Texto: Miroslava Callejas
El ajedrez es uno de los deportes más antiguos del mundo. Los historiadores apuntan que surgió en el siglo III a.C, y se le ha relacionado con la intelectualidad y el poder , a su vez vinculados con lo masculino , por lo que no es raro que los hombres tengan el dominio sobre el considerado deporte-ciencia .
La misoginia está a la orden del día en el juego. Frases como " la inferioridad de la mujer en el ajedrez es innata " o "ninguna mujer puede sostener una batalla prolongada" han sido dichas por campeones de la talla de Bobby Fischer , máxima figura ajedrecística estadounidense y por Gary Gasparov , catalogado el mejor jugador de la historia.
Actualmente el ajedrez despertó un inesperado interés impulsado por la serie de Netflix Gambito de dama , una de las más vistas en el 2020 con 62 millones de reproducciones a nivel mundial, misma que narra la vida de Beth Harmon , una huérfana que encuentra en el ajedrez su pasión y se convierte en su campeona absoluta, al mismo tiempo que libra una batalla contra sí misma y sus adicciones.
Aunque Harmon está inspirada en Bobby Fischer , esta serie pone los ojos en cómo ha sido para las mujeres insertarse en este deporte, los retos a los que se enfrentan, cómo han sido recibidas por los hombres y en por qué son pocas las que se interesan en el juego, pero ¿cómo ha sido en México?
Son bastantes preguntas y la batalla femenil para posicionarse en este juego no ha sido nada fácil, pero hay mujeres que han puesto muy en alto su nombre y son grandes referentes para futuras generaciones.
A la derecha Bobby Fischer, considerado el máximo campeón ajedrecista estadounidense de la historia, frente al ruso Michael Tail en el año de 1960, durante las Olimpiadas de Ajedrez en Leipzing, Alemania. Foto: Wikimedia Commons.
Las primeras campeonas
Los primeros nombres femeninos que surgieron en el ajedrez mundial fueron de la británica Edith Price (1872-1956) y Vera Menchik (1906-1944), de origen ruso, quienes reinaron en el rubro femenil en las décadas de los 20 y 30. Price ganó cinco veces el Campeonato Británico de Ajedrez Femenino y en 1948, a la edad de 76 años, se convirtió en la jugadora de mayor edad en ganar un campeonato en ese momento.
Campeonas del mundo de ajedrez, como Olga Rubtsova, Elizaveta Bykova y Ludmilla Rudenko, en sellos postales de Yugoslavia. Foto: Wikimedia Commons.
Sin embargo, la más fructífera y la más reconocida sería Vera Menchik al convertirse en la primera campeona mundial de ajedrez femenil . Su primer título lo logró en 1926 y lo conservó hasta su muerte en 1944, por una bomba de la II Guerra Mundial que cayó en su casa. Por los 18 años que ostentó el título se consagró como la jugadora que más lo ha conservado en la historia.
A partir de entonces, varias mujeres comenzaron a posicionarse a nivel mundial: la ucraniana Ludmilla Rudenko , las rusas Elizaveta Bykova y Olga Rubtsova y la georgianas Maya Chiburdanidze y Nona Gaprindashvili , esta última campeona por 16 años y la primera mujer en ganar el título de Gran Maestra Internacional de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), el rango más alto entre los jugadores profesionales.
Nona Gaprindashvili en un torneo de ajedrez en 1975. Foto: Hans Peters / Nationaal Archief.
En la década de los 90 surgen otras figuras femeninas de ajedrez destacadas hasta nuestros tiempos: las hermanas húngaras Susan, Zsófia y Judit Pólgar . Jugaron desde niñas con la guía de sus padres y se caracterizaron no sólo por participar en torneos femeniles, sino por encararse también con los campeones hombres
La más sobresaliente de las tres, sin duda, fue la pequeña Judit. A los nueve años ganó su primer torneo a nivel mundial y a los 15 se convirtió en Gran Maestra Internacional, la persona más joven en obtener este título.
Las hermanas Pólgar, de izquierda a derecha, Sofía, Judit y Susan, en un evento público en Central Park, N.Y., Estados Unidos, en 1988. Crédito: R. Cottrell / Wikimedia Commons.
Ha sido la única mujer en vencer al que se consideró el máximo jugador de ajedrez de la historia, Gary Kasparov , y por 26 años fue la mejor jugadora del mundo. En el 2005 se encontraba en el octavo lugar del ranking mundial y era la única mujer en el top ten. En 2014 decidió retirarse de los tableros, pero hasta la fecha continúa dando conferencias y clases para dar una amplia difusión del ajedrez sobre todo en las niñas.
Susan Pólgar defiende que en los torneos se separe a hombres y mujeres porque dice que son espacios que se necesitan para ellas se involucren más en el juego y son espacios ganados . En cambio Judit afirma que no, que debería ser todos contra todos por el asunto del nivel.
Judit Polgar juega partidas de ajedrez simultáneas en una exhibición pública informal en Central Park, 1988. Foto: R. Cottrell/ Wikimedia Commons.
Sin duda, las mujeres a nivel mundial han demostrado estar al mismo nivel que los hombres pero ¿Qué pasaba en nuestro país con el ajedrez femenil ?
México: Las mujeres al tablero
El primer campeonato femenil del que se tiene registros en el país fue el 19 de junio de 1939 en la calle de San Juan De Letrán No. 8, en la Ciudad de México, y contó con las participantes Carmen Pérez Reygadas, Elizabeth Dresel, Rosa María Pescador, María Luisa Torres, Catalina Bartres Horscheck, Juana Bahena, Elena Fuentes y las señoritas del Mercado de Tacubaya, según la plana de deportes de EL UNIVERSAL de esa fecha.
Nota publicada en EL UNIVERSAL el 19 de junio de 1939.
A partir de entonces el nombre que dominaría en los tableros femeniles mexicanos sería el de Catalina Bartres , quien se convertiría en la jugadora con mayor edad en representar a México en su primera Olimpiada Internacional de Ajedrez en 1974.
Después de Catalina, en la década de los 70 se abrió paso Aída Camps Rosales (1944-2016) y, posteriormente, se convertiría en todo un referente para el ajedrez mexicano. Nacida en Pachuca, Hidalgo, pero radicada por mucho tiempo en la Ciudad de México, Camps fue la primera jugadora en liderar al equipo femenil que representó a México en sus primeras olimpiadas internacionales de ajedrez en Medellín, Colombia, en 1974 y estaría en el equipo hasta 1980.
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En la fotografía antigua observamos a Aída Camps, mexicana originaria de Hidalgo; en la imagen a color aparece Yessica Méndez, quien ganó las Olimpiadas de Ajedrez en 2018 realizadas en Batumi, Georgia. Fotos: cortesía de Raúl Ocampo Vargas y de Yessica Méndez. Diseño web: Griselda Carrera
Además fue la primera mexicana en participar en eliminatorias de los Campeonatos Mundiales Femeniles y ganó seis títulos de campeona nacional.
En la siguiente década, en los 80, surgieron varios nombres de jugadoras con un buen nivel de juego como el de Hilda Acevedo , Luz María Bedolla , Tayde Salazar y Norma Carvajal . Pero en 1986 aparecería una joven que se convertiría en una de las más grandes figuras del ajedrez femenil del país: Yadira Hernández .
Hernández participó en 12 olimpiadas internacionales, liderando al equipo en nueve ocasiones y cosechó la medalla de plata de su grupo en 1986. Ha sido la única mexicana en jugar en una Copa del Mundo Femenil y lograr el título de Maestra FIDE en 1995. Su última participación en olimpiada fue en 2010.
Yadira Hernández participó en 12 olimpiadas internacionales y ha sido la única mexicana en jugar en una Copa del Mundo Femenil y lograr el título de Maestra FIDE en 1995. Foto: EL UNIVERSAL.
También en los 90 surgió otro importante nombre dentro del gremio: Alejandra Guerrero , quien sigue activa dentro del deporte. La oriunda de Durango tiene varios títulos: Ha participado en 12 olimpiadas mundiales obteniendo la plata con su equipo en 2012; en 2017 se llevó la medalla de oro en los panamericanos y en su estado ha sido seis veces campeona absoluta , es decir, tanto de hombres como de mujeres.
Ya en los años 2000 hubo varios nombres en el tablero femenil como el de Edith García y Diana Real , la segunda es la jugadora más pequeña en acudir a una Olimpiada Internacional con tan sólo 12 años; otra jugadora fue Ivette Morales y más recientemente Yessica Méndez , Ivonne Fuentes y Zenia Corrales , quienes se encuentran dentro de las cinco mejores jugadoras del país, según la FIDE.
Las Beth Harmon mexicanas
“Yo empecé a jugar inculcada por mi papá”, dice Alejandra Guerrero , de 46 años, en entrevista. “Todos juegan ajedrez en mi familia. Mi papá jugó profesionalmente y daba clases, recuerdo que me llevaba a jugar con sus alumnos, aunque fue hasta los 15 que empecé profesionalmente”.
De ahí siguieron varios torneos hasta que a los 17 años ganó su primer campeonato nacional, luego fue a su primera Olimpiada Internacional en 1992 y a partir de ahí recuerda que ha ido a casi todas hasta la fecha.
Alejandra Guerrero en el 2012. Foto: Przemysław Jahr / Wikimedia Commons.
Por su parte, Yessica Méndez de 25 años, relata que se acercó al ajedrez por un anuncio donde daban clases. “Tenía 11 años cuando en el periódico La Opinión, en Poza Rica, Veracruz, de donde soy, salió un anuncio sobre clases de ajedrez gratis por parte del diario. Entonces mi mamá lo leyó y nos llevó a mi hermana y a mí. Fue por casualidad porque eran cursos de verano y buscábamos algo que hacer, yo quería natación pero qué bueno que nos inclinamos por el ajedrez”.
También compartió cuáles fueron sus victorias dentro del tablero: “Mi primera victoria fue a los dos años que empecé a jugar. Gané dos platas en la Olimpiada Nacional y de ahí he cultivado una Olimpiada Internacional, un panamericano, medalla de oro en la Universidad Nacional representando al IPN y fui campeona nacional abierta y absoluta en 2018”.
Yessica Méndez en 2013, cuando ganó dos medallas en la Olimpiada Nacional de Ajedrez en Aguascalientes. La de Oro en modalidad clásica y la de Bronce en rápida. Foto: cortesía de Yessica Méndez.
Guerrero cuenta que, además de fungir como jugadora, también ha sido entrenadora y tiene su propia escuela de ajedrez. “En 1998 ya había acabado mi carrera, estaba casada y trabajaba, pero en 1999 dejé de hacerlo para dedicarme de lleno al ajedrez. En 2001 ya había fundado mi escuela y hasta 2011 fui entrenadora, una fase que me gustó mucho, porque ahí formé parte de un programa de alto rendimiento de Federación donde fungí como coordinadora, mi vida ha sido el ajedrez ”.
Sin embargo, tanto Alejandra como Yessica también se han enfrentado al sexismo y al machismo que existe en el deporte, por ser minoría numérica .
Yessica nos explica por qué hay muy pocas mujeres en el rubro: “Me puse a investigar y noté que a nivel mundial, sólo el 10 por ciento de jugadores son mujeres, es decir, uno de cada diez. Pero esto es una cuestión social porque hay estudios realizados en Noruega que muestran que en la niñez empiezan a jugar la misma cantidad de niños y niñas, pero en la adolescencia desertan (las niñas) en gran cantidad porque empiezan a decantarse con otras actividades; en cambio, los hombres lo refuerzan”.
Elizaveta Bykova en la apertura de un torneo de ajedrez, el 26 de octubre de 1960. Foto: Henk Lindeboom / Nationaal Archief.
En ese aspecto, Guerrero señala que la desigualdad no sólo se nota en la cantidad de jugadoras que hay frente a los hombres, sino también en la edad .
“Si revisas la lista de los rankings de los hombres verás que hay muchos que están en su madurez, oscilan entre los 40 y 60 años. En cambio, en la lista de las mujeres, de las más veteranas soy yo y de ahí en fuera la gran mayoría de las chicas son menores de 30 años, entonces habrá que preguntarse ¿por qué las mujeres después de esa edad ya no juegan? ¿Será que por qué tienen hijos ya no juegan?”.
Y ellas han vivido en carne propia experiencias no tan gratas de parte de sus compañeros.
“Cuando empezábamos a jugar torneos mi hermana y yo en Poza Rica, se negaban a jugar con nosotras. Eran por turnos y cuando llegaba el nuestro, el contrincante siempre se salía con cualquier pretexto para no jugar ni con mi hermana ni conmigo porque, quizá pensaban, que éramos una pérdida de tiempo”, narra Yessica.
Yessica Méndez en el Mundial Infantil y Juvenil en Maribor, Eslovenia, 2012, junto a Gary Kasparov.
Alejandra comenta que fue de un niño de quien recibió un comentario despectivo. “Me acuerdo que estábamos en un torneo y yo estaba inscrita como jugadora, un niño se me acercó y me comentó que a mi edad yo ya no podía jugar, imagínate”.
Inclusive se han encontrado con dificultades con las cuales que quizá los hombres no lidian regularmente, como es el asunto de los cuidados y la maternidad .
En ese sentido, Alejandra comparte sus inquietudes respecto a ser madre y jugadora. “Había torneos que en pleno juego amamantaba a mi hijo. En otros, cuando ya estaban más grandecitos, los llegué a encargar con el árbitro porque lo conocía, pero imagínate las mujeres que no conocen a nadie ¿con quiénes los encargan? Jamás he visto a los hombres preocuparse de ello”.
Remata con la disparidad de los costos de los viajes entre hombres y mujeres. “Recuerdo que tenía compañeros que incluso se iban de a raid a los torneos, nosotras no podemos hacer eso porque es peligroso”. Dice que de joven siempre viajaba a los torneos con su mamá pero resultaba más caro.
Ambas jugadoras siguen al pie del cañón y dan esperanzas al ajedrez femenil.
Club Cuauhtémoc que se encuentra cerca del metro Hidalgo, donde se reúnen jugadores de alto nivel ajedrecístico. Foto: cortesía de Yessica Méndez.
“Hay países donde la mayoría de los jugadores son mujeres, específicamente en Georgia, de donde son varias campeonas mundiales. Incluso tienen la tradición de que a una pareja, cuando se casa, se les obsequie un tablero de ajedrez para que jueguen”, comparte Yessica.
Aplaude que la serie Gambito de Dama haya generado interés en el juego, sobre todo por parte de las mujeres. “Cualquier cosa mediática que esté a favor de que la mujer esté involucrada en cosas que supuestamente son solo de hombres, ayuda”.
Por su parte, Alejandra celebra que la serie haya generado interés en el juego, pero le pareció irreal. “La protagonista parece tender más por comportamientos masculinos, es muy libre y no se preocupa por cosas que generalmente nosotras sí, como los hijos”.
Guerrero finaliza con la reflexión de que más allá del debate de torneos varoniles y femeniles o de que si tendrían que jugar todos contra todos, se debería de tomar atención a las estructuras que fomentan la desigualdad de género dentro del ajedrez . “No estamos jugando parejo ¿en qué momento vamos a jugar en igualdad de condiciones?”.
Doodle del 2018, por el 114 aniversario del nacimiento de Lyudmila Rudenko. Foto: Google.
En la fotografía principal observamos a Olga Rubtsova (derecha) y a K.A. Zvorykina en la primera ronda del Torneo Internacional de Ajedrez Femenino, en 1957. Crédito: Eric Koch / Nationaal Archief.
Fuentes:
Entrevistas con Alejandra Guerrero y Yessica Méndez.
“Editorial. Maestra Nacional Aída Camps Rosales” en el Bucanero de ajedrez por Raúl Ocampo Vargas.
Página web de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y de la Base de datos de las Olimpiadas Internacionales (olimpbase.org).
Con Información de Raúl Ocampo Vargas y Uriel Armendáriz.