Sombras, Payaso o Esclavo y amo, son algunas de las canciones que seguramente has escuchado cantar con o mencionar a tus abuelos, papás o tíos. Estas letras no pudieron encontrar mejor intérprete que la voz de Javier Solís, con quien se hicieron famosas.

Aunque su apogeo duró solo una década, pues murió en 1966 en la cima de su carrera como cantante y actor a los 34 años, se posicionó como uno de los artistas más conocidos de México.

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Javier Solís fue solo su nombre artístico, el verdadero era Gabriel Siria Levario, joven inquieto de origen humilde que nació un 1 de septiembre de 1931 en la capital, aunque por algunos años se creyó que era originario de Nogales, Sonora, de ahí su apodo “El yaqui romántico”.

Un hombre dirige el tránsito en el actual cruce de Revolución y Jalisco, en Tacubaya, en el año 1928. Del lado izquierdo destaca la residencia de la familia Mier, de la cual aún existe la Fundación Mier y Pesado, así como varios edificios en la zona de su propiedad. Esta construcción se inspiró en el Arco de Constantino, en Roma, pero fue demolida poco después de esta toma, para erigir en su lugar el Edificio Ermita que aún sigue en pie y es característico de esta colonia. Foto: Colección Eduardo Zárate/ Especial.
Un hombre dirige el tránsito en el actual cruce de Revolución y Jalisco, en Tacubaya, en el año 1928. Del lado izquierdo destaca la residencia de la familia Mier, de la cual aún existe la Fundación Mier y Pesado, así como varios edificios en la zona de su propiedad. Esta construcción se inspiró en el Arco de Constantino, en Roma, pero fue demolida poco después de esta toma, para erigir en su lugar el Edificio Ermita que aún sigue en pie y es característico de esta colonia. Foto: Colección Eduardo Zárate/ Especial.

El escritor Arturo Ramos afirma en su libro, El otro lado de la historia de Gabriel Siria Levario, Javier Solis, que el mismo cantante inventó haber nacido en Sonora; sin embargo, en su acta de nacimiento se lee que su madre dio a luz en el Hospital Homeopático, en la hoy alcaldía Cuauhtémoc y la misma información consta en la Secretaría de Cultura.

Su padre era panadero y su madre comerciante. A la edad de un año su papá los abandonó, fue cuando su madre decidió dejarlo al cuidado de sus tíos, que tenían su casa en el barrio de Tacubaya, donde creció y estudió hasta el quinto año de primaria, pues tuvo que dejar la escuela para trabajar y ayudar con los gastos de la casa.

Desde los once años entró a trabajar por algunos meses en una panadería de nombre “El Imperio”, para luego ser ayudante de carnicero, boxeador, estudiante de canto y de guitarra. En notas de este diario publicadas al día siguiente de su muerte, se afirma que también fue carpintero y hasta mecánico.

El portal de las flores y sus alrededores, se encontraba a la altura de la Alameda de Tacubaya y la calle José María Vigil, justo en frente de la Iglesia de La Candelaria. Del lado derecho de la imagen está la alameda donde hoy se encuentra el busto de Javier Solís, en reconocimiento a su trayectoria artística. Foto: Colección Carlos Villasana/ Especial.
El portal de las flores y sus alrededores, se encontraba a la altura de la Alameda de Tacubaya y la calle José María Vigil, justo en frente de la Iglesia de La Candelaria. Del lado derecho de la imagen está la alameda donde hoy se encuentra el busto de Javier Solís, en reconocimiento a su trayectoria artística. Foto: Colección Carlos Villasana/ Especial.

Canción "Llorarás". En 1969, a manera de homenaje póstumo, el trío Los Panchos grabó algunos éxitos de Javier Solís. Insertaron la voz del cantante con pistas especiales. Fuente: YouTube.

Él mismo declaró en entrevistas que era un orgullo decir que venía de muchos empleos y que por suerte ya era “cancionero”, que el recuerdo más grato que tenía de su infancia era haberse criado en Tacubaya, “en ese barrio tan bonito, con un grupo de amigos, a los cuales estimo mucho y sigo queriendo más que antes, ya que ellos han ayudado a mi humilde carrera artística”.

Los deportes que más le gustaron eran el futbol, el beisbol y el box, pero fue a este último al que “se dedicó con gran pasión” y hasta llegó a sostener encuentros con Raúl “El Ratón” Macías, entre otros púgiles que más tarde también se hicieron famosos. Las notas periodísticas narran que luego de recibir una tremenda golpiza decidió no pelear más.

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Con menos de 20 años, en 1948, ya cantaba con grupos de mariachis en Garibaldi y en calles del centro de la capital. Así empezó su trayectoria en el Tenampa y en el Guadalajara de Noche, junto al mariachi América de Alfredo Serna, donde su sueldo era solo lo que recibía de propinas.

En aquel año ganó el segundo lugar en un concurso de cantantes aficionados en la estación de , donde recibió muy buenos comentarios de los jueces acerca de su voz, ahí comenzó a crecer su carrera artística.

En notas de El UNIVERSAL se publicó que “su debut, como tal, lo hizo en el centro típico Guadalajara, en el populoso barrio de la Lagunilla, cerca de Garibaldi”.

Existen documentos oficiales que indican que Javier Solís nació el 1 de septiembre de 1931 en el Hospital Nacional Homeopático, ubicado entre las calles 5 de Febrero y Chimalpopoca, Col. Obrera, antes Delegación Cuauhtémoc en México, D. F.  En ese mismo hospital nacieron sus hermanos Fernando en 1933 y Arturo en 1935. Sin embargo, él mismo aseguraba que era originario de Nogales, Sonora. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Existen documentos oficiales que indican que Javier Solís nació el 1 de septiembre de 1931 en el Hospital Nacional Homeopático, ubicado entre las calles 5 de Febrero y Chimalpopoca, Col. Obrera, antes Delegación Cuauhtémoc en México, D. F. En ese mismo hospital nacieron sus hermanos Fernando en 1933 y Arturo en 1935. Sin embargo, él mismo aseguraba que era originario de Nogales, Sonora. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Al paso del cortejo fúnebre miles de personas se interpusieron cuando salió de la agencia funeraria Gayosso, para tratar de ver por las ventanillas de la ambulancia los restos del querido actor y cantante Javier Solís, aquel 1966. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Al paso del cortejo fúnebre miles de personas se interpusieron cuando salió de la agencia funeraria Gayosso, para tratar de ver por las ventanillas de la ambulancia los restos del querido actor y cantante Javier Solís, aquel 1966. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Llegó a imitar a Pedro Infante, pero al final su propio estilo fue un rotundo éxito

Al año siguiente, en 1949, luego de cantar en bares como El Azteca, sobre Niño Perdido —hoy Eje Central Lázaro Cárdenas— firmó un contrato con el general Rafael Ávila Camacho para trabajar en Atlixco, Puebla, durante un año. En esa su primera gira utilizó el nombre de Javier Luquin.

Para 1950, su carrera artística comenzó a crecer y a estabilizarse como lo hacía también la economía nacional al iniciar la etapa del llamado Milagro Mexicano; en ese año grabó sus primeras canciones junto al Trío Los Galantes, en un estudio para artistas aficionados que pertenecía al cine Cinelandia.

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Gracias a esa grabación, Discos Columbia —hoy Sony Music— lo contrató a inicios de 1956, un año antes ya tenía el nombre de Javier Solís con el que alcanzó la fama. Fue en la estación de Radio XEW que recibió en 1957 el primer disco de platino por las altas ventas de su primer sencillo.

En abril de aquel 1957 la muerte sorprendió a otro gigante de la música y de la pantalla grande: Pedro Infante, a quien Solís admiraba mucho y llegó a imitar al inicio de su carrera, incluso el día del entierro “del Inmortal” sinaloense comenzó a cantar como él frente a su tumba.

Además de los boleros, Javier Solís interpretó grandes baladas rancheras, como "Mi Viejo San Juan", escrita para honrar a Puerto Rico durante la Segunda Guerra Mundial. La versión del cantante mexicano es una de las mejores. Fuente: YouTube.

Fue con Sabrás que te quiero, en 1959, con la que encontró su propio estilo el cual gustó totalmente al público. Las notas periodísticas indican que con aquella canción “se le abrieron en forma definitiva las puertas de la popularidad” a la que siguieron éxitos como Llorarás, llorarás, El loco, Amor mío, Dios no lo quiera, Lágrimas de amor, La Hiedra, Sabor a Mí y Bésame Mucho, entre muchas más.

Para 1960 inició su segunda gira en Estados Unidos, en la primera grabó un disco de valses en Nueva York que se digitalizó en México, pero sin mucho éxito. En la segunda gira grabó boleros con orquesta.

Sus discos más conocidos fueron sin duda Fantasía Española y Trópico con éxitos de Agustín Lara, en 1962 y 1963, en ellos el intérprete introdujo la lírica urbana dejando atrás los sones y la música del campo.

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Los últimos seis años de su vida, entre 1960 y 1966, grabó más de 300 canciones en 20 discos de larga duración y participó en más de 30 películas, entre ellas Agarrando parejo, Especialista en chamacas, Rateros último modelo, Balacera, El norteño, Tres balas perdidas, Vuelven los cinco halcones, Un tipo a todo dar, México de mi corazón, Campeón del barrio, Aventura en el centro de la Tierra, Los tres mosqueteros de Dios y Amor a ritmo a go-go, entre otras, a través de las cuales se le conoció no sólo en México, sino que su fama llegó a varios países latinoamericanos.

Como buenos charros aventureros, Luis Aguilar , a la derecha, y Javier Solís, izquierda, requieren los servicios de un buen par de escuderos como son los Polivoces. La película se tituló “Agarrando parejo”, esta frase es una expresión popular que se refiere a aceptar todo lo que caiga en cuestiones del amor; tal es el caso de Luis y Javier, que, a causa de esta afición viven muchas aventuras causando, hasta en el más respetable, horas de risas. Abril de 1964. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Como buenos charros aventureros, Luis Aguilar , a la derecha, y Javier Solís, izquierda, requieren los servicios de un buen par de escuderos como son los Polivoces. La película se tituló “Agarrando parejo”, esta frase es una expresión popular que se refiere a aceptar todo lo que caiga en cuestiones del amor; tal es el caso de Luis y Javier, que, a causa de esta afición viven muchas aventuras causando, hasta en el más respetable, horas de risas. Abril de 1964. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

EL UNIVERSAL publicó que el productor de televisión Ernesto Alonso ya tenía listo un guión de telenovela para el famoso Javier Solís, en el cual el cantante interpretaría a un payaso callejero, se llamaría El Circo, pero no alcanzó a grabarla.

Disqueras y varias agrupaciones le entregaron gran cantidad de reconocimientos y trofeos, entre otros el Disco de Oro en Nueva York, la Medalla de Oro por haber roto el récord de ventas con Sombras, tal vez el más grande de sus éxitos.

En cuatro ocasiones recibió el Discómetro de oro, un Disco de plata, dos Guitarras de Oro, la Nota Musical, que se entregaba en California, Estados Unidos, el trofeo Radio Éxitos y El Calendario Azteca, por parte de la Asociación de Periodistas de Radio y Televisión, entre muchos más.

Durante su juventud, Javier Solís cantaba en distintos lugares públicos en sus tiempos libres, trabajaba en una carnicería y fue el propietario del comercio quien, notando la habilidad del joven, le pagó clases de música y canto con el maestro Noé Quintero. Su carrera fue maratónica, grabó más de 320 canciones, en promedio un álbum por mes; en 1965 participó en 10 películas. Esta brillante carrera fue truncada por complicaciones de salud que lo llevarían a una muerte prematura a sus 34 años. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Durante su juventud, Javier Solís cantaba en distintos lugares públicos en sus tiempos libres, trabajaba en una carnicería y fue el propietario del comercio quien, notando la habilidad del joven, le pagó clases de música y canto con el maestro Noé Quintero. Su carrera fue maratónica, grabó más de 320 canciones, en promedio un álbum por mes; en 1965 participó en 10 películas. Esta brillante carrera fue truncada por complicaciones de salud que lo llevarían a una muerte prematura a sus 34 años. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Hombre siempre alegre, optimista y con gran afán de superación

Desde pequeño fue trabajador y tenaz, un enamorado de la vida misma. En este diario se publicó que “gustaba de pasar las tardes jugando con los chamacos de la colonia donde vivió y varias veces tuvo problemas con las patrullas por jugar futbol en la vía pública”.

En sus últimos años hizo giras por Estados Unidos, realizó temporadas en el Teatro Blanquita de esta capital y recorrió el país en varias ocasiones cantando sus éxitos. Precisamente estando de gira en Morelia, Michoacán, la estrella se sintió mal y fue trasladado al Sanatorio Santa Elena en la colonia Roma de esta capital.

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El cantante y actor padecía desde hacía tiempo problemas de la vesícula que no había tratado por su trabajo, por lo que fue intervenido. Según las versiones periodísticas, luego de la operación de la que salió con éxito, los médicos le prohibieron tomar líquidos por la operación a la que se había sometido y por los medicamentos que le fueron indicados.

Sin embargo, a la semana de su ingreso al hospital murió sentado en su cama a los 34 años de edad, el 19 de abril de 1966, luego de problemas cardiacos provocados por beber una jarra de agua a escondidas para mitigar su sed.

La fama de Javier Solís lo llevó a ganar el título de “Rey del Bolero ranchero”, su registro de voz era muy amplio y quedaba perfecto para las canciones rancheras que lo llevaron a ganar numerosos reconocimientos y a ser recordado por varias generaciones. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
La fama de Javier Solís lo llevó a ganar el título de “Rey del Bolero ranchero”, su registro de voz era muy amplio y quedaba perfecto para las canciones rancheras que lo llevaron a ganar numerosos reconocimientos y a ser recordado por varias generaciones. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

"Sombras nada más", una de las canciones más importantes en el repertorio de Javier Solís, grabada en 1965. Fuente: YouTube.

Cuando vio que su salud empezó a agravarse de nuevo, él mismo externó al personal médico haber ignorado las indicaciones y que aprovechó un descuido de las enfermeras; sin embargo, ya era tarde.

La noticia conmovió al país. Fue velado en Gayosso Sullivan donde miles de personas, sobre todo mujeres, hicieron largas filas para despedir al joven artista. Luego fue sepultado en el Panteón Jardín de esta capital, donde otra gran multitud de seguidores le dio el último adiós en medio de la actuación de los granaderos que tuvieron que intervenir por la aglomeración.

Era tanta la admiración de Solís hacia Pedro Infante que el día de su muerte los diarios no dejaron de mencionar que había fallecido casi una década después del Ídolo de Guamúchil y es que los dos artistas perdieron la vida de forma sorpresiva, en la cúspide de su fama, y en plena madurez, Solís a los 34 e Infante a los 39.

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En la Radio se escucharon numerosos programas especiales en su memoria, donde su voz volvía a cantar una y otra vez sus éxitos. Actualmente lo seguimos recordando de vez en cuando en interpretaciones de los mariachis o en la voz de nuestros abuelos y tíos.

La tumba donde descansan los restos de Javier Solís se encuentra en el “Panteón Jardín” ubicado entre los barrios de San Ángel y el Olivar de los Padres, en la alcaldía Álvaro Obregón, en la cripta se pueden leer los nombres de sus hijos y su segunda esposa Blanca Estela. Payasos lo acompañaron y recordaron luego de su fallecimiento por la canción "Payaso" que él hizo famosa. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
La tumba donde descansan los restos de Javier Solís se encuentra en el “Panteón Jardín” ubicado entre los barrios de San Ángel y el Olivar de los Padres, en la alcaldía Álvaro Obregón, en la cripta se pueden leer los nombres de sus hijos y su segunda esposa Blanca Estela. Payasos lo acompañaron y recordaron luego de su fallecimiento por la canción "Payaso" que él hizo famosa. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
El edificio Ermita, se levanta entre las hoy avenidas Revolución, a la izquierda, y Jalisco, a la derecha. La construcción es uno de los ejemplos más destacados del estilo Art Déco en la zona de Tacubaya y que recientemente fue remodelado, obra del arquitecto Juan Segura, aquí en una imagen a inicios de los años treinta. A la izquierda, detrás del anuncio del cine Hipódromo, se aprecia un jardín que había formado parte de la residencia de la familia Mier y que, posteriormente, dio paso al cine Ermita, hoy vemos en esa área un moderno edificio que alberga departamentos, locales comerciales y hasta un gimnasio con alberca.  Foto: Colección Francisco Montellano/ Especial.
El edificio Ermita, se levanta entre las hoy avenidas Revolución, a la izquierda, y Jalisco, a la derecha. La construcción es uno de los ejemplos más destacados del estilo Art Déco en la zona de Tacubaya y que recientemente fue remodelado, obra del arquitecto Juan Segura, aquí en una imagen a inicios de los años treinta. A la izquierda, detrás del anuncio del cine Hipódromo, se aprecia un jardín que había formado parte de la residencia de la familia Mier y que, posteriormente, dio paso al cine Ermita, hoy vemos en esa área un moderno edificio que alberga departamentos, locales comerciales y hasta un gimnasio con alberca. Foto: Colección Francisco Montellano/ Especial.

Al pasar de los años la carnicería donde alguna vez trabajó desapareció, ahora en su lugar vemos un restaurante. Hoy, en Tacubaya la colonia que lo vio crecer, sobre Avenida Revolución frente a la parroquia de La Candelaria, en la un tanto descuidada alameda de Tacubaya, se encuentra un busto del artista donde se lee su verdadero nombre y los años de su nacimiento y muerte; atrás, vemos un Centro Cultural que lleva su nombre: Javier Solís.

Al hacer un breve sondeo en el lugar, las personas que pasaron en ese momento por ahí sabían quién era. Bertha García y Mario David Gutiérrez dijeron que fue un cantante y actor de varias películas, para Jorge Vega fue el mejor cantante de música ranchera. María Gómez añadió que era una gran persona, que era de Tacubaya y también consideró que el busto no se le parece en nada.

A pesar de su corta trayectoria su fama sigue vigente, sobre todo aquí, pues todo el que se diga de Tacubaya conoce y siente una especie de orgullo al decir que de ahí fue Javier Solís, quien si viviera hoy cumpliría 92 años.

Centro social y cultural Javier Solís en la alameda de Tacubaya, en la colonia de mismo nombre, en la cual creció el cantante y actor, donde aún está muy presente su legado y su voz. Foto: Gilberto Martínez Rodríguez/Cortesía.
Centro social y cultural Javier Solís en la alameda de Tacubaya, en la colonia de mismo nombre, en la cual creció el cantante y actor, donde aún está muy presente su legado y su voz. Foto: Gilberto Martínez Rodríguez/Cortesía.
Este busto en honor de Javier Solís se encuentra en medio de la alameda de Tacubaya, sobre Avenida Revolución, frente a la parroquia de la Candelaria, en la placa se aprecia tanto su nombre artístico como el de pila; atrás, un centro cultural y social también lleva el nombre del artista. Foto: Gilberto Martínez Rodríguez/Cortesía.
Este busto en honor de Javier Solís se encuentra en medio de la alameda de Tacubaya, sobre Avenida Revolución, frente a la parroquia de la Candelaria, en la placa se aprecia tanto su nombre artístico como el de pila; atrás, un centro cultural y social también lleva el nombre del artista. Foto: Gilberto Martínez Rodríguez/Cortesía.

Canción "Payaso", uno de los temas principales en la discografía de Javier Solís. También fue interpretada por Vicente Fernández y Vikki Carr, aunque pocos alcanzan la emotividad y potencia del también conocido como "El yaqui romántico". Fuente: YouTube.

  • Fuentes:
  • Hemeroteca EL UNIVERSAL
  • Libro: El otro lado de la historia de Gabriel Siria Levario, Javier Solis, del escritor Arturo Ramos.
  • Sondeo con transeúntes en la Alameda de Tacubaya.





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