Mucho se ha hablado en los últimos días de la lucha incansable de los deportistas mexicanos que no son ayudados de la manera en que deberían ser apoyados por las autoridades de este país. El caso de la natación artística es uno más de los penosos episodios del abandono de los dirigentes deportivos y un ejemplo más que claro de lo que quiero exponer a continuación.
Las integrantes del equipo de natación artística no deberían estar peleando en medios de comunicación ni redes sociales lo que tendría que llegar de manera normal. Pero como no llega, como la Conade le ha cerrado la llave a los deportes acuáticos de manera increíble, estas atletas como muchos otros han tenido que tomar tiempo valioso de su preparación rumbo a competencias como los Juegos Centroamericanos, para conseguir los fondos que necesitan.
Y es justo este punto al que quería llegar. Luego de que Miguel de Lara dio la marca A en 200 metros pecho para ser el tercer deportista mexicano en clasificar a los Juegos Olímpicos París 2024, ha quedado más que claro que además del apoyo económico que les corresponde, los atletas necesitan paz… Estar tranquilos con ellos mismos, con quienes les rodean y con todo su entorno.
Esa tranquilidad o armonía es la que ayuda también a lograr dar las marcas o resultados que se han planteado en el ciclo olímpico. Claro que no es fácil, porque es normal en el ser humano preocuparse por lo que no tiene y necesita. Pero por ejemplo en el caso de De Lara, algo muy importante que logró, fue dejar atrás todos los temas políticos y con el apoyo de su familia, su entrenador Sergio López, sus grandes amigos como el también nadador Jorge Iga, y muchas personas que lo han apoyado, logró encontrar esa tranquilidad que le permitió concentrarse en el verdadero objetivo.
Este nadador llegó a Monterrey para el Selectivo de hace una semana, concentrado en hacer historia y lo consiguió. Dejó atrás lo que ha ocurrido con la Federación de Natación y sus dirigentes, dejó atrás la política y ruido que ha habido en torno a la natación mexicana, para concentrarse exclusivamente en lo que debía hacer en la alberca. Y eso no es fácil.
Cómo habría estado de concentrado este muchacho que al final de esos 200 metros pecho ni siquiera se había dado cuenta de lo que había conseguido, hasta que su gran amigo Iga corrió hasta la alberca de la UANL para felicitarlo y comenzar a festejar juntos.
Ese compañerismo no se compra, ese apoyo moral e incondicional es algo que se ha forjado con los años y que ningún federativo o dirigente del deporte en México ha sabido aprovechar. Claro que los padres de familia y gente que los ha apoyado económicamente han hecho un gran esfuerzo también, pero para un deportista no hay nada que estar en paz consigo mismo para poder conseguir sus metas, y el ejemplo de De Lara es el más claro y más reciente de ello.
Mención aparte para el entrenador Sergio López, quien ha estado detrás de estos muchachos con un magnífico trabajo, pese al poco apoyo que ha existido, ya dejen ustedes el económico, si no simple y sencillamente de dejarlo trabajar y estar cerca de sus nadadores.
Algo que de alguna manera me ha funcionado a ayudar a que las nadadoras y nadadores estén relajados, es una dinámica que he hecho con ellos de jugar y hacer una apuesta respecto a sus tiempos. Y no tiene que ver con el dinero solamente, sino con una motivación extra de querer ganarle al entrenador o a quien está cerca de ellos. Por ejemplo, en una convivencia previa al selectivo en Monterrey, les dije le jugaba una buena cantidad a quien hiciera marca olímpica, otra cantidad a quienes rompieran récords mexicanos… Y vaya sorpresa que me dio Miguel de Lara, quien me ganó una buena lana, aunque tengo que decirlo, con mucho gusto de pagar por lo que logró.
En fin, el tiempo para los próximos Juegos Olímpicos parece ir muy rápido por los estragos de la pandemia, pero al mismo tiempo muy lento para muchos deportistas que no ven la luz al final del túnel por la falta de apoyos, cuando en estos momentos, en este año con tantas competencias tan importantes en el ciclo a París 2024 en puerta, lo que deberían hacer es concentrarse única y exclusivamente en sus entrenamientos, en dar las marcas, en ganar sus juegos o competencias. Un atleta de alto rendimiento que busca representar a México a nivel mundial no puede dejar de dedicar horas de sus entrenamientos para buscar recursos, mucho menos cuando se supone que son parte de una selección nacional.
¿Por qué no les podemos dar esa posibilidad?, ¿por qué tienen que volver a salir a buscar dinero cuando bien podrían apoyarlos quienes deben hacerlo? Tranquilidad, paz, serenidad y tiempo, esas cosas son también fundamentales para los deportistas en su preparación. No todo es el dinero, el recurso, que por supuesto debería caer de la manera correcta. También necesitan de otra cosa que hoy por hoy tampoco les están dando y es: respetar su proceso y tiempos para prepararse y representar a México potenciando el máximo de sus capacidades.
Profesor