Texto: Martha M. Callejas
Como se escribió en la primera parte de la historia de Elvira Luz Cruz, la explicación más difundida en la prensa fue que cometió el filicidio de sus cuatro hijos en una colonia del Ajusco por la desesperación de no tener los medios para alimentarlos.
Otras versiones exponían que ella fue víctima de un ataque de celos e ira al enterarse de la infidelidad de su pareja. Esta conjetura se difundió en algunos periódicos de nota roja y causó que a Elvira le llamaran “La Medea del Ajusco”, en referencia a la tragedia griega que termina de la misma forma que este crimen.
Según las investigaciones, la misma Elvira hizo dos declaraciones distintas. En la primera aceptó haber asesinado a sus hijos porque estaba harta de la pobreza en la que vivían; en la segunda, dijo estar alcoholizada, hasta la inconsciencia, por lo que no recordaba nada, al despertar vio muertos a sus hijos y entró en crisis para luego intentar quitarse la vida.
En enero de 1984, al final con su testimonio, el de su pareja Nicolás Soto, su hermana y la madre de Nicolás, se le dictó una sentencia provisional de 23 años de prisión, aunque poco tiempo después la condena aumentó a 28, después de que se rechazó en su defensa una supuesta enfermedad mental, ya que los exámenes psicológicos y psiquiátricos resultaron normales.
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En 1993, después de casi once años en la cárcel, Elvira Luz Cruz inició el trámite de preliberación gracias a la defensa de la abogada Mireya Toto.
La condena final se había reducido por inconsistencias en la investigación la cual, según la defensa, contaba con más de 30 irregularidades y por la buena conducta de Elvira en el Reclusorio Femenil de Tepepan, al sur de la capital.
En el tiempo que permaneció recluida, ella aprovechó la oportunidad de reivindicarse con los programas de rehabilitación y reinserción social. Siendo analfabeta cuando fue aprehendida, en el penal cursó todos sus estudios hasta el bachillerato y, además, aprendió inglés y mecanografía. Se dice que volvió a casarse, esta vez sin intención de tener más hijos.
En la nota publicada por esta casa editorial también se puntualizó que con su libertad podría disponer del dinero que ganó por la demanda de una película comercial inspirada en su vida.
Así fue como cambió su destino, gracias a su determinación por salir adelante. Retomó su vida abandonando el escrutinio y la mala fama por sus crímenes. El caso de la mujer que acabó con la vida de sus cuatro hijos, víctima de la pobreza extrema, quedó cerrado.
No pasó mucho tiempo para que la industria cinematográfica aprovechara el horror, polémica e indignación que estos hechos provocaron, por lo que durante el proceso judicial se produjeron obras que buscaron llenar los huecos de la investigación con teorías de lo que pudo haber sucedido realmente en este crimen que conmocionó a la ciudad de México.
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Una de las primeras producciones fue el documental “Elvira Luz Cruz, pena máxima” dirigido por Dana Rotberg y Ana Diez Díaz. Esta película recogió los testimonios de las personas cercanas al caso, desde los vecinos, el padre de los niños y la suegra, hasta la psicóloga y la abogada defensora de Elvira.
El distintivo de Rotberg y Diez fue que resaltaron la serie de contradicciones que tuvo la investigación cuestionando nuevamente la validez del juicio y la sentencia.
Un par de años más tarde, en 1986, el director de cine Felipe Cazals y los Estudios Chimalistac realizaron la cinta “Los motivos de Luz”. El guion fue adaptado por el propio Cazals junto con Xavier Robles, mientras que la actriz Patricia Reyes Spíndola interpretó a Elvira.
Con un tinte más comercial y con la interpretación personal del director, la fama del filme hizo que Elvira Luz Cruz presentara una demanda en contra de la productora cinematográfica por difamación, la cual ganó con la asesoría del abogado Efraín Garza.
Los motivos de Luz (1985)
La película “Los Motivos de Luz” dirigida por Felipe Casalz, es una ventana que muestra al público las condiciones precarias en las que viven miles de mexicanos en las orillas de la ciudad. La narrativa y ambientación del largometraje obtuvieron reconocimientos en festivales y premiaciones de cine.
Pese a los problemas legales que enfrentó, la cinta fue reconocida y participó en diversos festivales y premiaciones de cine como los premios Ariel. En 1986, en su edición 28° “Los motivos de Luz” fue nominada en siete categorías.
En aquella ocasión estuvo nominada a Mejor Película del año, Mejor director y Ambientación, los premios que ganó fueron a Mejor Actriz por la interpretación de Patricia Reyes Spíndola, como Elvira, y a Mejor Actriz de Reparto por la actuación de Ana Ofelia Murguía, como la suegra de Luz, doña Eduarda.
La cinta ganó la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián en 1985, en España, muestra del éxito que obtuvo en el cine a nivel hispanoamericano. Según la crítica la consideró como una película valiosa en la historia del cine mexicano.
El teatro también llevó este caso al escenario. El dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda escribió la obra inspirada en la noticia de 1983, apenas un año después de los hechos. El título provisional fue “La Razón de Elvira”, pero al final se cambió por el sobrenombre que asignó la prensa a la responsable del crimen: “La Fiera del Ajusco”.
Se estrenó el 6 de septiembre de 1985 para clausurar el Festival de Teatro Latinoamericano de ese año, en el Teatro Santa Catarina, bajo la dirección de Marta Luna y con el apoyo de la UNAM.
Rascón Banda, con formación profesional en lengua española y derecho fue un escritor prolífico que, con la influencia de su carrera de abogado, miraba la identidad mexicana desde sus constantes injusticias, como es el caso de la violencia, inspirándose en problemas sociales difíciles de abordar.
Las historias de Rascón Banda suelen basarse en hechos reales, como es el caso de “La Fiera del Ajusco”. Esta tendencia de Rascón causó diversas reacciones, en su mayoría negativas, por la fuerte crítica que expuso con sus puestas en escena.
La dramaturgia de Rascón Banda expresa las diferentes formas de violencia que pueden existir, pero en especial aquella que surge de la injusticia y cómo el entorno orilla a sus personajes a participar en ella.
“La Fiera del Ajusco” no buscó justificar el crimen, pero sí mostrar las condiciones de miseria, abandono y violencia social en las que viven miles de mujeres como Elvira. Un buen ejemplo se da al inicio de la obra, en que el personaje que interpreta a la hermana de Elvira se dirige hacia el público contando cómo llegaron a aquella zona marginada de la ciudad:
“Alguien nos dijo que aquí se podía vivir, que trajéramos ladrillos, adobes, cartón, lámina o palos. Cada quién tomó parte y marcó su terreno. […] Elvira preguntaba: ¿Por qué nos dirán paracaidistas? Si pagamos las cuotas y todo”.
Aun cuando se sepa el trágico final de la protagonista, la serie de acontecimientos que se narran mantiene cautivo al espectador y le hace ver desde otra perspectiva lo que suele considerarse un crimen pasional sin fondo.
Gracias a esta adaptación teatral, el caso de Elvira Luz Cruz obtuvo un lugar dentro de la literatura mexicana contemporánea, como un recordatorio del largo camino que aún hay que recorrer en materia de justicia y derechos humanos.
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A más de 40 años del caso, las irregularidades en las investigaciones policiacas son una constante en nuestros días, así como la forma sensacionalista en que se cubren los crímenes, que ahora tienen un mayor impacto a través de series en las distintas plataformas de comunicación.
Durante la crisis sanitaria de Covid-19, a través del Movimiento Antorchista con sede en Puebla, se retomó la obra en el marco de la II Muestra Nacional de Teatro de Antorcha, en diciembre de 2021. Por la cuarentena, la función fue digital con transmisión a través de redes sociales.
Con la dirección de Óscar Donato y un grupo de actores que practicaron por meses, adaptaron la experiencia del teatro vía streaming.
La obra “La Fiera de Ajusco” fue retomada recientemente en los teatros debido a la temática que sigue siendo vigente entre la población vulnerable. El argumento invita a reflexionar al espectador sobre la injusticia social y la realidad detrás de un crimen como el de Elvira Luz Cruz.
Gracias al éxito de la puesta en escena, se logró que para noviembre de 2022 “La Fiera del Ajusco” se volviera a presentar en Puebla, en el marco del “Maratón del Teatro 2022”.
En marzo de este 2023, la obra recibió una mención honorífica por la interpretación que tuvo la Compañía de Teatro Popular Moliere, en la categoría amateur del XXII Encuentro Nacional de Teatro organizado por el Movimiento Antorchista.
A más de cuatro décadas de los hechos, la obra sigue impactando a los espectadores por la vigencia de los temas que aborda. Ante la controversia generada por este caso sin resolver podemos rescatar las últimas palabras del narrador de la obra que describe la realidad de muchos casos criminales en el país:
“Se decidió su destino y firmando se marcó. La enviaron a la oscuridad y una puerta se cerró tras Elvira”.