La calle de Lerdo en la colonia Guerrero en 1930. La vista es hacia el sur desde el cruce con el mercado. Al fondo a la derecha destaca el templo de Nuestra Señora de los Ángeles, que luego fue remodelado y cerrado debido al sismo del 2017. Imagen: Colección particular.
Texto: Carlos Villasana S.
Entre las colonias más antiguas de la Ciudad de México, está la Guerrero alrededor de la cual hay muchas historias de los barrios que le dieron origen, las avenidas que la dividieron, las tradiciones, su colorido mercado, construcciones, sitios y personajes que la llenan de vida todos los días.
Se localiza en la alcaldía Cuauhtémoc, entre las avenidas Hidalgo, Ricardo Flores Magón, Reforma, Eje Central Lázaro Cárdenas y el Eje 1 Guerrero. Varias de sus calles son conocidas por los apellidos de héroes patrios como Guerrero, Mina, Zarco, Lerdo, Degollado, Pedro Moreno, Matamoros, Regules, Bocanegra, Arteaga, Galeana, Zaragoza.
Otras vías muy populares son: Héroes, Arista, Violeta, Soto, Mosqueta y Luis Donaldo Colosio, entre otras, como Luna, Marte, Sol o Estrella.
Una de las clásicas y antiguas vecindades de la colonia Guerrero. Archivo EL UNIVERSAL.
Al ser un barrio en los alrededores del Centro Histórico, es posible notar contrastes entre lo antiguo y lo moderno. Se encuentran por igual construcciones antiguas, como el Panteón de San Fernando , y locales populares por sus antojitos como birria y machetes.
Miles de personas pasan por aquí gracias a que la estación del Metro del mismo nombre es parte de dos líneas muy transitadas, la 3 y la B. En esta ocasión, Mochilazo en el Tiempo se dio a la tarea de traerte algunos aspectos de la Guerrero.
En 1874 se daba el 4% mensual para pagar un terreno
Con la intención de conocer los inicios de este barrio, entrevistamos al cronista de la ciudad de México, Rodrigo Hidalgo quien nos comenta que el viaje arrancó el 28 de junio de 1874 con la ceremonia de inauguración de las llamadas “Colonias de Buenavista”, que se extendían desde el barrio de Los Ángeles hasta la estación del ferrocarril.
Los terrenos pertenecían al Colegio de San Fernando, fundado en el siglo XVIII, y a los ranchos y potreros aledaños y con el tiempo integraron la identidad común de la Guerrero, explica Rodrigo.
Zona de criptas al interior del panteón de San Fernando, ubicado junto al templo del mismo nombre en la colonia Guerrero, a finales del siglo XIX. Este cementerio fue clausurado tras el funeral de Benito Juárez en 1872, y más tarde se convirtió en un museo que alberga las tumbas de diversos personajes de la historia nacional. Imagen: A. Briquet, Southern Methodist University.
Agrega que una breve crónica apareció al día siguiente en un periódico de la época, El Monitor Republicano , que resaltó la asistencia del presidente Sebastián Lerdo de Tejada (1872-1876) y la mayoría de sus ministros, además de Rafael Martínez de la Torre, fraccionador y “protector decidido de las colonias, que ha proporcionado a los pobres la manera de ser propietarios”:
Una multitud de verdes cañas y banderas de colores adornaban aquellos sitios donde se elevaban humildes y bonitas chozas, que daban al paisaje un aspecto encantador. La concurrencia era numerosa y lucida, pues en ella se encontraban muchas señoras que viven por aquellos rumbos y que acudían a la fiesta en traje de gala.
El comercio en la calle de Zarco, colonia Guerrero, a finales del siglo XIX. Del lado derecho está la barda del templo de San Hipólito, y en el fondo se ve la avenida Hidalgo; esa manzana y la del lado izquierdo fueron recortadas con la prolongación del Paseo de la Reforma en los años sesenta. Imagen: W. H. Jackson, Library of Congress.
De hecho, la novedad fue que la colonia Guerrero fue de las primeras en fraccionarse, fuera de lo que se consideraba entonces el centro, y de las primeras fundadas en el siglo XIX.
El 2 de julio, El Correo del Comercio publicó una amplia reseña de lo sucedido, incluyendo el discurso de Martínez de la Torre y destacando sus “ideas altamente humanitarias y progresistas”:
Que allí no se necesitaba ni la garantía de una fianza ni los elementos del capital para fabricarse un hogar en que los goces de la familia vinieran a endulzar las amarguras del corazón; que allí para proporcionarse unas cuantas varas de tierra bastaba firmar un simple contrato y el comprador no tenía otra obligación que la de dar el 4% mensual sobre el valor de la propiedad.
“La primera casa había sido construida en febrero del mismo año (1874), y contaba con una placa alusiva, que fue el motivo para celebrar ahí los aniversarios de la colonia en ese mes”, afirma Rodrigo.
Un detalle curioso es que la ubicación de esa primera casa varía en los periódicos de la época, de acuerdo con las investigaciones del entrevistado: según El Municipio Libre se encontraba en el número 12 de la 2ª calle de Guerrero; El Pueblo afirma que la original estaba en la 3ª calle de Zaragoza pero el evento se llevaba a cabo en el número 128 de la 5ª de Guerrero, y agrega una foto de la fachada que no permite ubicarla en la actualidad.
La "Quema de Judas", festejo tradicional del Sábado de Gloria, alrededor de 1900. Se trata del cruce de Galeana y Degollado, en la colonia Guerrero; el edificio de la tienda aún existe con algunos cambios. Imagen: Bain News Service, Library of Congress.
A pesar de ello, Rodrigo menciona que lo que sí se puede saber, gracias a una nota de El Siglo Diez y Nueve , es que en 1884 dicha vivienda albergó los festejos del décimo cumpleaños con fuegos artificiales, juegos “permitidos por la ley” y la participación de varios oradores.
“Desde el trazo inicial, las calles principales han mantenido su nomenclatura con un solo cambio: Humboldt fue rebautizada como Héroes [entre Zarco y Guerrero] en 1906, ya que junto al Panteón de San Fernando se planeaba la creación de una rotonda dedicada a los héroes de la independencia que nunca se concluyó”, nos cuenta el joven cronista.
Con o sin rotonda, este camposanto es muy conocido hasta la fecha porque ahí yacen los restos mortales de personajes como el presidente Benito Juárez y el general Ignacio Zaragoza. Además, hay quienes lo “ubican” porque en sus afueras se establece un tianguis de compra y venta de libros usados.
Otra imagen del interior del Panteón de San Fernando, en la colonia Guerrero, alrededor de 1970. Este cementerio funcionó en el siglo XIX y en él se encuentran las tumbas de diversos personajes de la época; fue cerrado en 1872, tras el funeral de Benito Juárez, y más tarde se convirtió en museo. Imagen: Colección Carlos Villasana.
Plaza de San Fernando con sus clásicos arcos en la colonia Guerrero. En la zona se encuentran también el templo y el panteón del mismo nombre, hoy atractivos turísticos. Archivo EL UNIVERSAL.
Absorbió los barrios Los Ángeles y Santa María la Redonda
Dentro de sus fronteras, la Guerrero absorbió un par de barrios el de Los Ángeles y el de Santa María la Redonda que aún hoy mantienen sus rasgos distintivos, espacios de encuentro y de convivencia popular.
Al norte está el de Los Ángeles, que debe su nombre al culto de Nuestra Señora de los Ángeles, cuya imagen, según la leyenda, llegó aquí durante una inundación en el siglo XVI y motivó la construcción de una capilla, en un sitio que antes fue conocido como Coatlán.
La plaza y el templo de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero, alrededor de 1880. Se aprecia que la iglesia aún no era modificada ni se le había agregado la cúpula; a los lados está el panteón, hoy desaparecido, y sobre la explanada hay diversos puestos en los días cercanos a la fiesta patronal. Imagen: Guía retrospectiva de la Ciudad de México.
El templo actual data de 1808 con varias modificaciones posteriores, y en nuestros días se encuentra cerrado por los daños que sufrió en el sismo del 2017; a finales del siglo XIX, Manuel Rivera Cambas describió la fiesta del 2 de agosto (Día de la Señora de Los Ángeles) en el libro México pintoresco, artístico y monumental:
En la plaza es imposible dar un solo paso, al llegar asombra el mar de cabezas humanas y sorprende el entusiasmo, […] ocupándose todos en comer y beber; puestos de fruta, de pulque, de comidas, con grupos de consumidores alrededor, músicas, gritos, repiques, fuegos artificiales, y aún más […].
Fiesta patronal de la colonia Guerrero, dedicada a Nuestra Señora de Los Ángeles. Aquí una imagen de fines de los 70. Archivo EL UNIVERSAL.
La festividad del 2 de agosto se sigue celebrando en la Guerrero. Para quienes nos leen y conocen la zona quizá sea grato saber que las noches de comida y bebida son una constante en la Guerrero desde hace más de cien años, gracias a negocios como grandes taquerías en las que hoy es posible pedir pastor, cabeza o maciza a media noche.
Colonia que casi no duerme por sus actividades comerciales
Festividad de Nuestra Señora de Los Ángeles en la colonia Guerrero, el 2 de agosto de 1970. Se observa la venta de pan de feria y de jarritos de barro. Archivo EL UNIVERSAL.
Eso sí, la vida de barrio tiene sus altibajos, y eso es algo que también se veía por entonces pues, de acuerdo con Rodrigo, en la misma narración de Rivera Cambas se comentan las trifulcas entre los nunca ausentes rijosos de esta ciudad:
En la tarde continúa subiendo el entusiasmo, las riñas se suceden, hay cuchilladas, pedradas, insultos, vociferaciones, juramentos y palabras desvergonzadas.
Esquina de Moctezuma y Guerrero, en la colonia del mismo nombre, a finales de 1967. Se aprecia el cabaret Jardín, de gran popularidad en el rumbo; todos los edificios de esta acera fueron demolidos pocos años después para ensanchar el actual Eje 1 Poniente. Imagen: Archivo EL UNIVERSAL.
Sitios emblemáticos y hogar de famosos personajes
Hablar de la Guerrero nos remite al teatro Blanquita , antes Carpa Mago en los años 50, al mercado 2 de abril de inicios del siglo XX; al Salón México de fines de los años 40, el salón Los Ángeles , escenario de varias famosas películas, comerciales y videos.
También encontramos el restaurante de Paquita la del Barrio , la casa del arquitecto Antonio Rivas Mercado, al Museo Nacional de la Estampa y al Franz Mayer en la plaza de la Santa Veracruz, al antiguo hotel de Cortés frente, estas tres últimas construcciones frente a la Alameda Central.
El exconvento de San Hipólito y el panteón de San Fernando son parte de esta emblemática colonia, así como la sede de una famosa plaza comercial donde antes estuvo el Ferrocarril de Buenavista, entre otros sitios emblemáticos de la capital.
Esta zona ha sido hogar de famosos comediantes como los polivoces, actores como Cantinflas, Ignacio López Tarso, Ricardo Montalbán, cantantes como Paquita la del Barrio, luchadores y cronistas, por mencionar solo a algunos.
El cruce de la avenida Hidalgo y la calle de Héroes, en los límites de la colonia Guerrero, a inicios de 1965. Se aprecia el cine Monumental, que fue inaugurado en los años veinte con una capacidad cercana a los 1,300 espectadores; hoy alberga el Salón Hidalgo, un billar y varios locales en la planta baja. Imagen: Archivo EL UNIVERSAL.
El Eje Central visto desde el cruce con Luna, en la colonia Guerrero, en los años ochenta, se ven transitar a los tranvías. Al fondo se observan los edificios de la unidad Tlatelolco; dos de ellos, el Atizapán y el Churubusco, fueron demolidos tras los sismos de 1985. Imagen: Colección Carlos Villasana.
Los cambios que han dibujado a la Guerrero
Una de las mayores modificaciones que han visto los habitantes de la Guerrero fue la ampliación del Paseo de la Reforma, hace casi medio siglo, bajo la administración del regente Ernesto P. Urchurtu, señala Rodrigo.
Hacia el oriente, la ampliación partió en dos la colonia en la década de los sesenta. De un lado quedó la Guerrero y del otro el barrio de Santa María la Redonda, establecido en lo que antes de la Conquista fue una parte de Cuepopan o Tlaquechiuhcan.
Con respecto a la historia de la parroquia de Santa María la Redonda, explica que la que ahora vemos fue concluida en 1735 y tiene el mote de “redonda” por el presbiterio circular donde fue colocada la figura de Nuestra Señora de la Asunción, marcada también por un relato milagroso donde intervinieron tres misteriosos artistas que desaparecieron después de realizar su labor.
“Recientemente, este cuadrante fue intervenido para mejorar el entorno; en los mapas queda el testimonio de la nomenclatura que tuvieron las cuadras cercanas (unos cien años antes de la fundación de la colonia), como la Calle del Garrote, la de los Magueyitos, el Puente del Zacate, el Callejón del Pinto o el de la Chinampa”, afirma Rodrigo.
Edificio del mercado Martínez de la Torre, en la colonia Guerrero, alrededor de 1930. La toma es desde el cruce de Zarco y Mosqueta, actualmente el Eje 1 Norte, y a la izquierda se encuentra la esquina con Héroes. Colección Carlos Villasana.
Un último ejemplo de la evolución de los sitios importantes de la Guerrero es el actual mercado Martínez de la Torre , al respecto Rodrigo señala:
“El centro del nuevo fraccionamiento era la Plaza Martínez de la Torre, situada entre Héroes, Zarco, Mosqueta y Degollado, que más tarde dio paso al mercado, inaugurado en junio de 1895; nueve años después, la estructura se derrumbó a causa de una granizada y abrió sus puertas otra vez hasta 1908”.
Hoy en el lugar se encuentra una nave más moderna, anexo de otra que ocupa la manzana aledaña desde 1957 y que se ha convertido en una referencia local para disfrutar antojitos muy variados.
Ese anexo formó parte del programa de gobierno para la creación y renovación de mercados públicos entre 1953 y 1964, cuando se construyeron 160 mercados.
Justo enfrente está el templo del Inmaculado Corazón de María, que comenzó su edificación en 1887 y únicamente conserva la portada neogótica, pues el interior fue renovado tras los sismos de 1985.
Vista desde la Torre Latinoamericana hacia la colonia Guerrero en 1966. Abajo a la derecha está el actual Eje Central, además del Edificio Mariscala, que fue demolido tras los sismos de 1985; a la izquierda destaca la glorieta de Reforma y Violeta, donde hoy se ubica el monumento a Simón Bolívar, y al fondo se encuentra la unidad Nonoalco Tlatelolco. Imagen: Harold Mayer, Univ. of Wisconsin-Milwaukee.
Con el tiempo, los estilos más diversos dejaron huella en el vecindario de la Guerrero para formar una combinación muy peculiar, llena de fragmentos y detalles que llaman la atención: balcones, ventanas, anuncios de viejos negocios y puertas que apenas revelan los secretos de un mundo privado.
En opinión de Rodrigo, hablar de la colonia Guerrero es adentrarse en un rumbo típico de nuestra ciudad, y se necesita recorrerla más de una vez para llegar a conocer su esencia: una larga crónica repartida entre edificios, plazas, cantinas, panteones, hoteles, comida o museos y la oportunidad de encontrar una página nueva en la próxima visita.
Fuente:
- Entrevista a Rodrigo Hidalgo: Investigador y periodista egresado de la UNAM. Cronista de la ciudad. Es uno de los fundadores del proyecto "La Ciudad de México en el Tiempo" y ha participado en múltiples eventos culturales dedicados a la historia de la capital.