Los niveles de violencia entre jóvenes que hemos visto en las últimas semanas, a través de las redes sociales, son realmente alarmantes. Ya sea en México, en Estados Unidos, en Argentina... Hemos sido testigos a la distancia de episodios lamentables en los que grupos de muchachos y muchachas golpean sin misericordia a otro hasta dejarlo incluso en la cama de un hospital.

Realmente tenemos que ponernos a pensar que los grandes culpables de esta situación somos los padres de familia y la educación que le damos a nuestros niños desde el núcleo en casa. Desafortunadamente, muchos de los casos en los que jóvenes recurren a la violencia para arreglar cualquier problema que tengan en la escuela o con otros muchachos, tiene que ver con que se acostumbraron a que todo se resuelve a golpes porque seguramente así se resolvían las cosas en su casa.

Es decir, aprendieron a que solamente el camino de la violencia es el único con el que pueden transitar y eso lo llevan a dónde quiera que van. Por supuesto que no puede ser el único diagnóstico que debemos hacer, ya que habrá otros casos en que los detonantes de la violencia sean otros y no debemos generalizar. Lo que se debe hacer, en todo caso, es detectar casos de chicos y chicas que vivan en un ambiente de violencia y buscar ayudarlos.

Y en el caso de las escuelas, hay que desarrollar o reforzar los programas que se tienen para evitar el bullying. Ese es otro de los grandes problemas que se tiene en estos tiempos. El grado de acoso entre compañeros escolares se ha ido incrementando a niveles realmente preocupantes, y eso ha generado que la respuesta de quienes son molestados también haya escalado de manera alarmante.

Hemos visto imágenes de niños defendiéndose incluso con armas blancas, cortando el rostro de su agresor, lo cual tampoco debemos aplaudir, sino trabajar para evitarlo. No podemos pensar que está bien generar más violencia, lo que debemos de realizar es una ardua labor para erradicar el origen de la misma.

Y las autoridades, deben actuar conforme a la ley, pero lo más importante, los padres de familia no podemos cubrir y mucho menos solapar este tipo de actitudes porque solamente es mandar otro mensaje erróneo a los chicos, de que todo se puede porque tienen los medios para "salir del problema".

Hay tanto talento y valor entre nuestros niños y jóvenes que no debemos descuidarlos en ningún momento. No es una tarea nada sencilla e insisto, tiene que venir desde casa, no podía pensar que es responsabilidad de los maestros en las escuelas, ellos están para ayudar a prevenir y reportar cualquier situación de acoso, bullying o violencia, pero el respeto por el de a lado debe aprenderse en el hogar, desde los primeros años de convivencia, entre hermanos, primos, amigos.

Debemos entender de una vez por todas que hay que dejar de lastimarnos los unos a los otros en el nivel que sea. No necesitamos más violencia nuestras vidas y es imprescindible recuperar los valores y buenas bases familiares para evitar seguir con las terribles imágenes que hemos visto en las últimas semanas, en las que esas vemos a un grupo de jóvenes golpeando sin remordimiento a otro hasta dejarlo muy mal.

Profesor

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