Texto: Raúl J. Fontecilla
Luego de doscientos años se pretende que el Zócalo de la capital o Plaza de la Constitución, la explanada más grande de Latinoamérica, cambie de nombre a “Plaza de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1824”.
La iniciativa es de la senadora por Tabasco, Mónica Fernández Balboa (MORENA), y señala que el nombre actual se acuñó en 1813, en referencia a la Constitución de Cádiz, que se considera la primera en la historia del Reino de España.
Aquí un breve recuento de cómo se ha conocido a este popular espacio público desde la época de la Conquista.
Los nombres coloniales de la plaza
En el hoy llamado “mapa de Nuremberg”, que Hernán Cortés mandó hacer hacia 1520, se aprecia aún buena parte del trazado original de la ciudad. Entonces ya se señalaba una plaza amplia, al sur del antiguo conjunto ceremonial mexica que fray Bernardino de Sahagún llamó “el Gran Templo de México”.
Aunque el asedio de Tenochtitlán se dio por terminado el 13 de agosto de 1521, la nueva configuración de la capital de Nueva España tomó más tiempo. La “remodelación” que Cortés le encargó a Alonso García Bravo trajo cambios como el formato rectangular para el trazado urbano y, por supuesto, el mote de “Plaza Mayor”.
Esto explicaría la idea de situar las sedes del poder civil y religioso a su alrededor, con lo que ahora son la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional y el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Otro de los nombres con que se conoció al Zócalo fue el de Plaza de Armas, aunque no se encuentra registro que confirme fue nombre oficial. Es probable que este caso se deba a que en 1624 se estableció ahí un cuartel de caballería, según comparte el ingeniero Manuel Aguirre Botello en su sitio “México Máxico”.
El siguiente nombre oficial sería, como resaltó la legisladora morenista, Plaza de la Constitución, que en efecto celebraba una reforma legal española, años antes de consumarse la Independencia del país.
El Zócalo, la obra inconclusa de Maximiliano
Aunque hasta ahora el nombre oficial de la explanada aún se remonta a 1813, podría decirse que la forma más “mexicana” de referirse al punto de partida del Desfile Militar de cada 16 de septiembre es simplemente la expresión “el Zócalo”.
Esta palabra es una referencia al intento del emperador Maximiliano de Habsburgo por edificar una columna como monumento a la Independencia mexicana, del que no se construyó más que la base, o zócalo, de un metro de altura.
Aquella plataforma quedó a la vista por un tiempo y se volvió muy común entre la población llamar así a toda la explanada. Tanto es así que ahora en el resto del país se le llama “zócalo” a las plazas principales de distintas ciudades. En 2017, con los trabajos de excavación para cambiar la plancha del zócalo, volvió a quedar al descubierto su forma redonda.