Algunos lectores son muy disciplinados y llevan una bitácora de lecturas por año, de manera que cuando les preguntan qué ha sido lo mejor, producen una enumeración de títulos que me deja pasmada por la memoria que de ellos tienen. Me cuesta trabajo marcar las fronteras de lo que se ciñe exclusivamente a lo leído este año, pero es un buen ejercicio de reflexión. Siempre los libros ya leídos en la mesa de trabajo y los estantes de lo “por leer” me rebasan. Como las vacaciones decembrinas son buena oportunidad para darle nuestro tiempo a los libros. Aquí algunas lecturas que hice este año que multiplican las horas dedicadas a ellos.

Orange Road, de Isaí Moreno (Nitro Press). Una novela inquietante y apocalíptica llena de los signos que desde el atentado de las Torres Gemelas, y precisamente alrededor de él, palpitan en el planeta: sectas religiosas fundamentalistas, propósitos fabricados para llenar de sentido, dioses teconológicos. Ganadora del Premio Nacional de Novela Corta Juan García Ponce, 2016, sus páginas se incendian con el sol ardiente del desierto, donde la máquina y los químicos parecen gobernar el alma donde los líderes son engañosos espejismos de un mundo mejor. Isaí Moreno pinta imágenes poderosas y propone una estética novelística que llena el vacío de respuestas perversas que nos confrotan como tribu, como sedientos y capaces de destruir y destruirnos. El horizonte es una carretera hacia la nada, transfigurada en dios y luz.

Aquí uno de mis subrayados:

Cierto, coincidí, creo que podría prescindir del Éter si me volviesen a llevar a Orange Road, necesito la potencialidad creadora y contradictoria de la carretera. ¡Cuánta ansia la de ustedes!, respondió el líder saliendo y mirándonos apenas, la eternidad no tiene prisa.

Breve tratado del corazón, de Ana V. Clavel (Alfaguara). Ya hace tiempo que la autora se aproxima al corazón desde las metáforas, la anatomía, la medicina, los rituales, el amor y el desamor. En sus textos muy breves e ingeniosos del libro CorazoNadas, ya exprimía la caleidoscopía del corazón desde sus significados y la manera de —literalmente— apalabrarlo. Ana V. Clavel construye sus mundos ficticios a través de aproximaciones a los temas, sean las nínfulas, las caperucitas, los bosques urbanos, o las metáforas donde el cuerpo siempre tiene apetencias del alma. Las cuatro historias engarzadas en esta novela bien llamada tratado, por ese tono y esa manera de mostrar que el cuento, el ensayo, la novela y la crónica cohabitan con naturalidad, nos pasean por perturbadoras posiblidades del corazón: el simple, el inquieto, el fuerte y el puro (como se nombran los apartados). En estas cuatro historias con distintos registros narrativos hay un entramado de resonancias plásticas, históricas, aforísticas, noticias de cara al presente. Sandra en el Taj Mahal, Horacio que dejó de amar a Norma, la Coyolxauhqui en el Metro, y el recuento (magnífico) del integrante de una tribu-secta, un decapiador, tras la víctima equivocada, también en el Metro. Historias de subsuelo, de resonancia míticas, perturbadoras y pródigas en dentelladas a latido de corazón.

Hoja de contacto, de Ricardo de León Banuet (Colección Barandar). Uno de los cuatro poetas del taller de María Baranda que publicaron este año, en una edición bella y limitada, de la cual me precio poseer uno de los ejemplares. Lo digo no sólo por lo acariciable de la textura de la portada bermellón, y el aire que siempre se le agradece al poema acomodado en la página, sino por descubrir la voz de un poeta nostálgico que afirma Somos pedacería de cristal ahumado, y reconoce la confianza de porcelana, que pide ayuda para reconstruirse del sismo de sí mismo, o reconoce el oleaje de la música y el sutil andamiaje de la complicidad amorosa. Poeta original que juega con los signos sean las letras, los números, o los de puntuación con acertado humor y precisa ironía como puede disfrutarse en Abecindario. Uno lee y relee a Ricardo de León, porque en este su primer libro hay algo que no se agota y que se juega la escritura como una apuesta vital.

Felices fiestas y lecturas.

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