Antes de las plataformas musicales, como Spotify y Apple Music había iPods, MP3, discmans y walkmans, que nos permitían escuchar música con audífonos sin importar si viajábamos en transporte o caminábamos por la calle, pero anterior a estos aparatos la mejor forma de oír las rolas del momento era a través de estaciones de Radio.
Entre la gama de estaciones de corte informativo, música nostálgica o cultural, la Radio también ofrecía variedad de opciones para la juventud. En entrevista con Mochilazo en el Tiempo, Hugo García Michel, escritor y músico no profesional, habla sobre la importancia para los jóvenes que tuvo en México la Radio en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta.
“De adolescente, en la segunda mitad de los años sesenta, me tocó la Radio de Rock en Amplitud Modulada (AM). Junto con algunas pocas revistas ‘especializadas’ (Pop, México Canta y otras), eran las únicas opciones que teníamos los jóvenes para conocer la música que se hacía fuera de México”.
Hugo recuerda que por entonces tenía tres estaciones favoritas: Radio 590, Radio Éxitos y Radio Capital. “Las escuchaba justo por que tocaban el rock que se hacía en inglés, en Estados Unidos e Inglaterra”, explica.
Por supuesto, lejos de comodidades actuales como la Radio digital o un smartphone, se usaban pequeños aparatos eléctricos de radio A.M. con un dial que se movía a mano. “Nunca tuvimos consola en mi casa, aunque sí conocí los radios de bulbos”, expresa.
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En unas cuantas décadas los melómanos pasaron de "cazar" su música favorita a tener actualizaciones personalizadas en la palma de la mano. La primera imagen es un anuncio impreso para Radio Mil y la segunda, la pantalla de Spotify para Android. Hemeroteca EL UNIVERSAL/Captura de pantalla.
De la misma forma en que sucedía con gran parte del contenido audiovisual de la época, no había forma de llevar consigo las canciones o programas preferidos. Los medios para hacer algo así llegaron hasta los setenta, como bien confirma García Michel, que ya en esa década sí grababa lo que le gustaba en cassettes.
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El rock en inglés “invadió” la Radio mexicana
La era del rock y la Radio tuvo sus tendencias y éxitos en México, y Hugo es una excelente fuente para recordar los programas y las estaciones más oídas: “La más comercial era Radio Éxitos, mientras que la más vanguardista -por ciertos programas que tenía- era Radio Capital, en especial su programa nocturno Vibraciones”.
Por su parte, según nos narra, Radio 590 “fue pasando de muy comercial a más vanguardista, con programas como Proyección 590, sobre todo cuando empezó a llamarse La pantera de la juventud”.
Parece ser que el rock pasó de ser el gusto de unos cuantos a ser un éxito de la Radio, a juzgar por las memorias con las que avanza García Michel:
“Luego, estaciones estatales como Radio UNAM y Radio Educación también le entraron al rock. Juan Villoro tenía un programa en Radio Educación, El lado oscuro de la luna, con la voz del locutor Emilio Ebergenyi”.
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Agrega que también hubo un programa nocturno en la misma emisora, a principios de los ochenta: Dos a la media noche, con Alain Derbez y Enrique Velasco.
De todos estos programas, en opinión de Hugo el mejor fue Vibraciones, “a pesar de que su locutor (Manuel Camacho, creo que era su nombre) decía frases bastante estrambóticas, barroquísimas y ‘apantallachavos’ que no siempre le entendíamos”, comenta.
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Lo importante, recalca, es que fue un espacio donde los jóvenes de la época conocieron a “grupos y solistas grandísimos” de fines de los sesenta y principios de los setenta. Por ello es que Hugo declara sin dudar: “Yo lo escuchaba religiosamente casi todas las noches”.
Al final, sin embargo, cree que no había demasiadas diferencias entre una y otra estación, pues “no había locutores que identificáramos por sus nombres”.
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Ese fenómeno, dice, se dio más bien a fines de los ochenta y principios de los noventa, ya con la Frecuencia Modulada (o Radio FM) y estaciones como WFM o Rock 101, con conductores -y conductoras- como Martín Hernández, Luis Gerardo Salas, Lynn Fainchtein, Dominique Peralta o Jaime Pontones, entre otros.
Cada estación de radio tenía su escencia y para identificarse unas de otras contaba con introducciones musicales y "Jingles" donde se mencionaba la frecuencia, el nombre de la estación y un lema relacionado con la musica y programas que transmitían. Esta fue una estrategia efectiva para mantener en la memoria de los radio escuchas las estaciones que se transmitían.
Fuente: YouTube.
De las votaciones en AM y FM al streaming
Así como en la comedia por televisión hay bromas recurrentes, también existieron dinámicas típicas del ambiente radiofónico. Por supuesto que es algo que Hugo vivió por años, de modo que rescata las clásicas votaciones del público que se hacían en vivo.
Esta mecánica consistía en un programa que iniciaba una competencia de votos abierta a la afición, en la que los escuchan llamaban por teléfono para apoyar las canciones de su artista favorito, por lo regular eran dos o tres canciones las que competían.
“Que yo sepa, nunca hubo un programa llamado propiamente Por quién vota, más bien había varios (Beatles contra Monkees, Beatles contra Creedence, Beatles contra Rolling [Stones], etcétera) que ejercían esa mecánica”.
El entusiasmo de los fanáticos de la Radio rockera no hizo sino escalar el impacto de este fenómeno. La Radio AM fue un medio crucial, ya que su costo estaba al alcance de las masas, mientras que la FM tardó años en abaratarse y dejar de ser elitista, de acuerdo con Hugo.
En este escenario, con amantes del rock que no perdonaban una noche sin los programas que traían las “rolas” del otro lado del mundo, el momento que García Michel propone como ejemplo del auge de la Radio, sin duda es difícil de comparar con cualquier otro.
“Radio Éxitos transmitió en directo el Festival de Avándaro, hasta que se interrumpió la transmisión por órdenes directas de la Secretaría de Gobernación echeverrista, cuando la banda Peace and Love cantaba la canción Marihuana. Yo no lo escuché porque estaba precisamente en Avándaro”.
De aquella ocasión, en que chocaban en tiempo real la contracultura del rock y la censura del gobierno mexicano, la conversación da un giro radical al presente cuando se le pregunta al también periodista si hay puntos en común entre la Radio y las plataformas digitales.
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“No se parecen en absoluto. No poseen tal vez ese halo romántico y nostálgico de lo que eran 590, Radio Éxitos o Radio Capital”, responde. Es fácil de entender, si se toma en cuenta que la transmisión en vivo, un clásico de la Radio, pasó a ser sólo una opción en las redes sociales.
A pesar de eso, Hugo reconoce que “las plataformas tipo Spotify ofrecen muchas ventajas, como el acceso a casi toda la música que existe, en cualquier género, elegida por uno mismo y no por los locutores, muchos de ellos ‘payoleros’. Quizá los podcasts sí se acercan, a su manera, a aquellas viejas emisoras”.
Con todo y su inclinación por la nostalgia de la Radio, afirma que hoy en día suele escuchar música en YouTube y Spotify, aunque tampoco falta su colección: “discos de vinil (odio lo de vinilo), cassettes y discos compactos”.
Hoy cada vez son menos los que escuchan la Radio en Frecuencia Modulada, sobre todo, la hablada, noticiarios o de corte cultural. Los jóvenes prefieren escuchar su propia lista de rolas que “bajan” de diversas plataformas comerciales.
Con todo, nunca es tarde para ofrecer novedosas opciones de programas musicales en la Radio abierta para seguir compartiendo con ellos lo que a muchos nos une: el gusto por el buen rock.