En 1971, EL UNIVERSAL le dedicaba unas líneas a una de las pocas personas en el medio artístico que eran buenas para todo: “El Profesor Zovek es de una asombrosa capacidad: desde la magia, los actos de escapismo, el récord mundial de lagartijas. Zovek es intuitivo, prácticamente adivina las actividades y se dedica a ellas con entusiasmo".
A lo anterior, el "increíble Zovek" señalaba: “No me podía conformar con ser un mago en función dominical”.
La noche del 10 de marzo de 1972, el noticiero 24 horas de Jacobo Zabludovsky informó sobre el trágico suceso. Se trataba del accidente en el que murió el “Increíble profesor Zovek” durante una presentación masiva en Cuautitlán, Estado de México.
Mucho se ha dicho y escrito sobre este entrañable personaje; las circunstancias que rodean todo lo ocurrido aquel fatídico día hacen eco. Cada persona que ha escuchado sobre él o que llegó a verlo realizando sus famosos trucos por televisión o en películas, tiene su propia versión de los hechos.
Por ello, en esta ocasión nos adentramos a la Hemeroteca de esta casa editorial para conocer de primera mano la cobertura periodística con en aquellos días, tras la muerte de Zovek.
“Se mató en Cuautitlán el Profesor Zovek”, era el titular
En la edición del 11 de marzo de 1972, EL UNIVERSAL dio a conocer la noticia y abajo se leía que “ante la atónita mirada de su esposa y de sus cuatro hijos, el popular profesor Zovek se mató ayer cuando realizaba un temerario acto acrobático colgado de un cable atado un helicóptero sobre la plaza principal de la población de Cuautitlán”.
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Y continuaba así, "la tarde de ayer aproximadamente a las 18 horas el conocido ilusionista Zovek, cuyo verdadero nombre era el de Javier Chapa del Bosque, realizaba sus actos acrobáticos. Unas 1500 personas presenciaron aquellas espectaculares maniobras que hacían gritar a la chiquillería, principalmente, y a las mujeres".
"Una media hora más tarde, cuando el profesor Zovek había ganado ya todas las simpatías de la concurrencia, se colocó a la mitad del cable del que se sostenía con ambas manos en tanto que el helicóptero comenzaba a descender. La ejecución al parecer era perfecta, pero de pronto el helicóptero realizó una rápida maniobra y comenzó a elevarse, dando tres vueltas sobre la plaza principal de la población, y haciendo que el ilusionista se columpiara peligrosamente.
Nadie se dio cuenta de lo que ocurría, ya que todos presumían que aquella maniobra que realizaba el piloto, el capitán Javier Merino, era algo más espectacular y que formaba parte del acto de acrobacia que desarrollaba el profesor Zovek; sin embargo, éste palideció intensamente, sus manos se apretaban fuertemente al cable por el que se fue deslizando lentamente hasta caer desde una altura aproximada de 15 metros y estrellarse contra el piso".
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"Seguido un grito de horror se llevó aquella escena. Gran cantidad de espectadores corrieron hacia el sitio donde había quedado el cuerpo inerte del ilusionista, al que rodearon. Al poco rato llegaba una ambulancia de la Cruz Roja que recogía al ilusionista para trasladarlo al hospital civil".
"Eran las 18:45 horas exactamente cuando el médico que examinó al lesionado declaró que éste había fallecido. Mientras tanto, allá en lo que fue el escenario dramático, quedaban sin sentido también -víctimas de choques nerviosos- sus cuatro hijos y su esposa Josefina, a quienes el pueblo mismo recogió para trasladarlos al hospital en donde se les atendió".
"Los seis ayudantes del profesor Zovek, mudos testigos de la tragedia, quedaron paralizados sin alcanzar a comprender lo que había ocurrido". El helicóptero, manejado por el capitán Merino, regresó a la capital.
Por su parte, el piloto declaró a los medios que al realizar la maniobra durante el acto de ilusionismo del profesor Zovek: "el aparato estuvo a punto de chocar contra unos cables de energía eléctrica, lo que le obligó a realizar rápido la maniobra y elevarse nuevamente, sin que se pudiera evitar el accidente".
En este sentido, los ayudantes del profesor Zovek declararon que el acto se había ya realizado varias veces y había resultado perfecto: "ayer se decidió presentarlo al público sin que nadie pudiera imaginar la tragedia".
También se dijo que el ilusionista iba a salir el día 27 de aquel mes hacia Japón, donde había sido contratado para que actuara en un teatro de espectáculos escalofriantes y que contaba Javier Chapa del Bosque con 34 años de edad a la fecha.
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Como detalle extra, se dijo que "el cadáver fue traído ayer a esta capital, instalándose la capilla ardiente en la agencia Gayosso de Rosas Moreno y Sullivan, que se ha visto sumamente concurrida".
Piloto experimentado, el capitán Merino
El 12 de marzo de 1972, EL UNIVERSAL retomó el tema y por medio de sus periodistas, realizó varias entrevistas con colegas aviadores que conocían al piloto aviador Javier Merino Arroyo: "El accidente en que infortunadamente perdió la vida el deportista e ilusionista Francisco Javier Chapa del Bosque, conocido en el ambiente de los prestidigitadores como profesor Zovek, debe atribuirse a la fatalidad, más no a la falta de pericia o responsabilidad del capitán piloto aviador en la muerte del profesor Zovek".
Sin mencionar los nombres de los entrevistados, en la nota coincidieron varios pilotos en afirmar qué “Javier Merino Arroyo, director y gerente de la empresa Aero Espacio, S.A. es uno de los más experimentados pilotos de helicópteros y su pericia, añadieron, ha quedado demostrada en varias acciones de rescate sumamente difíciles por las condiciones climatológicas en diferentes regiones del país”.
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Estas acciones -señalaron los informantes- le valieron que el presidente de México, licenciado Adolfo López Mateos, en su época, le otorgara varias valiosas preseas. “Una de las aportaciones heroicas del capitán Merino Arroyo fue por su arrojado valor en el auxilio y rescate de los damnificados de un ciclón que devastó a Manzanillo, Colima. También debe precisarse que el capitán Merino Arroyo es el autor del único manual que se ha elaborado en nuestro país para pilotos de helicópteros, cuyo tratado ha sido seleccionado como libro de texto obligatorio en muchas escuelas de esta especialidad en Canadá, Estados Unidos y otros países de Europa”.
Sancionado por hacer maniobras peligrosas
En la misma página del 12 de marzo, otro encabezado reportaba a Merino Arroyo como sancionado por hacer maniobras peligrosas y se realizó un pronunciamiento por parte de las autoridades correspondientes: “La Dirección General de Aeronáutica Civil, dependiente de la Secretaría, de Comunicaciones y Transportes, a través de su departamento de inspección, en el lugar de los hechos y en esta capital, inició ayer las investigaciones tendientes a aclarar las causas que motivaron la tragedia de Cuautitlán en la que resultó muerto el profesor Zovek”.
El fin de esa indagatoria era "señalar las violaciones en que ha incurrido el piloto aviador Javier Merino Arroyo de la Ley de Vías Generales de Comunicación. Una vez que este organismo haya dictaminado sobre los hechos, se turnarán las actas a la Comisión Investigadora y Dictaminadora de Accidentes, la cual dará a conocer cuál o cuáles fueron las causas del accidente".
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De antemano la Dirección General de Aeronáutica Civil manifestó que el piloto Merino Arroyo no tenía licencia para efectuar el vuelo y mucho menos para hacer acrobacias con el Profesor Zovek en el Estado de México.
Cabe mencionar que, según los hallazgos de este diario, “Al piloto aviador Merino Arroyo en 1959 se le impuso fuerte multa por realizar operaciones peligrosas en una avioneta, volando a muy baja altura sobre zona poblada, ejecutando igualmente a baja altura maniobras consideradas como muy peligrosas".
Para nada era su único encuentro con la ley, pues "en 1965 realizó operaciones de publicidad comercial en el primer cuadro de la ciudad, sin el permiso correspondiente. En 1967, sin ninguna autorización volvió a realizar maniobras consideradas como peligrosas en el centro comercial de Ciudad Satélite, habiendo sido severamente amonestado por las autoridades".
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En 1971, violando no solamente los reglamentos aeronáuticos, sino inclusive migratorios, operó un helicóptero fumigador en Jalisco, con un piloto de nacionalidad norteamericana, lo que le provocó la protesta de los pilotos aviadores de la región, quienes expusieron su queja a la DGAC; también esa ocasión se le impuso una fuerte multa.
En este mismo año realizó un descenso sobre el edificio de Liverpool en las calles de Insurgentes y Félix Cuevas a las 14 horas sin autorización alguna. También ejecutó maniobras sospechosas sobre la carretera de Toluca, lo que puso en movimiento a varias dependencias gubernamentales, siendo interceptado por una patrulla de la Policía Federal de Caminos para que aclarara su conducta. Este caso aún estaba en manos de las autoridades al momento del reportaje.
También sin ninguna autorización, y en forma igualmente peligrosa, descendió en Televicentro para recoger a un locutor y llevarlo al Hipódromo de las Américas, donde descendió. Este era otro caso aún en manos de las autoridades para sancionarlo.
Al final, se dijo que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a través de las autoridades de Aeronáutica Civil consideró posible la cancelación inmediata de la licencia de operación de Merino Arroyo por toda esta serie de antecedentes que habían puesto de manifiesto su mala conducta e indisciplina”.
- FUENTES:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL.
