La avenida Insurgentes a la altura del cruce con Puebla, en la colonia Roma, en 1968. En el fondo se ve la construcción de la glorieta del Metro Insurgentes, y al frente, un puente peatonal provisional con publicidad de los Juegos Olímpicos. Imagen: Colección Carlos Villasana.
Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana
En la actualidad hablar sobre los puentes peatonales trae consigo el debate acerca de su efectividad como medida que permita a los ciudadanos tener una movilidad de calidad. Sin embargo, en las décadas de los años cincuenta y sesenta eran la máxima expresión de modernidad en el entonces llamado Distrito Federal.
Estas estructuras venían de la mano de la innovación que el gobierno implementó en las vialidades citadinas. Para conocer más a fondo sobre este tema platicamos con la ingeniera arquitecta Vanesa Sánchez De la Rosa.
Vanesa explica a este diario que, inicialmente, los puentes peatonales se colocaron con el objetivo de “solucionar el flujo de personas y vehículos dentro de un mismo espacio y que pudieran realizar sus actividades sin inconvenientes”.
En aquella época la ciudad se encontraba en expansión: la planificación urbana tomaba importancia en las administraciones y empezaron a desarrollarse complejos habitacionales, hubo un mejoramiento considerable en los servicios al mismo tiempo que se buscaba embellecer a la capital con jardines o construcciones en las que se involucraban artistas plásticos y arquitectos de gran prestigio.
A inicios de la modernización capitalina, los arquitectos o artistas que eran parte de la planificación urbana tuvieron la oportunidad de mezclar creatividad con funcionalidad y el resultado fueron obras que quedaron ampliamente registradas en fotografías y hasta en el cine.
El puente denominado “La Franja del Arcoiris” sobre la calle Guerrero, aún es parte de la vida cotidiana de los residentes o visitantes de las Unidades Habitacionales Tlatelolco: La foto antigua es de los años sesenta de la Colección Carlos Villasana, mientras que la foto actual del mismo ángulo fue tomada de Google Maps. Diseño web: Carlos Sandoval.
Entre los puentes peatonales que llamaban la atención por sus características era el puente “La Franja del Arcoiris” que une la primera y la segunda sección de Tlatelolco, que destacaba por su colorido y diseño:
“Era parte de la ´promesa’ de una vida moderna para los habitantes de dichas unidades pues, además de residir en estas monumentales edificaciones, podía ver como una franja de concreto que simbolizaba una parte del arcoíris por su color naranja, volviéndolo candidato apto en su momento de los 3 cánones de la arquitectura según Vitrubio: utilidad, solidez, belleza”, afirma Vanesa.
Así lucía el puente que unía a la primera y segunda sección de las Unidades Habitacionales Tlatelolco, en los años sesenta, al que llamaban “La Franja del Arcoiris”. Colección Carlos Villasana.
En algunas escenas de la película mexicana “Días de Otoño” (1963) se inmortalizaron tomas de la ciudad de México en las que se podía apreciar a sus protagonistas transitando por las entonces nuevas vialidades, visitando sitios icónicos de la capital o utilizando los puentes peatonales.
Panorámica de los años sesenta donde se observa el Puente Peatonal Observatorio-Periférico, al fondo a la izquierda está el actual Museo de la Cartografía de la UNAM. Colección Carlos Villasana
En esta escena se observa como Luisa, interpretada por Pina Pellicer, corre con su traje de novia por un puente peatonal que se ubicaba frente al Museo de Cartografía de la UNAM. Tomada de la película.
Puedes ver la escena aquí
Según Sánchez, la aparición de los puentes peatonales también generó una nueva dinámica en los comercios, ya que se empezaron a establecer en los alrededores de vialidades como Periférico, Viaducto o Calzada de Tlalpan, porque se pensaba que habría grandes ventas debido al flujo de personas.
Con el paso de los años, la poca efectividad de los puentes ha sido cada vez más evidente y en la época actual se ha abierto un debate entre miembros de la sociedad acerca de las acciones que se tienen que tomar para que el peatón pueda transitar de manera segura, libre e inclusiva, luego de que muchos puentes capitalinos han sido escenarios de crímenes o robos.
Al fondo de esta fotografía de los años setenta, se aprecia un puente peatonal que está “cerrado” en su parte central, esto para impedir que la gente arrojara objetos a las vías del Metro General Anaya y también evitar alguna situación lamentable. Muchos de los puentes peatonales de la actualidad también tienen rejas o vallas. Colección Carlos Villasana.
Al interior de los libros del Departamento del Distrito Federal de Puentes 1952-1964, se anunciaba que la ciudad contaba con puentes peatonales iluminados sobre las avenidas principales para la seguridad de los capitalinos. D.D.F. / Colección Carlos Villasana.
Sobre este tema, el artículo “La seguridad vial y los puentes (anti) peatonales en México y América Latina” expone que en 2010 se estudiaron las variables sobre los motivos y la frecuencia de uso de un puente peatonal revelando:
“Que las principales razones para su uso fueron por seguridad (refiriéndose a la seguridad física que representa no exponerse al flujo vehicular) y por el hecho de que no existe otra forma de cruzar, mientras que los principales motivos del desuso fueron el esfuerzo que implica cruzarlo y su inseguridad (haciendo referencia a los posibles riesgos relacionados con actividades delictivas). Sus resultados ajustados ponen en evidencia que los grupos de edad de 19 a 36 y de 46 y más años, muestran una mayor posibilidad de no usar el puente peatonal que los grupos de menores de 19 años”.
Vista del puente sobre Insurgentes Norte, muy cerca del Monumento a la Raza en los años sesenta. En la imagen actual se observa dicho complejo visto desde el puente. Colección Carlos Villasana / Google Maps.
En años recientes se ha puesto sobre la agenda tomar en cuenta las necesidades de personas con alguna limitación física en el momento de desarrollar infraestructura urbana, ya que los puentes peatonales que existen “segregan y discriminan a las personas con movilidad restringida, pues la mayoría no cuenta con accesos universales”.
A principios de los años 2000 el gobierno capitalino instaló elevadores en algunos puentes peatonales que, lamentablemente, nunca han sido totalmente funcionales. En el mismo artículo se explica que a pesar de que los puentes peatonales que tienen rampas, en vez de escaleras, ayudan a gente con alguna discapacidad motora, “duplican y en ocasiones triplican la distancia a recorrer desde un punto a otro de la vía”.
El puente peatonal que se aprecia en esta postal del Periférico y Torres de Satélite en los años sesenta ya no se encuentra; sin embargo, un par de metros atrás existe un puente peatonal. Colección Carlos Villasana. La foto actual fue tomada de Google Maps.
Organismos internacionales han recomendado e impulsado que en las grandes urbes exista infraestructura vial más inclusiva; tanto en el país como en la capital, se han cambiado puentes peatonales por cruces seguros : paso peatonal a nivel de calle y semáforos peatonales auditivos, algunas veces con reductores de velocidad, señalética adecuada o rampas de accesibilidad.
Uno de los casos actuales se presentó en 2020, cuando se retiró un puente peatonal que ya estaba en desuso sobre Avenida Chapultepec, que iba de la calle de Guaymas en la colonia Roma a la de Abraham González en la colonia Juárez. En el sitio se colocó un cruce seguro que beneficiará a los usuarios del Mercado Juárez, el centro cultural que está enfrente y, principalmente, a las escuelas que están en los alrededores.
Google Maps permite ver cómo fue el antes y el después del puente peatonal que conectaba a las colonias Juárez y Roma. En la actualidad es un cruce seguro.
El Gran Diario de México ha documentado en diversas ocasiones que vecinos que tienen un puente peatonal cerca de sus casas toman medidas preventivas por su seguridad: por ejemplo, en la zona metropolitana, un grupo de vecinos prefirió poner puertas a los puentes para que nadie ajeno a la zona pueda ingresar, ya que eran víctimas de constantes asaltos.
Asimismo, se han registrado hechos inverosímiles como este, que se presentó en abril de este año: en el que un taxista cruzó Periférico Norte sobre un puente peatonal. Después de haber recorrido el trayecto, el taxista intentó bajar su carro por las escaleras donde, finalmente, el automóvil se quedó “atorado”.
Falta de mantenimiento constante
Desde 2011, esta casa editorial reportaba en la nota “Sin mantenimiento, puentes peatonales” que en un estudio realizado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo en México, se decía que la vida útil de los puentes peatonales era de “entre 30 y 40 años y requieren mantenimiento por lo menos de cada 10 años”.
En un recorrido que se realizó en aquel entonces, los peatones dijeron que casi no los utilizaban por el tiempo que representaba cruzarlos. Uno de ellos decía que los puentes eran un “mal necesario” debido a que existen avenidas que no se pueden cruzar si no es a través de ellos.
Para febrero de 2019, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció que se ponía en marcha “la reparación y mantenimientos de todos los elevadores ubicados en puentes peatonales” y que también se instalarían más.
A finales de ese mismo año, el secretario de Obras y Servicios de la Ciudad, Jesús Esteva Medina, reportó que se habían invertido 50 millones de pesos “para el mantenimiento preventivo y correctivo de 160 puentes peatonales distribuidos en diferentes alcaldías”.
En agosto de 2020, con la ampliación de la Línea 5 del Metrobús, se instalaron más de 30 elevadores.
De acuerdo a una pareja de vecinos de la colonia Jardín Balbuena, antes había un puente con elevadores en el Parque de los Periodistas, pero fueron retirados hace unos años ya que no solían funcionar o eran utilizados por personas en situación de calle.
Este puente, ubicado en la calle Cucurpe y avenida Fray Servando Teresa de Mier, contaba con un elevador para el paso peatonal.
Comentan que desde que se inauguraron las estaciones de la Línea 5 del Metrobús sobre Francisco del Paso y Troncoso , han visto que sí funcionan los elevadores que están a los costados de los puentes peatonales que conectan con la estación.
“Algunos puentes peatonales ya existían antes del Metrobús, pero ahora se siente más “seguro” cruzarlos. Hay unos con rampas y otros con escaleras, nos ha tocado ver que algunos tienen basura en las zonas de los descansos, aunque la verdad hace bastante que no los utilizamos porque ya es más cansado para nosotros, por nuestra edad.”
En estas tomas de las estaciones Venustiano Carranza y Avenida del Taller de la Línea 5 del Metrobús se observan las entradas a los elevadores de los puentes peatonales de cada una; uno cerradp y el otro abierto. Crédito: Ruth Gómez.
- Fuentes:
- Vanesa Sánchez De la Rosa, Ingeniera Arquitecta, egresada del Instituto Politeìcnico Nacional. Actualmente participo en la revista digital ARQUITECA.
- Artículo “La seguridad vial y los puentes (anti) peatonales en México y América Latina” de Sergio Andrade Ochoa y Miguel Ángel Mancera Gutiérrez en “Aportes” de la revista “Antropología”, Revista Interdisciplinaria del INAH, enero - junio de 2018.