En el mes de la mujer recordamos a algunas de ellas, que, sin ser estrellas de cine, ni modelos, se hicieron famosas en tiempos de guerra. En la década de , aquellas personas que gozaran de fama fotográfica parecían celebridades. Ya fuera por su belleza o fortuna, los “más fotografiados” eran noticia en varias partes del mundo.

La ciudad más fotografiada, la maravilla natural con más retratos, hasta el gato con más trabajos publicitarios, datos así se publicaron en los diarios del siglo XX, aunque las principales menciones eran para las jóvenes y atractivas mujeres que protagonizaron un mayor número de fotos.

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De acuerdo con el artículo de AnOther Magazine, In the 1930s’ Darkest Days, Fashion Photography Provides an Escape, las fotografías de moda y estilo ofrecían a la audiencia “una sensación de escapismo y surrealismo tras tiempos difíciles”.

Actriz estadounidense, Gail Patrick, en 1935. La también modelo fue imagen de algunas campañas publicitarias, como en la imagen, donde modeló para un cuaderno de patrones de costura para quienes no tenían fondos para comprar ropa de distribuidor; con una bella mujer, podrían promocionarse artículos de calidad promedio. Foto: The Washington Star/Wikimedia Commons.
Actriz estadounidense, Gail Patrick, en 1935. La también modelo fue imagen de algunas campañas publicitarias, como en la imagen, donde modeló para un cuaderno de patrones de costura para quienes no tenían fondos para comprar ropa de distribuidor; con una bella mujer, podrían promocionarse artículos de calidad promedio. Foto: The Washington Star/Wikimedia Commons.

Los años 30 fueron una época compleja para la dinámica estadounidense. Con una severa crisis económica tras el colapso de la Bolsa de Valores y un inminente conflicto militar en Europa, ciertas fotografías de moda y vida cotidiana representaron una distracción para ciudadanos promedio.

Pulularon las bellas mujeres promocionando artículos, estilos de vida y belleza. Cautivaron a consumidores, aumentaron las ventas de tal o cual cigarro y ofrecieron a cientos de jovencitas una gama de oportunidades, ya fuera como modelos, actrices o sólo como la chica que su país necesitaba, risueña y agraciada.

Según los estándares de la revista estadounidense LIFE, las mujeres ideales debían tener “pecho redondo y alto, una cintura delgada, pero no de avispa y caderas suavemente redondeadas”. Ese era el cuerpo del momento y las mujeres que ganaron el título de “más fotografiadas” cumplieron ese estándar, con su piel tersa, gran sonrisa y, sobre todo, con mucho carisma frente a la cámara.

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Algunas de ellas tuvieron grandes momentos de éxito, con millares de retratos, publicidad y hasta enamorados desconocidos, pero su nombramiento duraba poco tiempo, pues la prensa pronto encontraba a una nueva mujer para fotografiar.

Fotografía de los años 40, tomada por el mismísimo Stanley Kubrick para la revista LOOK. En la imagen se ve a una modelo con lencería; su cuerpo mantenía los estándares de belleza que las publicaciones buscaban en sus jóvenes chicas, con figura redondeada y una delgadez adecuada. Foto: Stanley Kubrick/LOOK Magazine/Wikimedia Commons.
Fotografía de los años 40, tomada por el mismísimo Stanley Kubrick para la revista LOOK. En la imagen se ve a una modelo con lencería; su cuerpo mantenía los estándares de belleza que las publicaciones buscaban en sus jóvenes chicas, con figura redondeada y una delgadez adecuada. Foto: Stanley Kubrick/LOOK Magazine/Wikimedia Commons.

Mimi Scott, la enfermera y socialité con más retratos

Durante los años 20 y 30, numerosos diarios estadounidenses mostraron a joviales señoritas que recibieron el nombramiento de las “más fotografiadas de todo el mundo”, aunque tal denominativo era exagerado, pues sólo tomaron en cuenta retratos de chicas norteamericanas.

A pesar de esa omisión, todas las jóvenes que brillaron frente a las cámaras tenían una historia diferente y una belleza cotidiana que podía encontrarse en todos los vecindarios.

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Una de las primeras chicas que protagonizó gran número de retratos fue Mimi Scott, una bella y acaudalada heredera que, en 1911 y a sus 17 años, figuraba como socialité en diarios neoyorkinos.

Fotografía de Mimi Scott, enfermera de la Cruz Roja y socialité neoyorkina, en julio de 1917 para la revista The Theatre. La joven heredera fue parte del equipo médico que apoyó durante la Primera Guerra Mundial. Foto: ESPECIAL/The Theatre/Wikimedia Commons.
Fotografía de Mimi Scott, enfermera de la Cruz Roja y socialité neoyorkina, en julio de 1917 para la revista The Theatre. La joven heredera fue parte del equipo médico que apoyó durante la Primera Guerra Mundial. Foto: ESPECIAL/The Theatre/Wikimedia Commons.

Sus fotografías y actividades eran nota en los tabloides de chismes, sobre todo cuando se embarcó hacia Europa en 1917, como enfermera de la Cruz Roja para apoyar durante la Primera Guerra Mundial. Scott dejó la cómoda vida del jet set para ver atrocidades bélicas en Francia.

En medio de la guerra, los periódicos siguieron de cerca a su heredera favorita. Mimi Scott se encontró con un antiguo compañero de universidad y prometedor atleta, Hobart Baker, con quien comenzó una seria relación; en pocos meses, confirmaron su compromiso, noticia que se publicó con bombo y platillo en Estados Unidos, sobre todo por la fama de la socialité.

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Por desgracia, su romance duró muy poco y nunca llegaron al altar, pues Scott comenzó otro noviazgo con un diplomático estadounidense y Baker murió en un accidente aéreo. La entonces “chica más fotografiada” regresó a Estados Unidos hasta 1920, pero su fama disminuyó con rapidez y no aparecieron más fotografías suyas en los tabloides.

Mimi Scott (izq.) acompañada por la señora de Steven Peabody (der.), durante un evento de la élite neoyorquina en 1915. Foto: ESPECIAL/Bain News/Library of Congress/Wikimedia Commons.
Mimi Scott (izq.) acompañada por la señora de Steven Peabody (der.), durante un evento de la élite neoyorquina en 1915. Foto: ESPECIAL/Bain News/Library of Congress/Wikimedia Commons.

Gwendolyne Jarvis, modelo que ganó más que un embajador

Varios años después, el 9 de enero de 1936, EL UNIVERSAL ILUSTRADO entrevistó a la entonces “mujer más fotografiada” del momento, Gwendolyne Jarvis, quien a sus 24 años ostentó tan glamouroso título. Lo único que queda sobre su belleza es ese encuentro, pues no aparece nada más en internet sobre ella.

En su plática con nuestro semanario, la entonces cotizada modelo comentó lo fortuito que fue su comienzo en anuncios publicitarios y escaparates. Jarvis, originaria de Missouri, ganó un concurso de belleza estatal en 1932, con su “cutis fresco, ojos azules y magnífica cabellera de tirabuzones rubios”, como la describió EL UNIVERSAL ILUSTRADO.

Durante su coronación, numerosos fotógrafos tomaron su retrato, pero sólo uno le insistió que participara en una campaña de publicidad para unos helados.

“La sola idea de ganar 20 dólares por algunos minutos de estar frente a cámara me pareció extraordinaria. [Además] dio la casualidad de que me gustan con locura los helados y la expresión de satisfacción que puse al probar aquel exquisito producto fue perfecta”, comentó la joven estadounidense, quien pronto se convirtió en modelo ideal para varios anuncios publicitarios.

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Apenas cuatro años después, Gwendolyne Jarvis ganaba tres veces más dinero que un embajador de su país, gracias a sus más de mil 250 poses anuales frente a cámara. De acuerdo con sus propias cuentas, la bella mujer apareció en 600 mil folletos, 300 mil carteles, 125 mil calendarios y 3 millones de litografías en paquetes de cigarrillos.

Gwendolyne Jarvis en su exclusiva entrevista para EL UNIVERSAL ILUSTRADO. La considerada “mujer más fotografiada” dijo que ganaba más que una estrella de Hollywood, pues “mi trabajo es difícil, porque cada artículo o producto para el que me fotografían tengo que estudiar una expresión adecuada y diferente”, aseveró Jarvis. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Gwendolyne Jarvis en su exclusiva entrevista para EL UNIVERSAL ILUSTRADO. La considerada “mujer más fotografiada” dijo que ganaba más que una estrella de Hollywood, pues “mi trabajo es difícil, porque cada artículo o producto para el que me fotografían tengo que estudiar una expresión adecuada y diferente”, aseveró Jarvis. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

La entonces “chica más fotografiada” se asumió como “la mujer a quien los fotógrafos y artistas de mi país prefieren como modelo, y eso hace que mi cara sea tan popular”. Según se comentó en la entrevista, cientos de estadounidenses reconocían a Gwendolyne Jarvis, pues era imagen del anuncio de jabón, de la pasta de dientes o de los finos cigarrillos de los años 30.

“Muchas veces me preguntan si la popularidad de mi cara no me molesta. En ocasiones me fastidia, […] he ido a donde nadie me conoce y en donde puedo entrar en un restaurante o en un teatro sin tener la preocupación de que haya un centenar de ojos que se fijan en mí”, compartió Jarvis.

“Esa popularidad tiene aspectos divertidos, como la correspondencia de toda clase de enamorados que me ofrecen matrimonio sin siquiera conocerme”. Siendo la “mujer más fotografiada”, Gwendolyne Jarvis generó amores involuntarios en ciertos lectores, pues su ideal imagen los cautivó, además de que salía tan seguido en periódicos y anuncios que era imposible no fijarse en ella.

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“[Tras varias propuestas amorosas de desconocidos] hago decir que estoy casada, que no soy tan atractiva como parezco en mis fotos, que estoy terriblemente maquillada, que mis dientes son postizos, que uno de mis ojos es de cristal y que mi cabello procede de un peluquero de Nueva York”, concluyó Jarvis, la carismática joven que alcanzó la fama gracias a sus fotografías.

Publicidad de la revista inglesa Picturegoer donde se ve a la entonces “mujer más fotografiada en Inglaterra”, Carole Storme, como principal promotora de la marca de cosméticos Snowfire. La joven gozó de tanta fama que el periódico The Washington Times, informó en su primera plana del 17 de noviembre de 1936 sobre su visita a Nueva York. Foto: ESPECIAL/Picturegoer/Internet Archive.
Publicidad de la revista inglesa Picturegoer donde se ve a la entonces “mujer más fotografiada en Inglaterra”, Carole Storme, como principal promotora de la marca de cosméticos Snowfire. La joven gozó de tanta fama que el periódico The Washington Times, informó en su primera plana del 17 de noviembre de 1936 sobre su visita a Nueva York. Foto: ESPECIAL/Picturegoer/Internet Archive.

Zoe Dell Landis, la “más fotografiada” que se convirtió en piloto

Para 1938 y durante el boom de las “mujeres más fotografiadas”, apareció Zoe Del Lantis, una joven bailarina originaria de Oregón con apenas 22 años, quien se ganó el título por sus numerosos retratos fotográficos gracias a su trabajo como promotora de una feria.

En su edición del 7 de febrero de 1938, la revista LIFE nombró a Dell Lantis como la “mujer más fotografiada del mundo”, cuando era modelo principal de la Feria Internacional del Golden Gate, en San Francisco. El evento californiano se realizó para difundir la inauguración del famoso puente Golden Gate y también para promocionar los todavía desconfiables vuelos aéreos.

Dell Lantis usó un reducido atuendo de pirata para promocionar la feria y viajó por toda la Unión Americana con su vestuario. Su belleza y carisma le ganaron gran popularidad; cientos de fotógrafos tomaron su retrato, algo que le sirvió a ella y al evento del Golden Gate.

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Durante sus labores de promoción, la joven modelo de Oregon afrontó un pequeño escándalo frente a las cámaras. En su visita a Nueva York, Zoe Dell conoció al entonces alcalde de la “Gran Manzana”, Fiorello LaGuardia, quien le exigió usar un abrigo si quería tomarse fotos con él.

Laura Bush comentó durante la entrega de la Medalla Lincoln que "pocas mujeres pueden presumir de ser bailarina, modelo, cazadora, piloto, filántropa y pirata. Zoe es una de ellas". Dell Lantis recibió el reconocimiento en 2006, junto al historiador Herbert Donald, la periodista Doris Kearns y el abogado Nicholas D. Chabraja. Foto: ESPECIAL/Treasure Island Museum – Facebook.
Laura Bush comentó durante la entrega de la Medalla Lincoln que "pocas mujeres pueden presumir de ser bailarina, modelo, cazadora, piloto, filántropa y pirata. Zoe es una de ellas". Dell Lantis recibió el reconocimiento en 2006, junto al historiador Herbert Donald, la periodista Doris Kearns y el abogado Nicholas D. Chabraja. Foto: ESPECIAL/Treasure Island Museum – Facebook.

Para ese momento –1937–, LaGuardia emprendía una severa lucha contra indecencias y crímenes violentos, por lo que clausuró varios teatros de burlesque tras considerarlos un centro de criminalidad y restringió los espectáculos donde aparecieran mujeres en paños menores.

Debido a eso, el alcalde de Nueva York y líder de una gran lucha contra la inmoralidad, no podía tomarse una fotografía con una veinteañera que vestía un diminuto disfraz de pirata. Según mencionó la revista LIFE, Zoe Dell usó el abrigo, pero no encontramos el retrato que lo pruebe.

Después de la feria, Dell Lantis grabó un par de películas con Paramount Studios como extra y fue voluntaria en espectáculos para las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a sus constantes vuelos aéreos, la bella modelo se interesó en la aviación y se capacitó como piloto de avionetas.

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Junto a su segundo esposo, Ervin J. Nutter, impulsó la industria aérea con millones de donaciones y su legado como modelo viró hacia la aviación y filantropía. En 2006, la entonces Primera Dama, Laura Bush, reconoció a Zoe Dell Lantis con la medalla Lincoln, casi 70 años después de que la revista LIFE la mencionara como la “mujer más fotografiada” del momento.

La carismática Zoe Dell en 1939, usando su vestuario de pirata para la Feria Internacional del Golden Gate. De acuerdo con el SFO Museum, ejecutivos de aviación se acercaron a la joven de Oregón para ofrecerle el trabajo de promotora. Foto: SFO Museum Collection - Facebook/ESPECIAL.
La carismática Zoe Dell en 1939, usando su vestuario de pirata para la Feria Internacional del Golden Gate. De acuerdo con el SFO Museum, ejecutivos de aviación se acercaron a la joven de Oregón para ofrecerle el trabajo de promotora. Foto: SFO Museum Collection - Facebook/ESPECIAL.

Mitzi Uehlein, la joven surfista que cautivó a los fotógrafos

Casi en paralelo con el éxito de Zoe Dell, en las playas de Venice, California, surfeaba otra chica rodeada de fotógrafos. Mitzi Uehlein, una joven de 19 años, mantenía el tipo de cuerpo que la revista LIFE consideró ideal, con caderas algo redondeadas y una gran sonrisa.

De acuerdo con la edición del 2 de octubre de 1938 del periódico estadounidense, Evening Star, Uehlein era la “chica de ensueño” para los camarógrafos, siempre mostrando su alegría y con “su belleza ideal para las cámaras”.

El mismo diario estimó que la joven surfista protagonizó más de mil retratos y sus fotografías “rara vez llegan al basurero” del editor. Mucho contenido sobre ella se publicó, sobre todo, por ser una chica que disfrutó de aguas californianas y porque representó un ejemplo de vitalidad y alegría.

El festival de Long Beach eligió a Mitzi Uehlein como “reina de reinas” a finales de los años 30. La joven salía reluciente en cada fotografía, ya fuera posando sobre un simple tronco que convertía en un pedestal para su belleza o surfeando con gran habilidad.

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A comienzos de los años 40, la chica de las playas californianas incursionó en la actuación y modelaje profesional. Para 1944, la Asociación de Fotógrafos de Los Ángeles la denominó como la “modelo ideal”, por su inteligencia para posar, su actitud fotogénica, personalidad y belleza.

La “mujer más fotografiada” participó en campañas publicitarias para ropa de playa, vestidos de gala y hasta de coches Studebaker, aunque su presencia en lentes fotográficos desapareció con rapidez.

La joven Uehlein posó en marzo de 1940 para la revista de fotografía estadounidense, Click. “La 'bien proporcionada' Mitzi posa bellamente frente a la cámara, recibiendo rayos del sol y esperando que algún cazador de talentos vea esta foto y reconozca sus posibilidades en las películas", escribió la publicación mensual sobre la prometedora chica. Foto: ESPECIAL/Click/Internet Archive.
La joven Uehlein posó en marzo de 1940 para la revista de fotografía estadounidense, Click. “La 'bien proporcionada' Mitzi posa bellamente frente a la cámara, recibiendo rayos del sol y esperando que algún cazador de talentos vea esta foto y reconozca sus posibilidades en las películas", escribió la publicación mensual sobre la prometedora chica. Foto: ESPECIAL/Click/Internet Archive.

En la actualidad, muchas mujeres protagonizan millares de retratos, donde no sólo aportan su belleza al mundo fotográfico, sino un gran antecedente de lucha o trabajo. La entonces Princesa de Gales, Diana Spencer, ostentó el reconocimiento como la “más fotografiada” durante los años 80 y 90, tanto por su labor real como por su innegable empatía por causas sociales.

En un caso más reciente, la revista TIME nombró a Malala Yousafzai, de Pakistán, como una de las personas más influyentes del siglo XXI, famosa por "hacer campaña para permitir que las niñas de su país y de todo el mundo vayan a la escuela". Su imagen apareció en miles de tirajes, programas y llegó hasta el comité del Premio Nobel, galardón que ganó en 2014 en la categoría de Paz.

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El 10 de octubre de ese año, el periodista Matt McAllester habló de la calma que rodeó a la entonces adolescente pakistaní ante su retrato para la portada de TIME. “Tuve la impresión de que ella vio toda esa atención, incluida la sesión de fotos, como una herramienta para su causa y nada más”.

Caricatura de EL UNIVERSAL ILUSTRADO, de agosto de 1933. Algunas de las “mujeres más fotografiadas” aseguraron su imagen y hasta partes de su cuerpo para proteger su fama. En junio de 1944, The Wilmington Morning Star reportó que la entonces chica con más retratos de Inglaterra, Betty Spurling, aseguró su sonrisa por el valor de 5 mil dólares. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Caricatura de EL UNIVERSAL ILUSTRADO, de agosto de 1933. Algunas de las “mujeres más fotografiadas” aseguraron su imagen y hasta partes de su cuerpo para proteger su fama. En junio de 1944, The Wilmington Morning Star reportó que la entonces chica con más retratos de Inglaterra, Betty Spurling, aseguró su sonrisa por el valor de 5 mil dólares. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
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