“En pleno Tacubaya, en una de las zonas más icónicas del barrio, un reciente proyecto inmobiliario ha tenido la idea de autonombrarse “Condesa Sur”. Siguiendo esta tendencia, otros desarrolladores y promotores inmobiliarios comienzan a anunciar sus propiedades con esa marca comercial, creando una estrategia de mercadeo que pretende extender el prestigio de la colonia Condesa hacia la antigua zona de Tacubaya”, comentó la Arquitecta Daniela Osorio Olave.
Daniela Osorio, quien también es maestra en Arquitectura por la UNAM y actualmente desarrolla un proyecto de investigación sobre la colonia Tacubaya, en el ámbito de un programa de Doctorado en Diseño y Estudios Urbanos en la UAM Azcapotzalco, refiere en entrevista con Mochilazo en el Tiempo que existe una tendencia de utilizar el nombre y la “fama” de otra colonia que no es Tacubaya.
Para entrar en tema, vale la pena explicar que esta zona se ubica al poniente de la capital y se rodea de las avenidas Revolución y Jalisco, así como Vicente Eguía, parte de Periférico y la calle 11 de abril. Las colonias contiguas de forma directa son Escandón, San Pedro de los Pinos y San Miguel Chapultepec, en ningún momento la Condesa, ni la Hipódromo Condesa.
Mientras Tacubaya y San Miguel Chapultepec pertenecen a la alcaldía Miguel Hidalgo, las colonias Condesa e Hipódromo Condesa forman parte de la alcaldía Cuauhtémoc, solo separadas por la avenida Benjamín Franklin y Revolución.
Tacubaya, poblado comercial de importancia histórica
La arquitecta añade que si los mercadólogos inmobiliarios conocieran un poco más sobre la historia de esta antigua zona, quizá considerarían revisar su estrategia para enfocarse en la importancia histórica del lugar:
Resaltó que es más antigua que la Condesa: “Tacubaya es un poblado antiguo, que era considerado como una de las zonas más atractivas del Distrito Federal cuando los terrenos de la futura colonia Condesa eran todavía campos de cultivo”, asegura la especialista.
Osorio cuenta a detalle que la época dorada de Tacubaya se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando las élites burguesas del México independiente adquieren grandes propiedades para edificar ahí sus fincas de recreo.
Añade que, contrario a lo que se piensa, el nombre de Tacubaya no es una invención del siglo XIX, ya que este apelativo se le da al lugar desde la época virreinal por la hispanización del nombre náhuatl de Atlacuihuayan. El propio Hernán Cortés seleccionó este sitio, junto con el de Coyoacán, para formar parte del Marquesado del Valle, dice la experta.
Durante el virreinato, Tacubaya reafirmó su posición estratégica en el Valle de México al ser lugar de paso obligado desde México hacia Santa Fe y Toluca, y al ser el sitio privilegiado para la localización de molinos para la producción y abasto de harina de trigo y pólvora.
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Al remontarse más al pasado de la antigua Villa de Tacubaya, la arquitecta nos explicó que desde el virreinato -además de su localización estratégica-, a la zona de Tacubaya se le reconoce como un lugar privilegiado por su clima, su vegetación, la calidad del agua y el aire, así como su mayor altitud respecto a la Ciudad de México, lo que le permitía estar a salvo de las inundaciones que continuamente amenazaban a la capital.
“Era tal la belleza del lugar, que en la década de 1730 Juan Antonio Vizarrón y Eguiarreta, Virrey de la Nueva España y arzobispo, decidió construir ahí una finca de descanso, que fue ocupada por varios presidentes del México independiente, en el edificio que hoy ocupa la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, por los rumbos de la Avenida Observatorio”, detalló la arquitecta.
Al hacer un recuento de las distintas épocas que ha vivido la zona, la maestra Osorio recordó que en el siglo XIX, la Villa de Tacubaya era el destino seleccionado para conectarse con la Ciudad de México a través de una línea de ferrocarril, pasando por los terrenos de la Hacienda de la Condesa.
Comentó que dichos vestigios del trazo de este primer ferrocarril permanecen en las líneas diagonales y curvas de la Avenida Tamaulipas. Por ello, cuenta la maestra que a principios del siglo XX, -en gran parte debido a la facilidad del transporte en tranvía-, la Ciudad de Tacubaya había crecido en población y en extensión: se habían construido ya las colonias Escandón, San Miguel Chapultepec y Daniel Garza, incorporadas todas ellas a la Municipalidad de Tacubaya.
“En la década de 1920, las colonias de Los Pinos y Chapultepec Heights (hoy San Pedro de los Pinos y las Lomas, respectivamente) completaron el cuadro de una municipalidad en plena efervescencia urbana. A la par, las colonias Roma e Hipódromo comenzaban su proceso de fraccionamiento y poblamiento, vinculando paulatinamente el tejido urbano entre México y Tacubaya”, explica la maestra.
Hace mención que en la siguiente década, en los años 30, Tacubaya ya formaba parte del recién creado Departamento Central del Distrito Federal, junto con Mixcoac y Tacuba. Y añadió que es justo en esta época cuando también el presidente Lázaro Cárdenas decide ocupar el antiguo Rancho de la Hormiga, colindante con Tacubaya, para instalar la residencia oficial de Los Pinos, atrayendo a la zona una amplia población de militares y personal vinculado al gobierno federal.
Perdió hermosos lugares para ampliar vías y agilizar la circulación
“En las décadas siguientes Tacubaya es absorbida por la expansión de la ciudad. El aumento de la población, aunado al desarrollo sin precedentes de la industria automotriz, alimentada por la bonanza de la producción petrolera, sentó las bases para que en la década de 1950 el regente Ernesto P. Uruchurtu, asesorado por sus equipos técnicos, decidiera demoler el espacio urbano tradicional, desapareciendo lugares tan icónicos como el portal y el mercado de Cartagena, antiguo centro de la vida comercial y articulador de la vida comunitaria, con la finalidad de construir una glorieta que distribuyera los flujos vehiculares por Avenida Parque Lira y Avenida Jalisco”, comentó Osorio.
Osorio comentó que también fue en los años 50 que las autoridades se dieron a la tarea de hacer más fluida la circulación de los vehículos automotores (coches particulares, taxis, autobuses de pasajeros y camiones de carga) por toda la Ciudad de México y sus alrededores, mediante la aplicación sistemática de programas dedicados a la demolición de construcciones para abrir, ampliar y ensanchar calles y transformarlas en anchas avenidas, viaductos y vías confinadas.
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“Tacubaya fue particularmente vulnerable frente a esta tendencia “modernizadora”, que vio en sus antiguas calles y caminos el potencial de ser transformadas en pasos rápidos y sin obstáculos para el tránsito veloz, separando antiguos barrios y despojando a los peatones del derecho a transitar por el espacio urbano.
“Emergen en la trama de la ciudad el Viaducto Miguel Alemán, el Boulevard Adolfo López Mateos, el Viaducto Río Becerra, se ensanchan las avenidas Parque Lira, Observatorio, Constituyentes, Revolución, Jalisco y Vicente Eguía, todo ello dejando tras de sí una estela de demoliciones, reconfigurando el paisaje urbano hasta volverlo casi irreconocible”, explicó nuestra entrevistada.
La arquitecta nos habló acerca de la pérdida del patrimonio cultural tangible e intangible de la zona y la resistencia de la población a pesar de tantos embates de distintos tipos y recordó algunos ejemplos de aquellos días:
“Junto con la desaparición de edificios, plazas, banquetas, rincones y recorridos, se perdieron también varios nombres: la Calle Real, pasó a llamarse Juárez y luego Jalisco; la calle del Árbol Bendito se convirtió en Gobernador Vicente Eguía, o Eje 4, y callejón del Calvario dejó su lugar (y su pequeña escala pueblerina) a la Avenida Morelos y luego Avenida Revolución”, recuerda Osorio.
El Metro terminó de transformala en zona de alta afluencia
De acuerdo con la arquitecta, otro cambio significativo y de grandes proporciones que vivió Tacubaya fue cuando en la década de 1970 llegó el Metro a la zona; primero la estación de Juanacatlán y luego la de Tacubaya. Indicó que la presencia de este modernísimo sistema de transporte público generó importantes flujos de personas que llegaban de las colonias del poniente y surponiente de la ciudad.
Por ello nos afirmó que una vez más, el emplazamiento de Tacubaya la pone en condiciones de vulnerabilidad y acentúa su potencial como un “nodo distribuidor”; y lejos queda ya su condición de “villa señorial”.
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“Con la construcción de las líneas 7 y 9 en los años ochenta, gran parte de los usuarios del Metro pasan por el territorio de Tacubaya sin necesidad de salir a la superficie. El día de hoy para muchas personas que habitan en la Ciudad de México y sus alrededores, este nombre es sinónimo de una estación del Metro… pero Tacubaya es mucho más”, señaló Osorio.
Ante nuestras preguntas sobre la sensación de unidad y comunidad que tienen todos aquellos habitantes y vecinos de Tacubaya, Osorio nos dijo con orgullo: “Tacubaya ha sido deteriorada por la urbanización desmesurada: su espacio colectivo, sus edificaciones, su unidad territorial, su tranquilidad y su belleza fueron desarticuladas por una visión instrumental: Ceder el espacio de la ciudad a los vehículos.
La arquitecta continúa diciendo que mucho se ha perdido, pero que este barrio está lejos de desaparecer. Permanecen sus colonias, sus iglesias y mercados, varios edificios históricos y modernos, algunos parques y plazas. “Pero, sobre todo, permanece el arraigo de sus habitantes y el recuerdo entrañable de quienes en ella han habitado”.
Descontento vecinal por tratar de considerar a Tacubaya como parte de la Condesa
Situada en la planta baja, dentro del edificio Condesa Sur, hay una agencia de coches a cargo de Mauricio Martínez, quien afirma que se pretende cambiar el catastro de Tacubaya a Condesa para subir la plusvalía de la zona.
Sin embargo, tanto vecinos como locatarios de Tacubaya que tienen entre 30 y 60 años viviendo en la zona externan su descontento ante la pretensión de querer considerarla como Condesa Sur y por el incremento de precios en servicios y productos que esto representa.
Sentado en su puesto de periódicos, Óscar Zacarías, externa que el pretexto de cambiar el nombre puede ser la cercanía con la colonia Condesa, “pero de Condesa no tiene nada”, pues las separa el cruce de Revolución y Benjamín Franklin, incluso ya se trata de otra alcaldía, la Cuauhtémoc.
La plática es interrumpida de forma constante por sus clientes de varias edades, pues lleva en Tacubaya 30 años aunque él ya casi llega a los 60. Su local está sobre Revolución a unos pasos del complejo comercial. Óscar dice que no tiene lógica que se le llame Condesa Sur por ser una zona media baja y lo quieren elevar a alta.
Afirma que el menú del restaurante dentro del complejo Condesa Sur ofrece una comida corrida en mínimo 400 pesos, por lo que está fuera del alcance de la población de la zona.
Óscar comenta que la gente que ve entrar a este complejo es en su mayoría extranjera o de clase media alta o alta, “...incluso hicieron más angosta la calle de Antonio Maceo para evitar que se puedan estacionar en la calle, es una especie de privatización...”, con ello obligan y garantizan usar su estacionamiento, dice el entrevistado.
Marcelino Juárez es comerciante y tiene 50 años viviendo en Tacubaya, toda una vida. “Hay un acuerdo con el delegado para quitar los puestos de la calle que daban mala imagen. Hay un arreglo entre alcaldía y empresarios, no estoy de acuerdo, esto es Tacubaya, ¿por qué vamos a perder nuestra identidad?, afirma.
Habla del fenómeno de la gentrificación que está literalmente sacando a inquilinos que llevaban muchos años rentando pequeños departamentos en la zona en 3 ó 5 mil pesos por dar alojamiento a personas de otras colonias con mayor poder adquisitivo, o bien, de otros países, a quienes pretenden cobrar 14 mil.
Dos comerciantes que tienen 70 años de vivir en Tacubaya no quisieron dar su nombre, sus canas casi cubren por completo sun cabezas, los dos afirman que el cambio de nombre responde a la mercadotecnia, pues la gente piensa que si oye Tacubaya la plusvalía baja, pero si oye Condesa sube, “también sabemos que pretenden hacer lo mismo en la colonia Escandón”.
El joven Luciano Morales habló amablemente con nosotros junto a una famosa institución bancaria sobre avenida Revolución frente al edificio llamado “Condesa Sur”. “Es típico de esta zona”, se piensa que referirse a Tacubaya es hablar de una zona popular y al decir Condesa da abolengo por ser una zona de moda.
“No se entiende, es absurdo, ya para todo lo quieren llamar Nueva Condesa... hay que respetar a las colonias por su historia”, opina.
Hoy los colonos revalorizan su historia, personajes, sitios y refuerzan su identidad
Al cuestionar acerca del presente que se vive en este lugar, la maestra Daniela nos explicó: “Actualmente Tacubaya vive un periodo de revalorización de su identidad. Entre los vecinos que hoy habitan la zona – tanto aquellos que son de tercera o cuarta generación de residentes, como quienes han llegado más recientemente- se aprecia un interés por conocer más sobre la historia del barrio, por saber sobre sus habitantes ilustres (personajes tan diversos como Javier Solís, Guillermo Prieto o Luis Barragán entre muchos otros), sobre sus rincones y calles, sobre sus edificios, sus distintas colonias, sus mercados e iglesias, sus tradiciones, sus leyendas.
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Las redes sociales han ayudado a construir interesantes nichos de identidad y memoria por medio de la divulgación de todo tipo de imágenes y crónicas, basta echar una mirada a la cantidad de grupos y colectivos que usan los canales de Facebook o Instagram para darse una idea”.
Nuestra entrevistada concluye: “Tacubaya resiste y hay mucho por hacer, mucho por mejorar: el espacio colectivo es un buen lugar para empezar, ya que es patrimonio de todos, no solo de los Tacubayenses (o Tacubayos, como algunas personas se denominan con familiaridad), sino de todos los citadinos".
La arquitecta afirma que en Tacubaya hay "una gran oportunidad de mejoría: mejores banquetas, cruces seguros, zonas de descanso, de intercambio, de socialización, lugares para el juego de los niños, para el descanso de los adultos mayores, todo ello es posible. A Tacubaya hay que mejorarla… no pretender borrarla del mapa.
"La colonia Condesa es, sin duda, un hermoso rincón de la ciudad de México… allá, en su lugar. Acá… ¡somos orgullosamente Tacubaya!”
- Fuentes:
- Entrevista con la maestra y arquitecta Daniela Osorio Olave
- Sondeo con vecinos y comerciantes de la colonia Tacubaya que tienen entre 30 y 60 años viviendo en la zona.