Mochilazo en el tiempo

Los antiguos fascistas de Puebla

Durante dos décadas, algunos integrantes de grupos de extrema derecha, liderados por un arzobispo de aquella entidad, realizaron varios atentados, entre ellos presuntamente el asesinato de un miembro del Partido Comunista Mexicano. Los conflictos también afectaron al cineasta chileno Alejandro Jodorowsky

Los antiguos fascistas de Puebla
14/12/2019 |00:00
Redacción El Universal
Periodista de EL UNIVERSALVer perfil

Texto:

Miguel Ángel Teposteco Rodríguez

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Miguel Ángel Garnica

Entre las décadas de los 60 y los 80, un grupo de jóvenes fascistas, presuntamente al servicio del arzobispo de Puebla, Octaviano Márquez y Toriz, cometieron varios atentados terroristas. El periodista Manuel Buendía los investigó y los llamó “Las matonas ovejitas del angelical pastor”.

De 1971 a 1984, el también colaborador de EL UNIVERSAL realizó una crónica de los hechos violentos ejecutados por estos grupos, la cual quedó registrada en los libros compilatorios Pensamiento y acción de la derecha poblana y La Santa Madre.

El primer atentado que Buendía atribuyó a grupos de ultraderecha en Puebla ocurrió el 8 de julio de 1965, ejecutado contra el diario El Día, el cual según información de este mismo periódico estaba situado en la colonia San Rafael de la Ciudad de México.

Días posteriores a los hechos, notas periodísticas registraron el arresto de Manuel de la Isla Paulín, militante del "Partido Fascista Mexicano", como uno de los responsables del atentado. El hombre y otros extremistas detonaron una granada que destrozó el automóvil del subdirector del medio. En 1971 y 1972, Buendía vinculó a Paulín con grupos fascistas en Puebla que operaban como "sociedades secretas" contra el comunismo en México.

Los antiguos fascistas de Puebla

Fachada del periódico EL DÍA en la calle de Sadi Carnot número 98, en la ciudad de México. Este rotativo sufrió un atentado con explosivos en 1965 por brigadas fascistas poblanas en la Ciudad de México. Archivo/EL UNIVERSAL.

Buendía resaltó que Paulín estaba implicado en un nuevo atentado con bombas, a principios de la década de los 70. En su columna de El Día del día 14 de junio de 1972, explicó que el extremista era “solamente uno de los ‘halcones’ de Márquez, la policía lo sabe o debería saberlo”.

Los antiguos fascistas de Puebla

Manuel de la Isla Paulín, militante del "Partido Fascista Mexicano". Hemeroteca/EL UNIVERSAL.

“Octaviano Márquez era un líder”, explica Jesús Joel Peña, maestro en Historia del Catolicismo por la Universidad Pontificia de México, “para un sector importante de la catolicidad, no solo de Puebla, sino nacional y también para el episcopado”.

El historiador señala que Márquez tuvo una obra historiográfica y política que ayudó a mejorar a la Iglesia Católica en México: “Por lo que es una figura que tiene que comprenderse más allá de esta disputa que hubo en la ciudad de Puebla sobre la cuestión del anticomunismo”.

Esta disputa abarcó conflictos con la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), con otros religiosos como Sergio Méndez Arceo y con personajes como el cineasta chileno Alejandro Jodorowsky.

Buendía denunció el 21 de junio de 1972 que Octaviano Márquez y Toriz estaba incitando a miles de católicos a boicotear a Jodorowsky por algunas escenas de La montaña sagrada, grabadas frente a la Basílica de Guadalupe.

Unos días después, el 3 de julio, el periodista escribió: “El viernes pasado (30 de junio), por la tarde, en el cine Roble—donde se exhibe una mala película de Alejandro Jodorowsky—estalló una bomba destinada a hacer ruido, causar pánico y esparcir nauseabundos olores”.

Respecto a qué se grabó en la Basílica de Guadalupe, el escritor Luis Urías, ex colaborador de Jodorowsky, describió en entrevista que la escena mostró “una gran cantidad de personas manifestándose y llevaban enarbolada una cruz. Y en esa cruz estaban crucificados cabritos, como los cabritos que se extienden en una especie de cruz para asarlos en algunos restaurantes”.

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Una manifestación frente a la catedral de Puebla en repudio del comunismo en junio de 1961. Archivo/EL UNIVERSAL.

Buendía insistió que estos actos intimidatorios eran orquestados, según sus fuentes, por jóvenes fascistas: “Casi hasta el hastío habrá que repetir: se trata de los mismos que agredieron a los actores Viet Rock en el Teatro Orientación, los mismos que lanzaron injurias y objetos al ex sacerdote Felipe Pardina en Puebla…”

“Los mismos que pintaron suásticas en tumbas del panteón israelita…Son, pues, los halcones del señor doctor Octaviano Márquez y Toriz”.

¿El arzobispo tuvo algún vínculo con organizaciones delictivas? Jesús Joel Peña explica que hasta la fecha no se ha logrado comprobar una afinidad de Márquez a grupos violentos o fascistas: “La única información que tengo es la que publicó en su momento Manuel Buendía, que pasaba por ser un periodista bien informado desde luego”.

Entre otros atentados que Buendía atribuyó a grupos extremistas en Puebla estuvo el asesinato del arquitecto Joel Arriaga, en julio de 1972. El periodista publicó el 23 de diciembre, dos días antes de Navidad, el siguiente texto: “A cinco meses del asesinato del maestro Joel Arriaga—hay algo particularmente siniestro en la coincidencia de fechas—es asesinado el maestro Enrique Cabrera. Entre ambos homicidios y antes del primero—como seguramente después del segundo—muchos otros crímenes: violencia física, violencia verbal”.

En cuanto a ese tema, EL UNIVERSAL publicó el domingo 13 de abril de 2003 que abogados y líderes del Comité del 68 “expresaron su rechazo a la decisión de un juez federal de declarar prescrito el delito contra el militante del Partido Comunista Mexicano, Joel Arriaga…presuntamente asesinado por órdenes del entonces gobernador poblano, Gonzalo Bautista O’Farril”.

En la columna “Red Política” publicada en El Sol de México, con fecha del 11 de abril de 1978 (posterior a la muerte del arzobispo), Buendía recapituló que Márquez estaba planeando un “proyecto político nacional muy ambicioso: lanzar un ‘caudillo’, que probablemente sería el gobernador O’Farril, oportunamente desastrado”.

En más de una ocasión, Buendía se refirió a la cercanía de ambos personajes, y a sus conflictos con estudiantes de la UAP. En este contexto, O’Farril renunció al cargo de gobernador por órdenes del presidente Luis Echeverría. Buendía describió que esto se dio tras una violenta represión estudiantil ordenada por Bautista que dejó “cinco muertos—el quinto estudiante murió, vomitando sangre, después de una paliza, la noche del jueves” 1 de mayo de 1973.

Los antiguos fascistas de Puebla

Imagen del periodista Manuel Buendía, colaborador de este diario y quien escribió libros de la actuación de los llamados fascistas de Puebla, en las décadas de los años 60 y hasta los 80.

Buendía también describió en varias columnas los roces que Márquez y otros grupos católicos tuvieron con Echeverría, a quien reprobaban por sus relaciones diplomáticas amistosas con la Cuba de Fidel Castro y el Chile de Salvador Allende.

En cambio, la relación que Márquez tuvo con Gustavo Díaz Ordaz en los 60 fue mucho más cordial. Así lo publicó EL UNIVERSAL en una nota del martes 15 de septiembre de 1998, en la cual se describe cómo el arzobispo realizó una llamada telefónica al entonces presidente en 1968, durante una Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Colombia:

“Señor presidente, nos estamos enterando que la agitación comunista prosigue. Cuente usted con nuestra total solidaridad. No podemos permitir este tipo de acciones comunistas. Lo respaldamos totalmente”, expresó el religioso.

Al respecto de este tema, Jesús Joel Peña apunta: “Lo del anticomunismo no era solo algo que le haya concernido (al clero) de Puebla, era un tema nacional. No solamente Márquez enarbolaba la bandera anticomunista: muchos obispos también, como además hubo algunos prelados que se desmarcaron de esta posición”.

Los antiguos fascistas de Puebla

Así publicó este diario la nota de los atentados dinamiteros en la capital aquel 1965. Hemeroteca/EL UNIVERSAL.

No obstante, el historiador señala: “Si la pregunta es si había una actitud anticomunista de parte de Márquez, sí. ¿Qué impulsaba desde la mitra que el clero poblano animara a su feligresía a manifestar rechazo al comunismo? Por supuesto que también lo hizo”.

Para Manuel Buendía, Márquez y “los ultras” cultivaron no solo actos violentos y propaganda anticomunista, sino que también crearon una demonología propia contra sus enemigos ideológicos: “judío igual a masón, masón igual a comunista, comunista igual a demonio”.

Y esa lucha, señaló el periodista, significaría una pelea contra Luzbel, justificada por la inspiración del Espíritu Santo.

Nuestra fotografía principal es la Catedral de Puebla en la década de los 70. Se trata de una manifestación contra el comunismo.

La imagen actual comparativa de la catedral fue tomada de Google Maps. 

Fuentes:

Pensamiento y acción de la derecha poblana, Manuel Buendía.

La Santa Madre, Manuel Buendía.

La ultraderecha en México, Manuel Buendía.

El maestro y las magas, Alejandro Jodorowsky.

www.arquidiocesisdepuebla.mx

Archivo de EL UNIVERSAL.

La ultraderecha en México: el conservadurismo moderno, artículo de Mónica Uribe.

Entrevistas con Luis Urías y Jesús Joel Peña.

Fotos: Archivo de EL UNIVERSAL.