Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez

La situación del coronavirus trajo cambios a las dinámicas sociales a nivel mundial, si bien el uso de la telefonía celular se ha convertido en el principal sistema de comunicación -a través de diversas aplicaciones de mensajería- el hecho de no poder tener cercanía con los seres queridos o con el mismo trabajo ha generado un incremento en las llamadas telefónicas , principalmente las “videollamadas”.

Remontar a los inicios del teléfono en México nos lleva a recordar a Alexander Graham Bell, uno de sus representantes, mientras que el encargado de instalar los aparatos para hacer la primera llamada telefónica en la capital mexicana fue Alfred Westrup, para más tarde establecer al teléfono como un medio de comunicación que se expandió poco a poco a lo largo de nuestro país.

Fue el cronista Héctor de Mauleón quien habló de este personaje y narró el hecho en su libro El tiempo repentino: crónicas de la Ciudad de México en el siglo XX :

“No fue hasta 1878, sin embargo, dos años después de que Graham Bell logrará comunicarse a treinta metros de distancia con uno de sus ayudantes, cuando el primer aparato telefónico propiamente dicho llegó a la Ciudad de México”.

Vicente Riva Palacio, en su posición como Ministro de Fomento del gobierno de Porfirio Díaz, trabajó el proyecto después de conocer a Alfred Westrup y escucharlo hablar del aparato telefónico; de acuerdo con Mauléon, Riva Palacio implementó fuertes políticas públicas para la instalación de alumbrado público de “arco voltaico”, vías férreas y la creación de los observatorios astronómicos y meteorológico; por lo que no tardó en agilizar los trámites para que se pudiera llevar a cabo la primera prueba.

Para la instalación del aparato, Westrup tuvo el apoyo de los ingenieros mexicanos Cristóbal Ortiz de la Oficina Central de Telégrafos y Ángel Anguiano, director del Observatorio Astronómico, así el 13 de marzo de 1878 se realizó el enlace telefónico entre la oficina telégrafos en la calle del Coliseo -la actual calle de Bolívar- y la oficina en Tlalpan, entre una y otra había 18 kilómetros de distancia.

La calle del Coliseo Nuevo, hoy Bolívar, a finales del siglo XIX. Destaca del lado derecho el Teatro Principal, el cual, luego de más de un siglo de historia, fue arrasado por un incendio. La fachada se mantuvo en pie durante varias décadas, funcionando ocasionalmente como cine al aire libre; luego fue un estacionamiento y finalmente desapareció. Colección Villasana - Torres.

También Héctor de Mauleón hace referencia en su obra a un artículo que publicó Ángel Anguiano en el periódico El Siglo XIX en el cual se refería a este hecho:

“Puestos previamente de acuerdo por medio del telégrafo , separamos los alambres, el de tierra y el de línea, del aparato telegráfico, quedando esté completamente sustituido por el aparato telefónico. Llamé con la campana, que fue oída y contestada inmediatamente. Procedí a hablar con el señor Westrup, y sin más intervalo que el natural para contestar, he oído con toda claridad todo cuanto me dijo. He hablado enseguida con todos y cada uno de los empleados, con todas las personas de la apreciable familia Ortiz y con varias visitas que había en la oficina: las personas que me acompañaban hablaron también: nuestra conversación duró como una hora y fue una verdadera satisfacción para todos los concurrentes.”

Sobre este acontecimiento, los también cronistas Manuel Valdespino y Salvador Padilla comentaron que con este hecho la Ciudad de México y el entonces municipio de Tlalpan tuvieron el honor de establecer la primera comunicación telefónica de América Latina.

Salvador explica que la tradición tlalpeña dice que la llamada se realizó desde “La Casona” -cuyo nombre oficial es Museo de la Historia de Tlalpan -, ubicada en la esquina de Plaza de la Constitución y Morelos, en donde hasta la fecha existe un teléfono elegante y negro, desde donde, se dice, se efectuó esa primera histórica llamada.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

La construcción del siglo XIX fue declarada monumento histórico por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia en 1986, es muy conocida con el sobrenombre de "La Casona" y forma parte del primer cuadro de la demarcación. Información y fotografía del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Sin embargo, los registros en medios de comunicación de la época, como el periódico El Siglo XIX confirman que la llamada fue entre las oficinas de telégrafos de la actual calle de Bolívar y la que estaba en Tlalpan, que se encontraba en la calle “Real” -hoy Madero- y no en la “La Casona”; sin embargo, ahí se realizó una comunicación posterior, el 20 de marzo de 1878, como se registra en la placa que existe en ese lugar.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

Teléfono y placa al interior de “La Casona” en Tlalpan. Cortesía Paulina Camacho, vecina de la zona.

Por su parte, Manuel Valdespino compartió para este diario la transcripción de la nota del periódico El Siglo XIX del 14 de marzo de 1878:

“El Teléfono. Ayer se ensayó por primera vez a grandes distancias en nuestra patria, el aparato telefónico de Bell. Poniéndose en comunicación la Oficina Central de Telégrafos de la Ciudad de México y la Oficina de Tlalpan , las personas que estuvieron presentes en ambos lugares se hablaron, oyéndose las palabras con tal perfección, que hasta el tono de voz de cada persona se distinguió perfectamente.”

Asimismo, Valdespino narró que el dato de la primera llamada era poco conocido y que en 1978 pasó “casi desapercibida” la conmemoración del centenario del suceso. Fue la compañía telefónica más grande del país la que realizó un pequeño homenaje publicando una postal conmemorativa.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

Postal conmemorativa de los 100 años de la primera llamada telefónica en México. Cortesía Manuel Valdespino. 


La consolidación de la red telefónica

Tras el éxito de la primera llamada , el ministro Riva Palacio convenció al entonces presidente Porfirio Díaz de los beneficios que el teléfono podría traer a México y, según lo escrito por Héctor de Mauleón, Díaz escuchó a través de un teléfono el Himno Nacional -que estaba siendo interpretado en la Ciudad de México- en una oficina cercana al Ferrocarril de Cuautitlán. Por lo tanto, el mandatario le solicitó a Alfred Westrup la instalación de una línea “permanente entre la sede del poder en Palacio Nacional y la residencia presidencial en el Castillo de Chapultepec”.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

El Castillo de Chapultepec y sus alrededores en una toma cercana a 1890. Este inmueble comenzó a construirse en 1785 y luego de funcionar como residencia imperial y presidencial, además de Colegio Militar, hoy es la sede del Museo Nacional de Historia. Al frente se aprecia parte del acueducto que ya no existe. Crédito: Francis Parker, Southern Methodist University.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

El Palacio Nacional y la Plaza de la Constitución alrededor de 1897. A la derecha está el Portal de las Flores que fue demolido en los años treinta y reemplazado más tarde por el nuevo Palacio del Ayuntamiento. Crédito: Southern Methodist University.

Poco a poco la red telefónica fue enlazando a las delegaciones policiacas con las oficinas del Inspector General y el despacho del Ministro de Gobernación. A cuatro años de la primera llamada, el 18 de julio de 1882 se inauguró la Compañía Telefónica Mexicana , cuyas oficinas desaparecieron para que el espacio pasara al terreno donde hoy se erige el Palacio de Bellas Artes.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

El tránsito frente a las obras del nuevo Teatro Nacional, luego llamado Palacio de Bellas Artes, en la década de 1910. Este espacio fue planeado por el arquitecto Adamo Boari y su construcción comenzó en 1904; tras la Revolución se reanudó bajo la dirección de Federico Mariscal, y abrió sus puertas en septiembre de 1934. Crédito: Library of Congress.

Como todo invento de novedad, gran parte de la población mexicana no se podía dar el lujo de tenerlo en casa, por lo que el directorio de usuarios era relativamente corto. Mauleón rastreó un documento de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de 1988 que informaba que para “1878, existían en la Ciudad de México sólo 8 aparatos. La cifra ascendió a cincuenta en 1879, a ciento cincuenta en 1881 y a doscientos en 1882. Tal vez de ese tiempo procede la costumbre de decir “bueno” al contestar el auricular, lo cual, comenta José Agustín, hoy es una de las cosas más extrañas del mundo, aunque entonces servía para indicar si la recepción de la señal era adecuada - “malo”, decía la gente de lo contrario”.

En 1891 la conexión telefónica se extendió a estados como Jalisco, Puebla, Oaxaca, Yucatán y Veracruz y cuando la cantidad de teléfonos instalados superó los mil, la compañía vio conveniente publicar un directorio mensual donde se indicara con qué persona se iba a hablar si se solicitaba cierto número telefónico; por ejemplo, en la capital el #1 era el número telefónico de Eusebio Gayosso, Porfirio Díaz el #64 y claro, hubo personajes que pudieron tener más de una línea telefónica.

Sobre el caso específico de Tlalpan, Salvador Padilla comenta que durante mucho tiempo, Tlalpan sólo tuvo 34 suscriptores al servicio telefónico. En los cuarenta, los teléfonos de la Ciudad de México podían contratarse a través de las empresas Ericsson o Mexicana que para la década de 1960 se unificaron.

De acuerdo con un testimonio que Salvador obtuvo del ingeniero Miguel Valenzuela, un residente de Tlalpan, “los teléfonos de Tlalpan funcionaban en esos años con un conmutador central con número 18-90-00 que daba servicio a toda la población. Si llamaba uno desde México, debía marcar ese número.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

Telefonista 1914. Colección Villasana-Torres / Libro "Telefonía en México".

Una telefonista se hacía cargo de contestar, ante lo cual el usuario le pedía que se marcara la extensión del destinatario de la comunicación . El conmutador estaba ubicado en la estación. Las telefonistas fueron, entre otras, una señorita de apellido Guevara, otra que se llamaba Esperanza y una tercera, Esthercita. Eran ellas las personas más informadas de Tlalpan, pues tenían acceso a la información más fresca de todo lo que acontecía en la localidad”.

Las primeras llamadas telefónicas en la capital
Las primeras llamadas telefónicas en la capital

Telefonistas a inicios del siglo XX Colección Villasana - Torres / Libro “Telefonía en México”.

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Si bien no hay registros oficiales sobre cómo la sociedad capitalina se sintió con la llegada del teléfono , seguramente el sentimiento es muy similar al que se tiene hoy en día cuando, por motivos de la pandemia, se nos confinó en casa y las videollamadas se convirtieron en una invitación a la intimidad de los hogares para personas que, quizás, nunca se contempló que conocerían el interior de la casa.

Fotografía antigua:

Colección Villasana - Torres. Southern Methodist University. Library of Congress. La Capital de México 1876-1900, UIA.

Fuentes: 

  1. Manuel Valdespino.
  2. Salvador Padilla.
  3. Libro El tiempo repentino: crónicas de la Ciudad de México en el siglo XX de Héctor de Mauleón.
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