Cuando escuchamos la palabra taquigrafía, muchos piensan en una pequeña libreta con espiral en la parte superior, herramienta útil que usan los reporteros frente a una rueda de prensa o durante una entrevista, su formato es muy practico para realizar notas rápidas y es fácil de guardar.
Actualmente, la palabra taquigrafía además de relacionarla con ese objeto es algo que raramente se escucha en una conversación cotidiana, pero antes de la llegada de las computados y teléfonos inteligentes la taquigrafía era el método con el que se podía escribir más rápido apuntes y entrevistas sin necesidad de una grabadora de voz.
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Por muchos años, este método de escritura se enseñaba en las secundarias, así como en carreras técnicas del área administrativa y comercial. Incluso hoy, siguen ofreciéndose cursos de taquigrafía de manera independiente, en centros de capacitación del gobierno y en algunas carreras técnicas de secretariado.
Se pensaría que la taquigrafía se encuentra en desuso, pero, aunque pueda considerarse como obsoleta frente a las herramientas digitales, estas mismas tecnologías se han adaptado para ofrecer tutoriales, videos y cursos por internet para aprender a escribir con este curioso y antiguo método.
La taquigrafía es una disciplina que requiere abreviaturas, caracteres y signos, que equivalen a palabras, letras y frases, con el fin de que la escritura pueda ser tan rápida como el habla. Los sistemas de taquigrafía, se utilizan para la transcripción de discursos en tiempo real.
Para poder escribir con velocidad, los sistemas taquigráficos se valen de signos más sencillos que los de la escritura corriente, estos van desde curvas, rayas o símbolos dependiendo del sistema.
Existen varios tipos de taquigrafía que, aunque cumplen un mismo objetivo sus signos son diferentes, los sistemas más conocidos son Pitman, Gregg y Teeline, entre otras.
Una disciplina tan antigua como la civilización
Se dice que la taquigrafía es tan antigua como las primeras civilizaciones que contaban con un idioma formalmente establecido, la necesidad de anotar discursos y debates llevaron a buscar métodos para poder registrar cada palabra sin perder la esencia del discurso, es así que se crearon sistemas con signos mas sencillos para escribir tan rápido como el habla.
Su nombre viene de dos vocablos griegos que son taxos (rapidez) y grafos (escritura), esta técnica se conoció por primera vez durante la época del historiador griego Jenofonte para transcribir la vida de Sócrates recopilada por tradición oral. Fue utilizada por los fenicios y por los romanos desde la época de Cicerón.
Durante ese tiempo se le conocía como “notas tironianas” ya que uno de los esclavos del pensador romano llamado Marco Tulio Tirón perfeccionó el sistema para anotar todos sus discursos; su habilidad como secretario le valieron la libertad y poco después Séneca realizó un diccionario basado en el sistema de Tirón siendo el primer libro que hablaba sobre esta disciplina.
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Con la invasión de los bárbaros, el sistema cayó en desuso hasta el siglo XVI, durante esta época se realizaron nuevos métodos de taquigrafía basados en el sistema creado por los romanos. La popularidad del sistema se extendió por Inglaterra, Francia, Holanda y Alemania, llegó a Italia en el siglo XVIII y finalmente España adaptó un sistema de taquigrafía para el castellano en el siglo XIX, ya que los demás estaban adaptados al inglés y otros idiomas.
Francisco Martí, basándose en sistemas de diversos países logró adecuar la taquigrafía al español, posteriormente este sistema llegaría a las aulas de México junto con otros.
La importancia de la taquigrafía en México
Uno de los usos más recurrentes de la taquigrafía es para tener registro de los juicios, debates y asambleas de instituciones judiciales.
La presencia del taquígrafo en los parlamentos y dependencias públicas, aunque discreta, era de vital importancia ya que anotaba de forma puntual y rápida todo lo que se decía para después transcribirlo a manera de informe para su posterior consulta y resguardo sin dar por alto ninguna palabras como podría pasar al tomar notas convencionales.
En México, muchos taquígrafos a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX fungían como secretarios particulares de políticos, abogados y oradores que deseaban tener un registro fiel de sus discursos e intervenciones que realizaban en sesiones rutinarias y depositaban en ellos su confianza para tomar notas y posteriormente transcribirlas a escritura normal.
El mismo Francisco I. Madero contaba con su taquígrafo personal, Elías de los Ríos quien le acompañó durante sus giras por el país registrando todos los mítines antirreeleccionistas que realizó en 1910 a manera de campaña para lanzarse como candidato a la presidencia y así dar fin al gobierno de Porfirio Díaz.
Durante el cambio de gobierno de Porfirio Díaz y hasta el golpe de estado que terminaría con la vida de Madero, Elías de los Ríos fue su taquígrafo y secretario. Existen pocas fotos de la presencia de este personaje, pero es mencionado en muchos pasajes como fiel escribano de toda la trayectoria del expresidente.
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Este solo es un ejemplo de la presencia e importancia del taquígrafo en la historia moderna de México; una vez que los conflictos de la Revolución Mexicana llegaban a un desenlace, su relevancia volvió a resonar durante las reuniones para la creación de una nueva Constitución en 1917.
En el Diario de los debates del Congreso Constituyente se hace mención del importante papel que cumplían los taquígrafos en el Poder Legislativo, en el mismo diario se menciona “se necesita indispensablemente del auxilio de los taquígrafos para formar la historia del Congreso, recogiendo las palabras de los oradores […] sin los taquígrafos y los escribientes no podría funcionar el Poder Legislativo”.
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La mujer se abrió paso a esta disciplina gracias a la educación técnica
Para principios del siglo XX, gracias al decreto expedido por el Congreso de la Unión en 1901, se amplió la enseñanza primaria superior estableciendo cursos de enseñanza técnica para carreras comerciales, de enseñanza doméstica y artes gráficas, en vista de dar herramientas para la inserción laboral de las mujeres.
Con esta nueva ley se fundaron instituciones para niñas y señoritas como la Escuela Oficial Primaria Superior con Sección de Comercio "Miguel Lerdo de Tejada", inaugurada en 1903 con la presencia del entonces presidente Porfirio Díaz, el subsecretario del Despacho de Justicia e Instrucción Pública, Justo Sierra, y otros funcionarios de gobierno.
Dentro de su matrícula además de proporcionar la educación primaria superior contaba con la opción de cursos de enseñanza comercial proporcionando habilidades para laborar en una oficina como taquigrafía, mecanografía y nociones de contabilidad con certificado oficial.
Una vez terminado el gobierno de Porfirio Díaz y con el establecimiento del nuevo gobierno mexicano que daría origen a la Secretaria de Educación Pública esta escuela dejó de ser una Escuela Primaria Comercial para dar instrucción a mujeres en teneduría de libros (actualmente conocido como contabilidad) y taquimecanografía como carrera técnica.
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El proceso de reestructuración de la Secretaria de Educación Pública estableció un nuevo departamento orientado a la enseñanza técnica, industrial y comercial donde se agruparon todas las escuelas de oficios que no formaban parte de la educación básica.
Así se estableció el cambio a Escuela Comercial para señoritas “Miguel Lerdo de Tejada” y, junto con la Escuela Técnica de Mecanógrafos fueron las instituciones públicas que dieron la oportunidad de estudiar taquigrafía a nivel técnico con certificado para trabajar en todo tipo de oficinas tanto privadas como públicas.
Hoy en día esta escuela sigue en pie, con la fundación del Instituto Politécnico Nacional la institución se incorporó a las escuelas de enseñanza media superior antes conocidas como vocacionales, ahora Centro De Estudios Tecnológicos Industrial Y De Servicios (CETIS).
No solo la Secretaria de Educación Pública vio en la taquigrafía una oportunidad de crecimiento laboral para las mujeres y para cualquiera que estuviera interesado en este sistema de escritura, también una gran cantidad de escuelas privadas ofrecían cursos de taquigrafía en ingles y español.
En estas escuelas para incentivar a sus alumnos se realizaban concursos donde se premiaba a quien escribiera más rápido y sin errores llegando a escribir hasta más de 200 palabras por minuto.
También empezaron a anunciarse en el aviso oportuno de esta casa editorial cursos por correspondencia donde aseguraban un aprendizaje integral de cualquier tipo de disciplina, entre ellas la taquigrafía.
En la primera mitad del siglo XX la presencia de la mujer en la taquigrafía se extendió significativamente y la imagen de la secretaria tomando notas con su libreta en las oficinas se popularizo junto con el uso de las máquinas de escribir por muchos años.
El auge de las secretarias con habilidades de taquigrafía y mecanografía llegó a su punto máximo entre 1930 y 1950. Durante esta época, la escritora Sarah Batiza Berkowitz escribió una novela que ilustraba el ambiente que envolvía a las mujeres que trabajaban como secretarias titulada Nosotras las taquígrafas basada en sus experiencias como taquígrafa en la Secretaría de Hacienda.
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La novela resultó premiada en el Certamen Cultural de los Talleres Gráficos de la Nación, en 1949 y sería adaptada al cine en 1950 con la dirección de Emilio Gómez Muriel y con la actuación de Alma Rosa Aguirre, David Silva, Lilia del Valle y Andrés Soler entre otras estrellas del cine de oro mexicano.
La película es un melodrama que ilustra el ambiente laboral que viven las mujeres que trabajan en oficinas como taquígrafas y mecanógrafas. María Eugenia, protagonista de la película acude a su primer trabajo de oficina, mientras que unas compañeras le acogen bien, otras la consideran una rival. A lo largo de la película se tocan temas como los amoríos que tienen los jefes con sus asistentes y las relaciones que tienen las mujeres en un espacio de trabajo que puede resultar en situaciones injustas.
Película “Nosotras las taquígrafas”, de 1950
Aunque esta película fue la única adaptación que tuvo la obra de Sarah Batiza, su aportación literaria fue difundida gracias a sus colaboraciones con El Universal, donde publicaba relatos en el Magazine Dominical de esta casa editorial en la década de 1950. Su formación como taquígrafa fue en la Escuela Comercial “Miguel Lerdo de Tejada” y sus experiencias ejerciendo su profesión dieron inspiración a muchos de sus relatos.
Durante los años 50 y 60, la taquigrafía seguía siendo una técnica de escritura popular para tomar nota de cartas, comunicados o recados de forma rápida y eficaz. Para la segunda mitad esta técnica se fue desplazando por el uso de las máquinas de escribir y de las grabadoras de voz portátiles.
Actualmente algunos periodistas siguen utilizando la taquigrafía para tomar las notas de entrevistas o bien cuando hacen cobertura en tiempo de real cuando no se cuenta con una grabadora.
Tipos de taquigrafía
Los sistemas taquigráficos más populares son el Pitman y el Gregg, dos métodos que han sido adaptados a todos los idiomas y que permiten escribir más de 200 palabras por minuto. Ambos sistemas están basados en el sonido de las palabras, pero difieren por la forma del trazo, el grosor y la inclinación de los símbolos.
La taquigrafía Pitman es un sistema adaptado originalmente para el idioma inglés estructurado por Isaac Pitman en 1837. Este método fue dado a conocer con la obra titulada Stenographic Soundhand, en español se le conoce como “escritura fonética”.
Los símbolos que usa este sistema se basan en una serie de líneas curvas y rectas para representar los sonidos particulares de una palabra. Las líneas curvas y rectas varían en longitud y grosor. La longitud de la línea denota sonidos, mientras que el grosor dicta la entonación que lleva la palabra. Las líneas gruesas indican sonidos fuertes, mientras que las finas significan tonos suaves.
Las series de puntos o guiones representan los sonidos de las vocales, el uso de estos símbolos es opcional. En general, los símbolos representan palabras usando las consonantes sin las vocales. Por tanto, para mayor velocidad y la brevedad, los símbolos de las vocales a menudo se omiten con el sistema de taquigrafía Pitman.
Mientras tanto, la taquigrafía Gregg aunque sus símbolos son similares al Pitman funcionan de manera diferente. Este sistema fue inventado por John Robert Gregg en 1888. Los símbolos se basan en figuras elípticas y líneas similares a la escritura cursiva.
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Este sistema es muy popular en Estados Unidos y su adaptación al español fue difundido por toda América Latina incluyendo México. La taquigrafía Gregg se compara mucho con la Pitman por ser sistemas adaptados originalmente al inglés y por compartir el principio de fonética dando más peso a los sonidos que a la gramática.
Los símbolos constan de curvas y diagonales que representan letras e incluso pequeñas frases para aumentar la velocidad de escritura conocidas como “gramálogos”. Asimismo, una de las principales diferencias con el sistema Pitman es que su adaptación al español contempla las vocales y los conjuntos de estas con puntos y pequeños círculos.
Taquigrafía para periodistas
Existe un sistema taquigráfico adaptado para el periodismo conocido como Teeline, desarrollado en 1970 por James Hill basándose en la taquigrafía Pitman, pero simplificando aún más los símbolos para escribir de forma más práctica.
El sistema Teeline se diferencia principalmente por ser un sistema alfabético mientras que Pitman y Gregg son fonéticos, esto hace su aprendizaje más fácil, aunque no sea tan rápido como los sistemas antes mencionados.
Este sistema es muy similar a los símbolos que usaban en las primeras agendas electrónicas para tomar notas. La simplicidad del sistema Teeline también se presta para adaptaciones personales.
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Aunque este método de escritura está estructurado para el inglés e idiomas de raíces germánicas éste puede adaptarse a cualquier idioma como el español.
La taquigrafía ¿destinada a desaparecer?
Con la llegada de la computadora, el internet y las herramientas digitales estas técnicas de escritura comenzaron a dejar de utilizarse lentamente. Sin embargo, estas mismas tecnologías ha propiciado la difusión de cursos online y la digitalización de manuales para aprender los diferentes tipos de taquigrafía que existen.
Esta herramienta de escritura ha pasado por muchos cambios y adaptaciones, pero su objetivo sigue siendo el mismo desde su origen y sigue siendo de interés, aunque sea en menor medida que en épocas pasadas.
La importancia de esta disciplina aún tiene un peso que se ha ido renovando con el tiempo, esto debido a que personas apasionadas de la taquigrafía que en su juventud la estudiaron en secundaria o en alguna carrera técnica han compartido su conocimiento en redes sociales y videos que hacen de este conocimiento un tema curioso que puede resultar llamativo para las nuevas generaciones.
Video tutorial de taquigrafía Gregg
Por otro lado, en el portal de datos de la Secretaría de Economía en su reporte del segundo trimestre del año en curso basado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo se tiene una población de 5.29 mil personas ocupadas en trabajos relacionados con la taquigrafía, mecanografía y similares en toda la república teniendo mayor presencia de empleados en estados de la república como Michoacán y Nuevo León.
Aunque la población es muy pequeña es una pauta de que se sigue contratando personal capacitado en esta disciplina. Según el mismo reporte, la edad promedio de personas ocupadas en empleos relacionados con la taquigrafía es de 40 años, 51.9% hombres y 48.1% mujeres.
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El área donde se desarrollan estas personas es principalmente en el sector de regulación y fomento del desarrollo económico y en la administración pública.
Otro punto donde se muestra la presencia de la taquigrafía en México es en los cursos que ofrece la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo en sus Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial conocidos como CECATI.
Dentro de la Especialidad de Asistencia Ejecutiva impartida en estos centros educativos todavía se imparte el curso de taquigrafía y cuenta con un plan de estudios que consta de 300 horas divididas en módulos para un aprendizaje integral del sistema de escritura Pitman y Gregg.
Igualmente, la oferta tanto de cursos online, tutoriales, manuales y la amplia variedad de ejercicios que se encuentran en internet muestran que la taquigrafía es una disciplina que, si bien ya no es del todo vigente, se resiste a desaparecer por completo de nuestro entorno.
- Fuentes
- Diario de los debates del congreso constituyente
- Sarah Batiza, escritora y taquígrafa, esa gran desconocida
- ¿Qué es la taquigrafía de Pitman?
- Taquígrafos, Mecanógrafos y Similares – Ocupación (3112) 2023. Data México.