En el mes de la mujer recordamos a algunas de ellas, que, sin ser estrellas de cine, ni modelos, se hicieron famosas en tiempos de guerra. En la década de 1930, aquellas personas que gozaran de fama fotográfica parecían celebridades. Ya fuera por su belleza o fortuna, los “más fotografiados” eran noticia en varias partes del mundo.
La ciudad más fotografiada, la maravilla natural con más retratos, hasta el gato con más trabajos publicitarios, datos así se publicaron en los diarios del siglo XX, aunque las principales menciones eran para las jóvenes y atractivas mujeres que protagonizaron un mayor número de fotos.
Lee también En México, la primera Conferencia Mundial de la Mujer en 1975
De acuerdo con el artículo de AnOther Magazine, In the 1930s’ Darkest Days, Fashion Photography Provides an Escape, las fotografías de moda y estilo ofrecían a la audiencia “una sensación de escapismo y surrealismo tras tiempos difíciles”.
Los años 30 fueron una época compleja para la dinámica estadounidense. Con una severa crisis económica tras el colapso de la Bolsa de Valores y un inminente conflicto militar en Europa, ciertas fotografías de moda y vida cotidiana representaron una distracción para ciudadanos promedio.
Pulularon las bellas mujeres promocionando artículos, estilos de vida y belleza. Cautivaron a consumidores, aumentaron las ventas de tal o cual cigarro y ofrecieron a cientos de jovencitas una gama de oportunidades, ya fuera como modelos, actrices o sólo como la chica que su país necesitaba, risueña y agraciada.
Según los estándares de la revista estadounidense LIFE, las mujeres ideales debían tener “pecho redondo y alto, una cintura delgada, pero no de avispa y caderas suavemente redondeadas”. Ese era el cuerpo del momento y las mujeres que ganaron el título de “más fotografiadas” cumplieron ese estándar, con su piel tersa, gran sonrisa y, sobre todo, con mucho carisma frente a la cámara.
Lee también La ideología de la mujer en los años 60 a través de la publicidad femenina
Algunas de ellas tuvieron grandes momentos de éxito, con millares de retratos, publicidad y hasta enamorados desconocidos, pero su nombramiento duraba poco tiempo, pues la prensa pronto encontraba a una nueva mujer para fotografiar.
Mimi Scott, la enfermera y socialité con más retratos
Durante los años 20 y 30, numerosos diarios estadounidenses mostraron a joviales señoritas que recibieron el nombramiento de las “más fotografiadas de todo el mundo”, aunque tal denominativo era exagerado, pues sólo tomaron en cuenta retratos de chicas norteamericanas.
A pesar de esa omisión, todas las jóvenes que brillaron frente a las cámaras tenían una historia diferente y una belleza cotidiana que podía encontrarse en todos los vecindarios.
Lee también La primera mujer profesionista de América Latina fue mexicana
Una de las primeras chicas que protagonizó gran número de retratos fue Mimi Scott, una bella y acaudalada heredera que, en 1911 y a sus 17 años, figuraba como socialité en diarios neoyorkinos.
Sus fotografías y actividades eran nota en los tabloides de chismes, sobre todo cuando se embarcó hacia Europa en 1917, como enfermera de la Cruz Roja para apoyar durante la Primera Guerra Mundial. Scott dejó la cómoda vida del jet set para ver atrocidades bélicas en Francia.
En medio de la guerra, los periódicos siguieron de cerca a su heredera favorita. Mimi Scott se encontró con un antiguo compañero de universidad y prometedor atleta, Hobart Baker, con quien comenzó una seria relación; en pocos meses, confirmaron su compromiso, noticia que se publicó con bombo y platillo en Estados Unidos, sobre todo por la fama de la socialité.
Lee también Cuando las enfermeras eran “regalo de los Reyes Magos”
Por desgracia, su romance duró muy poco y nunca llegaron al altar, pues Scott comenzó otro noviazgo con un diplomático estadounidense y Baker murió en un accidente aéreo. La entonces “chica más fotografiada” regresó a Estados Unidos hasta 1920, pero su fama disminuyó con rapidez y no aparecieron más fotografías suyas en los tabloides.
Gwendolyne Jarvis, modelo que ganó más que un embajador
Varios años después, el 9 de enero de 1936, EL UNIVERSAL ILUSTRADO entrevistó a la entonces “mujer más fotografiada” del momento, Gwendolyne Jarvis, quien a sus 24 años ostentó tan glamouroso título. Lo único que queda sobre su belleza es ese encuentro, pues no aparece nada más en internet sobre ella.
En su plática con nuestro semanario, la entonces cotizada modelo comentó lo fortuito que fue su comienzo en anuncios publicitarios y escaparates. Jarvis, originaria de Missouri, ganó un concurso de belleza estatal en 1932, con su “cutis fresco, ojos azules y magnífica cabellera de tirabuzones rubios”, como la describió EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
Durante su coronación, numerosos fotógrafos tomaron su retrato, pero sólo uno le insistió que participara en una campaña de publicidad para unos helados.
“La sola idea de ganar 20 dólares por algunos minutos de estar frente a cámara me pareció extraordinaria. [Además] dio la casualidad de que me gustan con locura los helados y la expresión de satisfacción que puse al probar aquel exquisito producto fue perfecta”, comentó la joven estadounidense, quien pronto se convirtió en modelo ideal para varios anuncios publicitarios.
Lee también ¿Por qué la mujer era objeto publicitario hace décadas?
Apenas cuatro años después, Gwendolyne Jarvis ganaba tres veces más dinero que un embajador de su país, gracias a sus más de mil 250 poses anuales frente a cámara. De acuerdo con sus propias cuentas, la bella mujer apareció en 600 mil folletos, 300 mil carteles, 125 mil calendarios y 3 millones de litografías en paquetes de cigarrillos.
La entonces “chica más fotografiada” se asumió como “la mujer a quien los fotógrafos y artistas de mi país prefieren como modelo, y eso hace que mi cara sea tan popular”. Según se comentó en la entrevista, cientos de estadounidenses reconocían a Gwendolyne Jarvis, pues era imagen del anuncio de jabón, de la pasta de dientes o de los finos cigarrillos de los años 30.
“Muchas veces me preguntan si la popularidad de mi cara no me molesta. En ocasiones me fastidia, […] he ido a donde nadie me conoce y en donde puedo entrar en un restaurante o en un teatro sin tener la preocupación de que haya un centenar de ojos que se fijan en mí”, compartió Jarvis.
“Esa popularidad tiene aspectos divertidos, como la correspondencia de toda clase de enamorados que me ofrecen matrimonio sin siquiera conocerme”. Siendo la “mujer más fotografiada”, Gwendolyne Jarvis generó amores involuntarios en ciertos lectores, pues su ideal imagen los cautivó, además de que salía tan seguido en periódicos y anuncios que era imposible no fijarse en ella.
Lee también Así eran los tratamientos estéticos para lograr ser casi perfecto
“[Tras varias propuestas amorosas de desconocidos] hago decir que estoy casada, que no soy tan atractiva como parezco en mis fotos, que estoy terriblemente maquillada, que mis dientes son postizos, que uno de mis ojos es de cristal y que mi cabello procede de un peluquero de Nueva York”, concluyó Jarvis, la carismática joven que alcanzó la fama gracias a sus fotografías.
Zoe Dell Landis, la “más fotografiada” que se convirtió en piloto
Para 1938 y durante el boom de las “mujeres más fotografiadas”, apareció Zoe Del Lantis, una joven bailarina originaria de Oregón con apenas 22 años, quien se ganó el título por sus numerosos retratos fotográficos gracias a su trabajo como promotora de una feria.
En su edición del 7 de febrero de 1938, la revista LIFE nombró a Dell Lantis como la “mujer más fotografiada del mundo”, cuando era modelo principal de la Feria Internacional del Golden Gate, en San Francisco. El evento californiano se realizó para difundir la inauguración del famoso puente Golden Gate y también para promocionar los todavía desconfiables vuelos aéreos.
Dell Lantis usó un reducido atuendo de pirata para promocionar la feria y viajó por toda la Unión Americana con su vestuario. Su belleza y carisma le ganaron gran popularidad; cientos de fotógrafos tomaron su retrato, algo que le sirvió a ella y al evento del Golden Gate.
Lee también Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
Durante sus labores de promoción, la joven modelo de Oregon afrontó un pequeño escándalo frente a las cámaras. En su visita a Nueva York, Zoe Dell conoció al entonces alcalde de la “Gran Manzana”, Fiorello LaGuardia, quien le exigió usar un abrigo si quería tomarse fotos con él.
Para ese momento –1937–, LaGuardia emprendía una severa lucha contra indecencias y crímenes violentos, por lo que clausuró varios teatros de burlesque tras considerarlos un centro de criminalidad y restringió los espectáculos donde aparecieran mujeres en paños menores.
Debido a eso, el alcalde de Nueva York y líder de una gran lucha contra la inmoralidad, no podía tomarse una fotografía con una veinteañera que vestía un diminuto disfraz de pirata. Según mencionó la revista LIFE, Zoe Dell usó el abrigo, pero no encontramos el retrato que lo pruebe.
Después de la feria, Dell Lantis grabó un par de películas con Paramount Studios como extra y fue voluntaria en espectáculos para las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a sus constantes vuelos aéreos, la bella modelo se interesó en la aviación y se capacitó como piloto de avionetas.
Lee también Las primeras mujeres universitarias que estudiaron en México
Junto a su segundo esposo, Ervin J. Nutter, impulsó la industria aérea con millones de donaciones y su legado como modelo viró hacia la aviación y filantropía. En 2006, la entonces Primera Dama, Laura Bush, reconoció a Zoe Dell Lantis con la medalla Lincoln, casi 70 años después de que la revista LIFE la mencionara como la “mujer más fotografiada” del momento.
Mitzi Uehlein, la joven surfista que cautivó a los fotógrafos
Casi en paralelo con el éxito de Zoe Dell, en las playas de Venice, California, surfeaba otra chica rodeada de fotógrafos. Mitzi Uehlein, una joven de 19 años, mantenía el tipo de cuerpo que la revista LIFE consideró ideal, con caderas algo redondeadas y una gran sonrisa.
De acuerdo con la edición del 2 de octubre de 1938 del periódico estadounidense, Evening Star, Uehlein era la “chica de ensueño” para los camarógrafos, siempre mostrando su alegría y con “su belleza ideal para las cámaras”.
El mismo diario estimó que la joven surfista protagonizó más de mil retratos y sus fotografías “rara vez llegan al basurero” del editor. Mucho contenido sobre ella se publicó, sobre todo, por ser una chica que disfrutó de aguas californianas y porque representó un ejemplo de vitalidad y alegría.
El festival de Long Beach eligió a Mitzi Uehlein como “reina de reinas” a finales de los años 30. La joven salía reluciente en cada fotografía, ya fuera posando sobre un simple tronco que convertía en un pedestal para su belleza o surfeando con gran habilidad.
Lee también La bicicleta trajo pantalones y feminismo a las mujeres mexicanas
A comienzos de los años 40, la chica de las playas californianas incursionó en la actuación y modelaje profesional. Para 1944, la Asociación de Fotógrafos de Los Ángeles la denominó como la “modelo ideal”, por su inteligencia para posar, su actitud fotogénica, personalidad y belleza.
La “mujer más fotografiada” participó en campañas publicitarias para ropa de playa, vestidos de gala y hasta de coches Studebaker, aunque su presencia en lentes fotográficos desapareció con rapidez.
En la actualidad, muchas mujeres protagonizan millares de retratos, donde no sólo aportan su belleza al mundo fotográfico, sino un gran antecedente de lucha o trabajo. La entonces Princesa de Gales, Diana Spencer, ostentó el reconocimiento como la “más fotografiada” durante los años 80 y 90, tanto por su labor real como por su innegable empatía por causas sociales.
En un caso más reciente, la revista TIME nombró a Malala Yousafzai, de Pakistán, como una de las personas más influyentes del siglo XXI, famosa por "hacer campaña para permitir que las niñas de su país y de todo el mundo vayan a la escuela". Su imagen apareció en miles de tirajes, programas y llegó hasta el comité del Premio Nobel, galardón que ganó en 2014 en la categoría de Paz.
Lee también Los fotógrafos que te sorprendían en las banquetas
El 10 de octubre de ese año, el periodista Matt McAllester habló de la calma que rodeó a la entonces adolescente pakistaní ante su retrato para la portada de TIME. “Tuve la impresión de que ella vio toda esa atención, incluida la sesión de fotos, como una herramienta para su causa y nada más”.
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- Beddington, E. (16 de octubre 2022). Photographs of 1930s society ladies in costume, as rediscovered in 1990. En The Guardian.
- Berman, E. (s.f.). This Is What the Ideal Woman Looked Like in the 1930s. En LIFE.
- Eschner, K. (24 de julio 2017). Meet 10 Depression-Era Photographers Who Captured the Struggle of Rural America. En Smithsonian Magazine.
- Library of Congress - Estados Unidos
- Marshall, S. (12 de octubre 2018). In the 1930s’ Darkest Days, Fashion Photography Provides an Escape. En AnOther Magazine.
- McAllester, M. (10 de octubre 2014). Malala Will Use Nobel Prize to Further Her Cause. En TIME.
- Martel, M. (s.f.) Zoe Dell Lantis Nutter, Selling the Sky. En Dayton Innovation Legacy.
- Osborne, C. (1 de agosto 2014). Zoe Dell Lantis Nutter: A 70-Year Commitment To Aviation’s Success. En Airport Journals.
- Ross, B. (2000). Bumping and Grinding On the Line: Making Nudity Pay. En Labour/Le Travail.
- s.a. (3 de marzo 2017). The iconic beauties who perfectly sum up 1930s style. En Marie Claire.
- Stewart, C. (22 de abril 2020). Actress, pilot and philanthropist Zoe Dell Nutter dies. En Dayton Daily News.