Ayer se llevó a cabo un evento esplendoroso de natación en el legendario parque de Las Estacas , muy cerca de Cuernavaca, Morelos; un lugar que tiene mucho tiempo y que recuerdo que cuando era niño, hace 70 años, era un río virgen impresionante que se podía nadar desde donde nace el agua (que se llama el borbollón), hasta una presa a una distancia de seis o siete kilómetros.
Recuerdo a mi entrenador, de hace 70 años, que nos llevaba a ese río y que había algún momento en el que te topabas con lirios y una persona amarrada de la cintura se metía para saber si se podía pasar. Si daban la luz verde, pasabas esos túneles de lirios buceando y así llegabas a la presa. Llevabas comida en bolsa de plástico amarrada a la cintura, además de que andabas con tenis puestos porque debajo del agua hay troncos —por eso le llaman Las Estacas—, así que con el calzado no te lastimabas. De igual manera, llevabas tenis porque tenías que regresar caminando, ya que hacerlo a contracorriente es imposible.
Todos los nadadores olímpicos de México han pasado por Las Estacas. Nuestra empresa lleva 24 años llevando a cabo un Nadatón. Los pequeñitos de ocho años nadan un kilómetro, de ahí hay varias distancias para las distintas categorías hasta los master, que lo hacen a contracorriente.
Es un parque bien cuidado, de primer nivel. Son instalaciones concesionadas, pero que están bien trabajadas y que dan a la gente un buen lugar para esparcimiento. Hay que reconocer a quien maneja ese parque y ojalá más lugares e infraestructura del gobierno se le concesionaran a empresarios responsables y no solamente a los que quieren hacerse millonarios sin dar un buen servicio.
Muchas instalaciones están en el abandono en lugar de otorgarlas a buenas manos y se pierden de manera increíble. Por eso es que hay que buscar a quienes realmente quieran hacer algo importante a partir de esa cesión, como es el caso de Las Estacas.
Por ejemplo, conozco muchas albercas que están concesionadas y son un mugrero, pero eso sí, las explotan en busca de sacar beneficios sin dar un buen servicio, con vestidores adecuados y limpios, con el agua como debe estar. Muchas instalaciones no las saben utilizar las dependencias de gobierno y se van perdiendo, por eso se necesita que si se concesiona sea a alguien que lo mantendrá con el nivel de servicio que se necesita.
Por otro lado, es importante mencionar que tras dos años de no tener este evento, fue un alivio para las casi 550 personas que participaron. Con las medidas adecuadas, gozaron de la naturaleza, del río, de la transparencia del agua. Familias enteras con un gran protocolo y al final, de la misma manera, convivieron los miembros de cada sucursal. Importante trabajar en equipo y volver a ser comunidad, no podemos seguir aislados, aunque sin bajar la guardia, con todas las medidas para evitar problemas. Pero queda claro que es posible volver a salir y recuperar un poco de lo que nos ha quitado esta pandemia. No me queda más que felicitar al equipo que maneja estos eventos por la magnífica ORGANIZACIÓN.