En las últimas semanas hemos vivido uno más de esos capítulos globales en los que además de la lucha contra un nuevo virus o una nueva amenaza a la salud mundial, hemos batallado contra la histeria colectiva que puede generarse alrededor de un caso como el del coronavirus. Antes que entrar en pánico, debemos estar bien informados, mantenernos al tanto de la evolución de esta enfermedad y de lo que hacen las autoridades para contrarrestarlo.

Apenas el jueves pasado, la Organización Mundial de la Salud declaró este brote como una emergencia internacional de salud pública. Esto tiene que ver con el incremento de casos, no solamente en China (este virus apareció en la ciudad de Wuhan), sino en el resto del mundo por la propagación que se ha reportado en otros países.

Esta situación nos recuerda lo ocurrido hace poco más de 10 años con la influenza H1N1 y antes con otras enfermedades que cimbraron la paz mundial como el ébola. En el caso de la también llamada gripe porcina, que tuvo sus primeros casos en México y Estados Unidos, creó un pánico grande, debido a la necesidad de información, cura y naturalmente algo de tranquilidad a través de los responsables de la salud. En todas las ciudades de nuestro país se buscaban gel antibacterial y cubrebocas. La demanda era tal, que los precios se dispararon aprovechando la histeria colectiva. Lamentablemente hubo muertes y muchas familias quedaron marcadas. Pero de esto debemos aprender algo. Así como esperamos respuestas y soluciones rápidas, debemos entender que la prevención y sobre todo, estar pendiente de lo que digan las autoridades sanitarias será clave para evitar caer en psicosis, que más que ayudarnos nos puede perjudicar. En territorio nacional, se han reportado al menos cinco casos sospechosos de coronavirus que afortunadamente, después de los estudios pertinentes, han resultado negativos. Aún así, no se debe bajar la guardia.

Después de la declaratoria de la OMS, las autoridades mexicanas informaron que en nuestro país se encuentran en una zona de monitoreo, a la que todos los ciudadanos debemos estar atentos y tomar en cuenta las recomendaciones que se han emitido, sobre todo para aquellos que realizan viajes internacionales por cuestiones de trabajo u ocio.

Tenemos que aprender del pasado. Sufrimos mucho hace más de una década con la aparición del H1N1 y por supuesto que entendemos lo que hoy se vive con el coronavirus. Incluso, me parece que tras lo ocurrido con la gripe porcina se generó una cultura y se adoptaron costumbres que ayudan en estos casos, como el lavado constante de manos, el uso de gel antibacterial, el ejercicio de desinfectar superficies y el cubrirse la boca y nariz con la parte interna del brazo al momento de estornudar.

Como sea, no debemos perder de vista toda la información que surja al respecto, pero siempre de manera directa, para evitar caer en alguna información fake, de esas que suelen correr por las redes sociales y que no ayudan en nada. México debe estar atento a la información sobre esta enfermedad de manera responsable y evitar el pánico.



Profesor

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