He regresado a México después de un largo viaje que no fue muy afortunado. Mi necedad de acompañar a los nadadores que participaron en diferentes competencias me salió muy cara, poniendo en riesgo mi salud, mi vida. No quise decir nada antes para no preocupar de más, pero ahora que me siento bien, puedo contarles lo que pasó y agradecer a quienes me ayudaron.
Todo inició hacia el Campeonato Nacional de Colombia, para el que tomé la decisión de ir después de tener Covid-19 y no recuperarme al 100%. Los chicos hicieron un magnífico papel, pero mi salud no era la correcta. Después, regresé a México y salí inmediatamente a Querétaro para el Torneo de Nuevos Valores, con cerca de mil nadadores.
Estuve tres días y no me sentía bien, pero quería apoyar a los muchachos, al grado que se me ocurrió ir a festejar a Aguascalientes el título de Nuevos Valores, con el equipo de esta ciudad.
Además, en puerta estaba el viaje a Inglaterra para los International Children Games. Partimos a Coventry y fue todavía más desafortunado el viaje. Tuve una dolencia tremenda, me dio un derrame de ciática que se complicó con algunos problemas respiratorios. Fui atendido y parecía mejorar, por lo que seguí con los planes con los muchachos para pasear por Londres y después viajar a Madrid, tras su magnífica actuación, con un oro, dos platas y seis bronces.
Comencé a sentirme bastante irregular, pese a que me habían dado medicina para la ciática. También tenía viaje ya programado a Croacia y decidí hacerlo. Siempre te gana lo que invertiste sobre cómo te sientes, lo cual no es correcto. Ahí tuve la fortuna de coincidir con unos amigos, pero estaba mal de salud, al grado de que el cónsul de México en Croacia me ayudó.
Estuve internado en manos de médicos muy profesionales que me atendieron bien. Hoy, quiero agradecer a esa familia encabezada por Marin Bosotina, cónsul honorario de México en Croacia, y su esposa Graciela Arroyo, exnadadora internacional por nuestro país a finales de los 70 y principios de los 80. Me apoyaron para ir al hospital y que todos mis males se diluyeran con la atención que tuve.
Después de dos días internado, empezó la rehabilitación y mi sorpresa fue que me siento muy bien, he estado en contacto con mi cardiólogo y lo que no puedo entender fue cómo se dio esa recuperación tan maravillosa, por la que no dejo de agradecer a toda esa gente, debido a las atenciones que tuvieron.
Me siento entero, me siento nuevo, pero fue muy difícil, ya que hablamos de que subí 10 kilogramos por retención de líquidos, y en verdad estaba mal. Por eso, el agradecimiento a esta familia, que me ayudó a salir de algo grave, lo mismo para mi esposa y mi cuñada, que estuvieron a mi lado en todo momento. Mi necedad por estar al lado de los nadadores costó cara; no lo vuelvo a hacer, aunque siempre estaré atento a todo lo que hagan. Los seguiré apoyando como hasta ahora, siempre y cuando no afecte la salud. Gracias a todos, en verdad.
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