La muerte y lo sobrenatural son elementos siempre presentes en la cultura popular mexicana que tienen su origen desde siglos atrás. Del mismo modo, también es un dicho popular que los mexicanos se distinguen de otras nacionalidades por su relación con ambos temas, que va desde lo cómico hasta lo familiar.
Para quienes creen en ello, y no pocas veces también para los escépticos, lo sobrenatural es digno de contarse y de escucharse. A nadie en México pasa desapercibida una historia de espantos y aparecidos; y si se puede escuchar o si se puede ver, mejor.
Por mucho tiempo, escritores, cronistas, guionistas y músicos han sabido aprovechar bien esta temática para la industria del entretenimiento. En entrevista con el periodista especializado en historia de la Ciudad de México, David Galicia Sánchez, Mochilazo en el Tiempo presenta un breve repaso por algunos ejemplos notables.
La Llorona y los luchadores, estrellas del cine mexicano
La leyenda de La Llorona -cuyos orígenes son prehispánicos, de acuerdo con David-, es quizá el ejemplo más ilustrativo. Con un guion de Fernando de Fuentes, y dirigida por Ramón Peón, en 1933 se estrenó La Llorona, considerada la primera película de terror mexicana.
Habían pasado solo dos años desde que Santa, la primera película del cine sonoro en México había visto la luz por primera vez, y ya se exploraba el género de terror.
Mira aquí escenas de la película La Llorona (1933). Tomado de Youtube.
“Esta película cuenta la historia de una maldición que aqueja a una familia, una maldición que se remonta a los orígenes mismos del mito de la Llorona: el espectro de una mujer que pena por las noches lamentando la muerte de sus hijos”, explica Galicia.
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Durante la década de los 30 continuó la producción de películas de terror. A La Llorona le siguieron filmes como El Fantasma del Convento, de Fernando de Fuentes, o El Misterio del Rostro y Nostradamus, ambas dirigidas por Juan Bustillo Oro.
David agrega que “desde la comedia, pero coqueteando con el misterio y el suspenso”, se estrenó en 1939 El Signo de la Muerte, de Chano Urueta, donde un joven Mario Moreno “Cantinflas”, en uno de sus primeros roles protagónicos, hizo mancuerna con Carlos Orellana y Manuel Medel.
Mira aquí escenas de la película El Fantasma del Convento. Tomado de Youtube.
Pero fue hasta la década de los 50 cuando el género de terror comenzó a proliferar en el cine mexicano. Esta nueva ola también marcaría el salto de los “superhéroes” mexicanos del ring a la pantalla grande: los luchadores.
La Bestia Magnífica, de Chano Urueta, fue una de las primeras que introdujo la figura de estos gladiadores en el género; entre sus protagonistas estaba Wolf Ruvinskis, quien además de actor era un luchador profesional, explica el también profesor del Diplomado de Periodismo Especializado.
Mira aquí segmentos de la cinta La Bestia Magnífica.
En los años 50 los luchadores tomaron la pantalla e incursionaron en cintas de terror, como si hubieran seguido el ejemplo de Ruvinskis. Tomado de Youtube.
Sin embargo, El Santo, el enmascarado de plata, fue una de las primeras figuras populares del pancracio mexicano en protagonizar películas de espantos en esa década, por lo que David menciona el filme Santo contra el Cerebro del Mal, de Joselito Rodríguez.
Esta tendencia continuó en los años 60 con películas en las que El Santo se enfrentaba a cualquier cantidad de monstruos y personajes salidos del imaginario paranormal: mujeres vampiro, espectros estranguladores, brujas, figuras de cera, profanadores de tumbas y hasta marcianos.
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Otra figura del cine de espantos sesentero que retoma Galicia “fue Blue Demon, quien también se enfrentaría contra poderes satánicos, mujeres diabólicas y cerebros infernales. Ya en los 70, El Santo y Blue Demon unieron fuerzas para combatir a Drácula, El Hombre Lobo y Frankenstein”.
Mira aquí fragmentos de la cinta El Santo y Blue Demon contra los mounstruos.
Mención aparte le merece Las Momias de Guanajuato, pues apunta que es una verdadera película de culto en la que Mil Máscaras se unió al “dúo dinámico” del ring para enfrentar al mal.
Desde la perspectiva de Galicia Sánchez, el cine de terror mexicano no podría entenderse sin títulos clásicos como El Vampiro, de 1957, donde Germán Robles se consagró como el vampiro por excelencia del cine nacional.
Observa aquí una escena de un vampiro icónico del cine nacional.
El prestigio como figura del vampirismo del primer actor Germán Robles, originario de España, lo llevó a ser elegido para dar voz al doblaje latino de Anton Ego para Ratatouille en 2007. Tomado de YouTube.
El género del suspenso no se le olvida, pues menciona el clásico de 1960, Macario, protagonizada por Ignacio López Tarso, quien bajo la dirección de Roberto Gavaldón, con una impecable fotografía de Gabriel Figueroa, realizó la memorable interpretación de un campesino agobiado por la precariedad y el miedo a la muerte.
Mira aquí fragmentos de la cinta Macario.
Este clásico del cine de oro mexicano, que contó con la actuación del también primer actor Ignacio López Tarso, refleja la figura de la muerte tan común dentro de la cultura mexicana. Una mezcla de relación confianzuda y a la vez de miedo. Tomado de Youtube.
Hasta el Viento Tiene Miedo, Doña Macabra, Veneno para las Hadas, y en años más recientes Kilómetro 31 y Huesera, son otros ejemplos notables de una lista de producciones mexicanas que, para David Galicia, “continuará creciendo mientras el terror alimente el imaginario de los cineastas”.
Mira aquí fragmentos de la cinta Hasta el viento tiene miedo
Hasta el viento tiene miedo es otra de las películas clásicas del cine mexicano de terror. Tomada de Youtube.
Otras cintas que se pueden mencionar, dice, son El hombre y el Monstruo, Pepito y el Monstruo, La casa del terror, El libro de piedra y Los fantasmas burlones.
Las series y telenovelas mexicanas de terror no se quedaron atrás
En los años 60, nos narra David, el terror dio un salto de los cines a la pantalla chica con Las Momias de Guanajuato. De la mano de Ernesto Alonso “El Señor Telenovela”, esta serie conformada por 120 episodios mantuvo a los televidentes de la época expectantes de las diferentes historias que contaban, siempre en torno a las momias de aquella ciudad colonial.
Un año después, en 1963, Ernesto Alonso llevó a la televisión otra telenovela que exploraba el terror desde el humor negro: Doña Macabra.
Galicia destaca que “tuvieron que pasar 20 años para que el Señor Telenovela llevara a la pantalla chica una de las historias más aclamadas, quizá la teleserie más recordada del género de terror en México: El Maleficio, en la que Enrique de Martino, interpretado por el mismo Ernesto Alonso, construía una fortuna y satisfacía sus deseos por obra de la magia oscura”.
En el reparto figuraron nombres que a la postre se consolidarían como figuras importantes en el mundo de las telenovelas: Jacqueline Andere, Carmen Montejo, Erika Buenfil, Humberto Zurita y Sergio Goyri, por mencionar algunos.
En 1988 se estrenó otra telenovela que marcó un hito en las producciones que abordaron temas sobrenaturales en la televisión mexicana: El Extraño Retorno de Diana Salazar, protagonizada por Lucía Méndez y Jorge Martino. David la define como una historia en que la brujería y la reencarnación se mezclan en un viaje por el tiempo entre la época colonial y el presente.
También nos cuenta que “más en el terreno de las series que de las telenovelas”, La Hora Marcada fue una producción de Carmen Armendáriz que de 1988 a 1990 mostró historias de terror e incluso ciencia ficción.
Nunca está de más recordar que en ese proyecto, como bien señala Galicia, “hicieron su debut cineastas que años más tarde cobrarían gran notoriedad por sus respectivos trabajos, como Guillermo del Toro, Emmanuel Lubezki y Alfonso Cuarón”.
Aquí una escena de La Hora Marcada.
El episodio "En el cuarto de arriba" explora la clásica temática de las casas embrujadas que aterran a sus nuevos habitantes. Tomado de YouTube.
De igual forma, nos comparte que ya en los 90, TV Azteca incursionó en el género con La Chacala, con Christian Bach y Humberto Zurita en los estelares. La historia combina elementos como la brujería, el ocultismo y los fenómenos sobrenaturales.
En 2005, dice, una nueva serie de suspenso y terror hizo su aparición en la pantalla chica: Lo que la Gente Cuenta. Esta producción recreó en varios episodios historias y leyendas de la cultura popular.
Mira aquí una escena de Lo que la gente cuenta.
El episodio "Receta de cumpleaños" se estrenó en la octava temporada de Lo que la gente cuenta, y jugó con la temática de la bruja cocinera que se remonta al cuento de Hanzel y Gretel. Tomado de YouTube.
Una última mención, muy similar a la anterior, es la teleserie de 2007 13 Miedos, que a pesar de tener sólo una temporada con 13 episodios, logró conectar con la audiencia de Televisa.
No queda duda de que géneros como el terror y el suspenso seguirán motivando a cineastas y amantes del escenario a presentarnos más series y películas con el distintivo toque del folclor mexicano, ya sea a través de héroes enmascarados, muertos que no se van al más allá, o brujas y monstruos malvados.
Fuentes:
- Entrevista con David Galicia Sánchez, periodista por la UNAM especializado en historia de la Ciudad de México, así como en problemas urbanos. Es parte del cuerpo docente del Diplomado de Periodismo Especializado que imparte la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
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