalos que solamente desnudan la desunión y desorden que existen en el deporte mexicano. El último de estos: las publicaciones con las que se supo que algunas integrantes del equipo tricolor de softbol, dejaron parte de sus uniformes en la basura de la Villa Olímpica.
Y sí, se trata de una equivocación o falta de tacto de algunas de estas jovencitas, quienes de por sí habían sido señaladas por su doble nacionalidad (mexico-estadounidense), pero las críticas y el linchamiento mediático (y en redes sociales) ha sido desproporcionado, cuando en el deporte de nuestro país hay peores cosas por las que se tendrían que hacer escándalos y muy pocos las conocen o se atreven a publicar.
Es increíble que las autoridades deportivas de México se hayan pronunciado casi de manera inmediata sobre el castigo a las jugadoras de softbol (insisto, el acto se tiene que calificar como un error), cuando en otras cosas mucho más graves han sido tan laxos a través de los años.
Ojalá que nadie olvide, así como señalaron y reprocharon a estas jovencitas sus actos, perseguir, investigar y castigar los constantes actos de corrupción que han hecho, incluso, que los atletas mexicanos vivan desunidos, debido a la desigualdad que viven en algunos casos. Que no olviden perseguir, investigar y castigar, a los directivos que se han perpetuado en el cargo para buscar el beneficio propio antes que el de su deporte y deportistas. Que no olviden perseguir, investigar y castigar a todos aquellos que han aprovechado su posición en una federación para hacerle mal a aquellos que deberían apoyar.
El más claro ejemplo es el presidente de la Federación Mexicana de Natación, quien ha aparecido de nueva cuenta con algunos mensajes para contestar los reclamos de los nadadores mexicanos que están en Tokio. Sus respuestas hasta parecen una burla a los muchachos, quienes han vivido en el abandono durante los últimos meses (y así llegaron a Tokio 2020), y ahora tienen que aguantar esto. Y así hay muchos otros capítulos de abuso y malos manejos por parte de dirigentes en disciplinas como el boxeo, atletismo, tenis, etc.
Así que si lo piensan bien, escandalizarse por lo hecho por algunas de las jugadoras de softbol que representaron a México en los Juegos Olímpicos, resulta realmente ridículo cuando hay otros que han robado, denigrado a los atletas, entorpecido procesos e incrementando la corrupción en el deporte mexicano y de ellos, ni una palabra por parte de las autoridades ni de aquellos que incendiaron las redes sociales para exigir un castigo ejemplar por tirar los uniformes a la basura. Es en esos actos que tanto dañan al deporte nacional en los que debería siempre estar la atención.
Profesor