A veces pareciera que no tenemos realmente conciencia de las complicaciones que se pueden desprender de la contaminación del aire con la que vivimos diariamente. En otras palabras, pareciera que muchos de nosotros hemos “normalizado” el hecho de que vivamos debajo de una nata de polución en el aire, que por supuesto que puede afectar nuestra salud.

Y entonces, muchos de nosotros no estamos enterados de las medidas que debemos seguir para evitar complicaciones en nuestros organismos o simplemente no nos interesa. De entrada, los reportes apuntan que en un mes hemos vivido cuatro contingencias ambientales, lo que ha forzado a las autoridades a activar las fases que se requieren para tratar de, primero, bajar la contaminación y, después, evitar que la gente se exponga a este peligro.

Pero justo cuando se activan estas fases es cuando corremos otro peligro como sociedad. Y éste tiene que ver con aquellos que no se toman en serio este tipo de medidas y se exponen o exponen a otras personas a los peligros de la contaminación del aire. Todos sabemos que cuando hay contingencia no se pueden realizar actividad al aire libre, pero no solamente se refiere al ejercicio o deporte, sino en general, a cualquier actividad que se realice de esta manera. También se implementa el “Hoy no Circula” y es ahí cuando viene otro problema.

Porque o no todos se enteran o se enteran y no les interesa cumplir con la norma y continúan utilizando sus automóviles de manera regular. Ignorar el descanso obligado de los autos es grave, es una falta social que afecta a miles y miles de personas y por ello es que deben existir penas severas, aunque claro, siempre con la vigilancia debida para evitar cosas de corrupción o las famosas mordidas. A qué me refiero, que cuando la policía detenga a estas personas que circulan sin poder hacerlo, no se arreglen con la mochada, sino que se hagan las cosas como deben ser y lo más importante es que se respete, desde todos los ángulos, estas medidas para ayudar a que bajen los niveles de ozono que hoy respiramos y que por supuesto envenenan a millones de personas en el área metropolitana.

¿Alguna vez se ha detenido a ver, pero realmente a ver, alguna de las fotografías panorámicas de la Ciudad de México cuando se alcanzan estos niveles de polución?

En verdad que si alguien que ha visto estas imágenes y ve en ellas esta nata de contaminación que se posa sobre nuestras cabezas, y eso no lo hace reflexionar de la importancia de seguir los protocolos establecidos, seguiremos perdidos como sociedad, seguiremos siendo los contaminados por la falta de conciencia ante las más grandes necesidades que tenemos para sobrevivir.

Entre las altas temperaturas que estamos viviendo -y que son parte de lo que contribuye a estas contingencias ambientales- y la contaminación que cada día nos aprieta más en esta olla en que se ha convertido la Ciudad de México y esta megalópolis en la que convivimos, ninguna medida o protocolo será exagerado y todas se deben seguir al pie de la letra. Ya lo vivimos en los peores momentos de la pandemia, por qué no hacerlo ahora con el tema ambiental, por qué tener que esperar a que las cosas estén peor cuando todos podemos cooperar.


Profesor

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