En un año olímpico no podemos dejar de lado lo ocurrido en la mejor actuación que han tenido México en Juegos Olímpicos, en 1968, cuando la delegación de nuestro país se alzó con nueve medallas. Esta marca no ha sido superada por ninguna otra delegación olímpica desde hace 56 años.
Es muy corta la memoria de los mexicanos. Cuánta juventud no sabe lo logrado por un grupo de atletas nacionales que lograron historia. No saben que es uno de los momentos más brillantes, sino el que más, del deporte mexicano, con tres oros, tres platas y tres bronces. Una maravillosa actuación de la delegación mexicana, en un año de tantos conflictos, protestas sociales y la lamentable matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, que siempre nos hace reflexionar antes de terminar este mes.
Cuando la inauguración se llevó a cabo el 12 de octubre de 1968, el clima social en México seguía muy complicado tras lo ocurrido con los jóvenes estudiantes. Los Juegos Olímpicos se salvaron de milagro, y aunque por supuesto que no borraban nada de lo que había sucedido, fueron un evento bien organizado, desde el plano deportivo.
Fue maravillosa la forma de organizar estos Juegos y tenemos que recordar a los artífices de la organización. Cuatro hombres que fueron pilares de la organización y de los resultados de los Juegos. Primero que nada, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, organizador de estos Juegos, junto con un equipo de trabajo en el que Alejandro Ortega San Vicente fungió como secretario general del comité organizador.
Y por supuesto, fue el momento cuando más ha funcionado el Comité Olímpico Mexicano, con el licenciado Josué Sáenz al frente. De igual manera, no hay que olvidar a quien manejó el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, Eduardo Hay, un centro que se construyó en el año 65 precisamente para albergar a los mejores deportistas del país.
Esa cuarteta de personajes no tan solo lograron una gran organización de los Juegos, la Olimpiada Cultural, sino que también fueron en gran medida artífices del resultado deportivo. No estaríamos recordando los Juegos Olímpicos 1968 si no fuera por esas nueve medallas obtenidas.
La concentración de todos los deportistas en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano fue increíble y algo maravilloso para el deporte nacional. No se debe olvidar de esto. Los jóvenes de ahora tienen que saber que, hace 56 años, México logró algo que no se ha vuelto a repetir en resultados deportivos.
Por esta razón me atrevo a recordarle a todas las personas a las que les gusta el deporte, que en esta materia fue un año inolvidable pese a todos los contrastes en nuestra sociedad.
Ayer, 12 de octubre, se cumplió un aniversario más de la inauguración de los Juegos Olímpicos en México, un evento que claro que estuvo en peligro por la inconformidad social ante lo ocurrido contra los estudiantes y la acusación al gobierno.
Sin olvidar, por supuesto, lo ocurrido 10 días antes de aquella inauguración, a las víctimas de la matanza y los ideales de los estudiantes, los Olímpicos se llevaron a cabo.
La ceremonia fue un gran evento que puso a nuestro país en el aparador mundial y México salió adelante de esa responsabilidad tan grande que tenía en ese entonces. Tengo que hacer esta columna porque el mexicano es muy corto de memoria y los jóvenes no tienen ni idea tienen de los Juegos en nuestro país y esos grandes resultados deportivos.
Quienes no lo olvidan son los miembros de la comunidad acuática, quienes desde el año 68, cada cinco años se han reunido para festejar el aniversario de esos Juegos Olímpicos. Y este año tampoco dejan de recordarlo. Luis Niño de Rivera se encargó de organizarlo cada año, porque no queremos que se nos olvide algo tan importante. Por esta razón, el 19 de octubre, este grupo de nadadores, waterpolistas y clavadistas, encabezados por el licenciado Niño Rivera, harán su festejo olímpico, recordando el gran acontecimiento.
Y bueno, el grupo de actividades acuáticas de aquel entonces tuvo el orgullo de tener dos medallistas olímpicos. Felipe Muñoz con oro en los 200 metros pecho, y Maritere Ramírez, con bronce en los 800 metros libre. Además, tuvimos a siete finalistas, sin olvidar que en clavados se obtuvo medalla de plata con Álvaro Gaxiola, y el cuarto lugar de Niño de Rivera.
Fue un acontecimiento histórico para las actividades acuáticas de nuestro país, comandadas en aquel entonces por el presidente de la Federación Mexicana de Natación, el licenciado Javier Ostos Mora.
México tiene una memoria muy pequeña, pero quienes no olvidamos lo ocurrido tenemos la obligación de no dejarlo morir. Por eso este espacio va dedicado al maravilloso resultado que tuvo México en los Juegos Olímpicos, que tenemos que recordar por siempre. Octubre es el mes cuando se realizaron los Juegos de México, con una maravillosa organización y grandiosos resultados, pese a ser, también, uno de los años más difíciles para la historia de nuestro país.
Profesor