La tira cómica de "Chupamirto" relata el ingenio de un "peladito" de los barrios "bravos" capitalinos de las primeras décadas del siglo XX, cuyo personaje pudo inspirar al del actor Mario Moreno "Cantinflas" años después. Aquí un cartón de 1935. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Texto: Carlos Villasana
Más de una década antes de que los cines mexicanos estrenaran la cinta “Ahí está el detalle”, en 1940, primer éxito taquillero del actor Mario Moreno “Cantinflas” , el caricaturista Jesús Acosta Cabrera ya había pasado años nutriendo el concepto, muy humano, de las aventuras de un ingenioso “pelado” en las calles de la ciudad.
Conforme evolucionó el diseño visual de “ Chupamirto ”, su aspecto se acercó más al de “Cantinflas”: pantalones a punto de caer, bigote incipiente, sombrero y un chaleco o trapo al hombro.
Aún más curioso es descubrir que para 1940, año en que Mario Moreno debutó en la pantalla grande, Acosta realizó cambios sutiles a los trazos que daban rostro a “Chupamirto”, de modo que hizo más delgada la línea que separaba al imaginario personaje del “Cantinflas” de carne y hueso.
El personaje de "Chupamirto" fue creado por el caricaturista Jesús Acosta Cabrera. Conforme evolucionó su diseño se acercó más al de “Cantinflas”: pantalones a punto de caer, bigote incipiente, sombrero y un chaleco o trapo al hombro
. Aquí una imagen de 1938. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Jesús Acosta Cabrera
nació en la Ciudad de México en junio de 1893. Inició su carrera trabajando en los Ferrocarriles Nacionales de México, pero su gran afición por la caricatura lo indujo a participar en un concurso que realizó EL UNIVERSAL a mediados de los años veinte y en el cual tuvo gran éxito.
Entonces surgió la invitación para colaborar en esta casa editorial, tendría un espacio para su propia tira cómica. El principal y carismático personaje de Jesús Acosta llevaba el nombre de “Chupamirto” y fue muy popular, tal vez al grado de inspirar al comediante Mario Moreno para crear al célebre “Cantinflas”.
Al adentrarse en el mundo de los personajes del caricaturista Acosta Cabrera, también conocido como “Dux”, uno viaja al pasado de esta gran ciudad, a sus calles, avenidas, al barrio y su gente. Del modo de vestir del charro “de a pie” con sombrero y bigote que deambula por la capital y que pregunta por direcciones para encontrar un sitio que le es completamente ajeno a él.
Al adentrarse en el mundo de los personajes del caricaturista Acosta Cabrera, también conocido como “Dux”, uno viaja al pasado de esta gran ciudad, sus calles, avenidas, al barrio y su gente, 1938. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Un “pelado” del barrio, astuto y carismático
“Chupamirto” representa el barrio bravo, al “pelado” ingenioso y mañoso, al sobreviviente de esta urbe que quiere comérselo desde pequeño, pero cuya astucia lo hace salir adelante, un día a la vez, arreglándose como puede con la infinidad de empleos que logra mantener por unas horas en las que saca lo suficiente para pasar al siguiente día.
Una historia que bien puede repetirse en nuestros días y que viven muchas personas por igual.
A diferencia de otros diarios y tiras cómicas, en EL UNIVERSAL se le permitió utilizar el lenguaje del pueblo, por así decirlo, sin necesidad alguna de corregir lo que muchos consideran graves errores ortográficos.
Palabras como “asté”, ”jue”, ” ansina ”, ”pos”, ”correito” y cientos más hacían de esta tira cómica un producto muy honesto, apegado a la realidad de muchos habitantes que tenían poco tiempo de haber llegado a la capital, dejando todo atrás y que iban poco a poco hallando su lugar en un mundo desconocido para muchos.
En 1943 "Chupamirto" prácticamente se parece a "Cantinflas" aunque no hay nada que compruebe un "güiño" o acuerdo entre caricaturista y actor. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
La carrera de Acosta despegó en nuestro país en plena Guerra Cristera, de modo que no está de más preguntarse si en un momento alguien afectado por el conflicto se vio en las necesidades de “Chupamirto”, de sobrevivir con nada más que su ingenio en ciudades desconocidas.
Palabras como “mano” para referirse a un amigo cercano o no, son comunes en el vocabulario de “Chupamirto”, y el “asté” siempre lo utiliza de manera respetuosa ante la autoridad y personas con un cargo público o un título profesional. Eso sí, siempre encuentra la manera de salirse con la suya y salir airoso de todos los problemas, con ingenio y gracia.
Llama también la atención que en algunas tiras “Chupamirto” acuda por decisión propia a la escuela nocturna para obreros, con todo y mochila, y que disfrute aprendiendo de su maestro, aunque al final entienda poco del tema de la clase y termine con un giro chusco.
Lo importante y rescatable es la acción, el contexto, y lo que representa para los lectores al ver en este querido personaje la necesidad de aprender y tener una educación escolar, lo que refleja el sentir del caricaturista y su modo de pensar.
Si bien es cierto que su personaje encuentra mil maneras de trabajar lo menos posible y ganarse unos pesos con triquiñuelas, existe esta otra realidad en la que aspira a ser alguien más.
Si bien es cierto que este personaje encuentra mil maneras de trabajar lo menos posible y ganarse unos pesos con triquiñuelas, existe esta otra realidad en la que aspira a ser alguien más. Hemeroteca EL UNIVERSAL, 1935.
Se dio a conocer a través de un concurso de este diario
En el suplemento dominical de mediados de los años 20 se publicó un anuncio invitando a los dibujantes interesados a inscribirse en un concurso de caricatura “permanente” dando preferencia a la historieta con temas nacionales.
Desde el comienzo, una de las historietas más populares semana con semana fue “Mamerto y sus conocencias” del dibujante Hugo Tilghmann y el guionista Jesús Acosta. Según se revelaría años después, Tilghmann y Acosta eran una mancuerna fructífera sin diferencias, en la que cada uno respetó siempre las ideas del otro.
Fue hasta fines de 1927 que empezó a publicarse la tira cómica “Vaciladas de El Chupamirto”, con dibujos y textos de Acosta, cuya firma variaba entre “Dux”, “J. ACOSTA C.” o sólo “J.C.”
Por si fuera poco Acosta Cabrera contribuyó para la sección de humor de EL UNIVERSAL con las tiras cómicas de la familia “Los Berruga”. Otro de sus contemporáneos, Andrés Audiffred , creó “Tito Melcocha”.
Las primeras tiras cómicas de “Chupamirto” empezaron en octubre de 1927. El personaje es diferente al de dos años después en vestuario y rostro. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Uno de los contemporáneos de Jesús Acosta, Andrés Audiffred, creó la tira “Tito Melcocha”. En este otro cartón Audiffred seguramente se inspiró ya en el personaje de Mario Moreno quien ya iniciaba su carrera en las carpas, año de 1938. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Al caricaturista no le gustaban las entrevistas
Resulta difícil afirmar si las similitudes entre “Chupamirto” y “Cantinflas” fue un “guiño” entre artistas, una estrategia de mercadotecnia o “mera coincidencia”, pues en 1931 el columnista de este diario, Florestan, intentó sin mucho éxito entrevistar al misterioso Jesús Acosta Cabrera.
El interés de Florestan en el genio detrás de “Dux” no era poco, pero Acosta fue siempre evasivo con cualquiera que tratara de sacar a la luz detalles personales más allá de sus trazos y chistes.
El columnista, sin ánimo de reproche, dejó claro que desconocía si Acosta tenía familia, su opinión sobre el concurso permanente de caricaturas, o incluso su edad. Lo más que alcanzó a compartir fue que era “de buenas costumbres”, así como “el decano de los concursantes y el único concursante que tiene canas”, lo cual asumió que era un rasgo prematuro porque le calculaba treinta y tantos años.
Eso sí, reconoció que por su labor en el medio se le podía considerar perseverante y entusiasta, puesto que ya se había hecho de un nombre y prestigio, así como de ganancias.
Jesús Acosta Cabrera, autor de "Chupamirto", tambíen firmaba como "Dux", “J. ACOSTA C.” o sólo “J.C.”. Crédito: Especial, sin fecha.
Caricaturistas, los sociólogos de cada época
Resaltando el peso e influencia que han tenido al paso de los años, varias generaciones de ilustradores y caricaturistas de este diario desde su creación, la obra y trayectoria de Jesús Acosta Cabrera fueron ampliamente reconocidas en la ponencia “Un siglo de humor gráfico en EL UNIVERSAL 1916 – 2016”.
“Los caricaturistas con su capacidad crítica en las historietas y las tiras cómicas, se mostraron como buenos sociólogos en el análisis de situaciones y de hechos de la época”, cerraba una nota del suplemento cultural Confabulario, de dicha ponencia.
La popularidad de las obras de Acosta Cabrera, en especial de “Las Vaciladas de Chupamirto”, se vio recompensada por unos años cuando este rotativo decidió publicar a color la tira cómica más pedida de este caricaturista a inicios de los años 30.
"Chupamirto" fue a color por unos años a partir de 1929. Aquí la primera tira a colores que explicaba al lector: "en vista de la grandísima popularidad que ha alcanzado CHUPAMIRTO hoy debuta a Colores al pie de la nueva Historieta exclusiva de EL UNIVERSAL". Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- https://elchamuco.com.mx/2021/04/23/apuntes-de-historieta-ii-jesus-acosta-y-chupamirto-el-creador-no-reconocido-detras-de-cantinflas-el-chamuco-edicion-402/
- https://www.uic.mx/cantinflas-chupamirto-grafica-popular/