La primera película que hacía sentir lo que se veía
La primera película que hacía sentir lo que se veía

Los actores Charlton Heston y Ava Gardner en una escena de la película “Terremoto” de 1974. Casi cincuenta años después, el recuerdo de aquel estreno en México, en 1975, está fresco en los espectadores. Crédito: Especial.

Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana

En 1974 se estrenó en Estados Unidos la película “Terremoto” que marcó una época porque fue de las primeras que permitían “sentir” al espectador lo que estaba viendo en la pantalla, a través de la manipulación de la frecuencia de los sonidos, que se llamó sistema sensurround.

De acuerdo a textos publicados por la Red Bull Music Academy y la empresa Cerwin-Vega, el sensurround fue desarrollado por el estadounidense Eugene J. Czerwinski -fundador de la empresa Cerwin-Vega-. Esta técnica consistía en lograr que el audio fuera parte de la experiencia del cine, a través de efectos especiales.

Para ello se desarrollaron bocinas especializadas que pudieran detectar frecuencias bajas de sonido ; una vez ensambladas podrían generar sonido de 100 a 120 decibeles, en frecuencias de 15 Hz; con ello, se lograba que todas las superficies del cine (las paredes, asientos y el mismo cuerpo de las personas) presentaran fuertes vibraciones.

“Terremoto” fue la primera película que utilizó esta modalidad y, según Rocky Lang, hijo del productor del rodaje, su padre ideó la cinta después de un fuerte sismo en Los Ángeles a principios de los años setenta.

A pesar de que el sistema sensurround sólo se utilizó en los filmes “Midway” (1976), “Rollercoaster” (1977) y “Battlestar Galactica” (1978) - a parte de “Terremoto”-, marcó un “antes y un después” en la historia del sonido en las películas y fue tal su aceptación en la industria musical que clubs o estudios de músicos empezaron a adquirir este tipo de bocinas.

En este video se explica cómo era el sistema de sensurround mediante una reconstrucción del sistema, en 2006, para poder proyectar la película. Tomada de Youtube.

En el filme, producido y dirigido por Mark Robson, participaron los actores Charlton Heston, Ava Gardner, George Kennedy, Lorne Greene, Geneviève Bujold, Richard Roundtree, Marjoe Gortner, Barry Sullivan, Lloyd Nolan, Victoria Principal, además de la actuación del mexicano Pedro Armendáriz Jr.

La primera película que hacía sentir lo que se veía
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En la cinta “Terremoto” estrenada en México en 1975, participó el joven actor mexicano Pedro Armendariz Jr. Crédito: Especial.

Para marzo de 1975, la película ya contaba con 4 galardones del Premio Óscar por mejor realización, sonido, mejores efectos visuales y el premio especial sensurround por los mejores resultados científicos o técnicos en las clases II y III— gracias a la tecnología utilizada durante el rodaje.

En la Ciudad de México se exhibió por primera vez, de forma privada para periodistas y algunos invitados, el 17 de marzo de 1975 en una sala del cine Latino –entonces ubicado sobre Paseo de la Reforma, a unos metros de la calle Génova, en la Zona Rosa-.

La esquina de las calles de Benjamín Hill y Tamaulipas, en la colonia Condesa, luego de una granizada en los años sesenta. A la derecha está el cine Lido que anuncia las cintas "El blanco móvil", de 1966, y "Al final de la noche", de 1962; más tarde esta sala llevó el nombre de Bella Época, hoy es una librería del FCE. Crédito: Col. Villasana y Google Maps.

Vivir y sentir lo que se veía en la pantalla

Durante el mes de abril de 1975 la cinta se anunciaba con una frase que era constante: “¡Usted lo siente al mismo tiempo que lo ve!” y estaba clasificada para adolescentes y adultos

Al respecto en El Gran Diario de México se leía que si el propósito de la película había sido el aterrorizar a la audiencia, lo habían logrado.

En otra nota se publicó que el filme no era recomendable para personas cardiacas: “Es un crimen llevarlas... Y que conste aquí, señor juez, no porque un primo del reportero se propone llevar al padre a fin de heredarlo antes de la 2a. función del día del estreno comercial. Prevengo y denuncio”, sentenciaba el periodista.

De acuerdo con la experiencia del reportero, la cinta estaba hecha con mucho realismo al retratar 3 temblores de 10 grados en la escala de Richter y, sobre el sensurround se lee:

“Es un sonido que provoca la enajenación. Ciudadano: vives el temblor. Lo sientes. Conviene que fijes en la memoria todo lo que acontece en una película... o en la ciudad de Los Ángeles. Lógico que, tratándose de una ciudad importante, la masa juegue un papel. Esta vez el superhéroe (Charlton Heston) con todo y la serenidad manifiesta es un signo de la importancia”.

Algunos recuerdos de aquel estreno

Nelly Rodríguez, artista visual, pedagoga y una de las fundadoras de la comunidad de Facebook “¡Cácarooo, los viejos cines de la ciudad de México!”, preguntó a los integrantes del grupo si alguien recordaba su experiencia cuando acudieron al cine a verla.

Rodolfo Álvarez comentó que él fue al cine Florida , ubicado en Peña y Peña número 12 en el Centro Histórico, y que su experiencia fue espantosa porque era muy pequeño y sus papás no se fijaron en la clasificación de la película. Alejandro Barroso Rodriguez dijo que en aquella época había leyendas urbanas que decían que algunas personas habían sufrido ataques al corazón por el realismo de los efectos.

La primera película que hacía sentir lo que se veía
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Interior del cine Florida poco después de su apertura en 1952. Colección Villasana - Torres.

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Los alrededores del cine Florida en la década de 1970. Colección Villasana - Torres.

De acuerdo con diversos testimonios, las bocinas del sensurround solían colocarse en las últimas butacas y quienes estaban sentados en esos asientos se sentían muy incómodos por el fuerte “ruido”; María Romero recordó que al principio le pareció novedoso, pero después de media hora —la cinta dura 2 horas— las vibraciones la fastidiaron y arruinaron su experiencia con la película.

Lo mismo pensó Lucy Morales que, igual que María, la vio en el cine Latino, pero ella estaba embarazada y ante las intensas vibraciones rápidamente se sintió incómoda y prefirió salirse de la sala: “Que afán de sufrir, pensé”. Otras personas dijeron que se sentían más asustados por el ruido que por la temática de la película.

La primera película que hacía sentir lo que se veía
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El cine Latino en los años ochenta, entonces sobre Avenida Reforma, en la Zona Rosa. Colección Carlos  Villasana.

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Una pareja hojea el periódico afuera del cine Latino, ubicado en el Paseo de la Reforma, aquí en 1968. Entre las revistas se ven títulos como "Claudia", "Romances juveniles" o "La pequeña Lulú"; hoy en este sitio se encuentra la Torre Reforma Latino. Crédito: Cortesía Bob Schalkwijk Photography.

Sofía N. la vio en el cine Lido —actual Centro Cultural Bella Época , en la colonia Condesa— y recuerda que las vibraciones del sonido y las butacas se sintieron como un efecto fallido:

“No se lograba la sincronía entre la imagen movida y el zangoloteo vibratorio de los asientos. Lo que sí recuerdo bien es que la expectativa creada por la mercadotecnia de la película me resultó sensacional, porque sí se antojaba verla, ir lo más pronto posible, presionar a los padres para que te llevaran. Cuando salimos del cine, caminamos sobre la calle Tamaulipas hacia su esquina con Mexicali, donde hay un edificio de veinte pisos que ha resistido los sensurrounds del 1985 y de 2017”, dice haciendo alusión a los terremotos que ocurrieron en la Ciudad de México.

Sobre la publicidad o mercadotecnia de la película, Josemaría Álvarez comentó que había mucha expectación porque en la televisión anunciaban el sistema sensurround como lo más novedoso del momento. Cuando entró al cine Lido había unas bocinas “gigantescas” pero con los conos que las integraban direccionados hacía el suelo.

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La esquina de las calles Benjamín Hill y Tamaulipas, en la colonia Condesa, luego de una granizada en los años sesenta. A la derecha está el cine Lido, que anunciaba las cintas "El blanco móvil", de 1966, y "Al final de la noche", de 1962; más tarde esta sala llevó el nombre de Bella Época, hoy es una librería del FCE. Colección Carlos  Villasana.

Cuando empezó la película, su papá se asustó mucho por la vibración y los tomó fuertemente de las manos. Al salir del cine, les dijo que nunca volvería a repetir esa experiencia y los llevó a comer a un lugar en la Condesa. De pequeño Josemaría pensó que el filme era bueno hasta que muchos años después, al verla otra vez en la televisión, cambió de opinión.

La familia de Héctor Mendoza se sentó en la columna de las bocinas y “cuando empezó el terremoto, esas bocinas se activaron y me hicieron brincar. No porque temiera que el terremoto fuera real, en esos tiempos y hasta 1985 los sismos no me impactaban nada, sino por la cercanía, sorpresa y elevado volumen. El piso vibraba y los asientos también. Me distrajo de la película y no fue nada placentero. Al contrario.”

En la actualidad existen funciones en “4DX” que no sólo ofrecen un sonido envolvente o que las butacas se muevan en todas las direcciones, sino que a ello se suman elementos sensoriales como olores, agua y humo, entre otros.

  1. Fuentes:
  2. Archivo Hemerográfico EL UNIVERSAL.
  3. Nelly Rodríguez, artista visual y pedagoga. Asimismo, desde 2011 es fundadora, junto a Juan Carlos, Manuel y Luis, la comunidad de “¡Cácarooo, los viejos cines de la ciudad de México!” en Facebook, un espacio dedicado a la memoria de estos espacios cinematográficos.
  4. Página oficial empresa Cerwin-Vega. https://cerwinvega.com/about-us
  5. “The Earthquaking, Subwoofing Magic of Sensurround”, Red Bull Music Academy
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