Texto: Alfonso Sotelo
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Miguel Ángel Garnica
Palabras con sabor a justicia, pies cansados y miradas al suelo. La ciudadanía cuestiona, canta, grita sin cesar. Desde hace años que no brindan contestaciones, se exigen respuestas en las calles de Chile. Los cacerolazos reflejan el recuerdo de un hombre de lucha y resistencia , su nombre: Pierre Dubois.
Pierre Albert Louis Dubois Desvignes (Dijon, Francia, 1931) fue un cura católico francés que luchó contra la dictadura militar de Augusto Pinochet durante el periodo de 1974 a 1990, fue golpeado, detenido y finalmente expulsado de Chile por incitar a las clases populares a defender sus derechos a partir de acciones pacíficas contra un régimen que desapareció a cientos de personas.
Dubois organizaba comedores comunitarios y en cuestión de educación infantil llevó a cabo una serie de talleres culturales en los barrios de la periferia de Santiago de Chile.
Llegó al país en 1963 para asesorar al Movimiento Obrero Acción Católica y a la Juventud Obrera Católica en las actuales comunas de Pudahuel y Quinta Normal. También fue asignado en las parroquias de las comunidades de José María Caro y Lo Espejo.
Emblema chileno con origen europeo
Desde el pasado 14 de octubre, las movilizaciones en la capital y provincias de Chile estallaron debido al incremento en las tarifas del transporte público.
La medida implementada por el gobierno del presidente Sebastián Piñera provocó un gran descontento y reflejó las grandes carencias que viven los sectores populares del país sudamericano, sectores que en los ochenta fueron encabezados y organizados por una serie de activistas religiosos , tales como: José Aldunate, Blanca Rengifo, Mariano Puga y el ya mencionado Pierre Dubois.
A pesar de que las autoridades dieron marcha atrás con el intento de subir los precios del transporte, los enfrentamientos entre manifestantes y carabineros no han cesado, como en aquellos tiempos de dictadura.
Manifestación en Santiago de Chile el 15 de noviembre de este año. EFE/ Orlando Barría.
La caída de la Junta Militar en Argentina, tras el desastre en Las Malvinas en 1982, era un precedente que la población chilena tenía en cuenta, pero Pinochet se negaba a dejar el poder y el comienzo de las protestas, en 1983, confirmaba que permanecería otro sexenio como jefe de Estado.
La búsqueda de libertades y la organización popular hicieron que la figura de Dubois se inclinara por defender a los sectores más oprimidos. La dictadura había avanzado con el Plan Laboral de José Piñera -hermano del actual presidente- el cual confrontó a los sindicatos, debilitó el derecho de huelga e inició un proceso de privatización de los sectores públicos.
“El contexto social era álgido, una dictadura que desaparecía personas y en donde el desprecio por el más desvalido era latente. En ‘La Victoria’ se pasaba hambre, se comía a veces”, así lo describe Gonzalo Justiniano en su documental La Victoria .
El barrio obrero de La Victoria, ubicado en Santiago de Chile, fue el sitio elegido por el párroco para trabajar con personas en riesgo de exclusión durante la época militar . De acuerdo con reportes de la Fundación Europea (EFQM), el riesgo de exclusión se entiende como: “El proceso mediante el cual los individuos o grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven”.
A mediados de los ochenta este era uno de los lugares más famosos de la capital chilena. Sus más de 50 mil habitantes representaban un peligro para Augusto Pinochet durante las jornadas de movilización.
Uno de los casos más recordados de Dubois fue el de marzo de 1984, cuando agentes policiales lo golpearon y detuvieron durante una protesta nacional convocada por la oposición para exigir un rápido retorno a la normalidad democrática en Chile.
Dobois fue agredido por agentes oficiales por apoyar movimientos populares contra el gobierno de Chile.
En una nota de EL UNIVERSAL publicada en 1984, se lee que Augusto Pinochet sobrevoló aquella noche la capital y declaró que “la situación se veía tranquila, salvo algunos problemas esporádicos”. Sin embargo, la protesta logró paralizar el país como consecuencia de un gran ausentismo escolar que llegó hasta el 90% en algunos casos, la merma en el sistema de transporte colectivo y el cierre de comercios.
La movilización dejó centenares de detenidos, al menos cuatro muertos y tres heridos.
La Policía identificó a los fallecidos como Caupolican Inostroza, estudiante universitario de 26 años, Antonio Irrazabal Navarro, de 23 años y un menor de 13 años, Francisco Fuenzalida Mendel, todos fallecieron por heridas de bala. El cuarto fue Víctor Manuel Quezada, de 43 años, de quien se desconoce cómo murió.
Al llegar a La Victoria en 1983, el cura galo se ganó el respeto y admiración de las clases obreras . Era un sacerdote que se caracterizaba por defender los derechos humanos y de los trabajadores, los cuales en su mayoría eran ateos.
A través de la palabra concientizaba a los habitantes para que defendieran sus derechos y construyeran acciones pacíficas en contra del régimen.
Según Dubois, “No es suficiente afirmar que la justicia tarda, pero llega. La justicia que no se ejerce cuando corresponde, ya es injusta”. La cultura de paz que buscaba instaurar en La Victoria lo llevaron a situarse en medio de un tiroteo entre soldados y manifestantes, incluso en una ocasión se tiró al suelo para impedir la entrada de tanques y jeeps del Ejército.
De acuerdo con una nota publicada por EL UNIVERSAL en 1986, durante una jornada de movilizaciones convocada para el 4 de septiembre, se registró un enfrentamiento en el barrio de La Victoria protagonizado por el Cuerpo de Carabineros (Policía uniformada) y manifestantes opositores al régimen de Augusto Pinochet.
El saldo en aquella ocasión fue de 200 estudiantes detenidos y 3 personas heridas, entre los que destacaba un soldado de la Fuerza Aérea de Chile.
Las crónicas periodísticas describían las calles de La Victoria llenas de humeantes barricadas , mientras que miles de jóvenes se agrupaban con piedras y proyectiles en las manos, a la espera de los uniformados.
Durante el conflicto, Dubois se plantó frente a un vehículo de la policía, para impedir que confrontaran a los vecinos que ocupaban las calles. De acuerdo con las agencias informativas AFP y Reuters, el cura fue empujado por los agentes, al mismo tiempo que explotaban bombas de gas lacrimógeno y se escuchaban detonaciones de armas automáticas.
Al final, las tropas chilenas mantuvieron distancia y se apoyaron con carros blindados en puntos estratégicos. Pierre Dubois declaró ante la prensa: “Llegamos a un entendimiento, ellos no vendrán y los pobladores se mantendrán aquí adentro, sin atacarlos”.
Su compañero, el párroco André Jarlan fue asesinado en 1984, víctima de una bala perdida de los carabineros. El gobierno chileno señalaba a los manifestantes como los autores de la muerte del religioso, pero Dubois y otros testigos culpabilizaron a las fuerzas de seguridad. En su momento, el sacerdote señaló que: “La bala fue disparada por policías y atravesó el tabique de la casa de Jarlan, quien estaba leyendo la biblia”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Bárbara Azcárraga, profesora de Historia y Ciencias Sociales por la Universidad de Valparaíso, considera que Dubois era reconocido por sus feligreses como un cura obrero , caracterizado por la convicción de que ser parte de la comunidad y evangelizar con el ejemplo, servirían como herramientas transformadoras y liberadoras.
“Dejó un legado de conciencia, empatía y lucha en las calles. Su memoria es parte de una Iglesia Católica distinta a la jerarquía eclesiástica que hoy acumula una serie de abusos y delitos cometidos especialmente contra menores de edad, ya sean de carácter sexual o por trata de niños”.
Después de que Pierre Dubois falleció en 2012, a los 80 años, cada 12 de septiembre se realiza una misa para recordar su legado en Chile. Cortesía: José Ordenes.
La también especialista en Educación y Derechos Humanos por la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez, señala que a partir de 1980 se comenzó a aplicar en las poblaciones chilenas la política de rebelión popular de masas , a través de grupos como el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), el Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) y el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
Recuerda que durante la década, la organización en las poblaciones de Santiago fue muy buena, ya sea por ejemplo, a través de ollas comunes para el abastecimiento de la comunidad, así como en enfrentamientos de acción directa contra la represión de carabineros y fuerzas armadas.
La influencia católica entre la población de esta nación data del año de 1540, cuando se inició la conquista del territorio chileno por parte de las huestes españolas.
Según la Encuesta Bicentenario de la UC Adimark 2017 cifró en el 59,7% a quienes dicen profesar la religión católica. La página de la Conferencia Episcopal, en tanto, mantiene a la cantidad de adscritos a esta religión en el 74%, con 13 millones 329 mil fieles.
Sin embargo, de acuerdo con el reporte del Latinobarómetro El Papa Francisco y la religión en Chile en América Latina publicado también en 2017, Chile es el país que menos confianza tiene en la iglesia . Su cifra bajó hasta un 45%.
De acuerdo con los especialistas consultados para esta investigación, la confianza y percepción de los chilenos sobre la iglesia católica actual bajó debido a los casos de corrupción y abuso sexual contra menores registrados en los últimos años.
Pero casos como Pierre Dubois, José Aldunate y Blanca Rengifo sobreviven en la memoria colectiva chilena como activistas religiosos que a través de una cultura de paz y la teología de la liberación colocaron en la opinión pública temas como: Derechos Humanos y Desaparición Forzada.
Pierre Dubois se va de Chile
Todas estas acciones y declaraciones antes mencionadas le costaron a Dubois su salida de Chile en septiembre de 1986. Un frustrado ataque contra el general Augusto Pinoche t, en el que murieron cinco escoltas del militar, provocó que se declarara el estado de sitio en el país. Las fuerzas militares salieron a las calles y visitaron varias provincias.
La Victoria, al enterarse de la noticia, despidió a su párroco con protestas y una misa celebrada en las calles para que cualquier persona pudiera asistir. La ceremonia concluyó cuando grupos de soldados y policías irrumpieron en el sitio. A partir de su exilio, Dubois le pidió a la población tranquilizarse y no continuar con la lucha armada.
De acuerdo con el periódico chileno La Tercera , el párroco francés enfrentó su expulsión comenzando a trabajar en Europa donde creó comités de exiliados y, levantó 21 comunidades en países como Suiza, Bélgica y Francia.
Ya sin Pinochet en el poder, en 1990, el sacerdote regresó a Chile pero se le prohibió vivir en La Victoria; fue trasladado al hogar de sacerdotes de la comuna de Lo Espejo.
En 2001, el Senado chileno le otorgó la nacionalidad, lo que no estuvo exento de polémica, ya que se le había negado anteriormente, debido a los votos en contra de un sector de la cámara de senadores.
Pierre Dubois
padecía Parkinson, y en 2009 estuvo internado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica. Finalmente, falleció la mañana del 12 de septiembre de 2012 a los 80 años, producto de un paro cardiorrespiratorio.
Durante su funeral, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet describió a Dubois como “un luchador social que se levantó como símbolo de la no violencia y de la protección de los indefensos”.
Paulo Álvarez Bravo, historiador y geógrafo especialista en Antropología y Educación Popular por la Universidad Nacional de Quilmes, en entrevista con EL UNIVERSAL, explica que el fenómeno de los activistas religiosos debe abordarse desde el significado del evangelio en nuestras propias vidas. Una religión es un horizonte biológico y al mismo tiempo tiene una definición política.
“En Chile, influyó desde la década de los sesenta la teología de la liberación , corriente ideológica que surge en América Latina y que pone en el centro a las clases más desprotegidas, comunidades que a través de la toma de conciencia aspiran a alcanzar la liberación”.
Además, el también Doctorante en Arquitectura y Estudios Urbanos por la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala que tradicionalmente Chile se ha caracterizado por ser un país conservador de profunda raíz religiosa, por ello la influencia de personas como Pierre Dubois.
Fotografía del 1 de septiembre de 2009 que muestra al sacerdote francés Pierre Dubois en una pequeña parroquia de la población de Lo Sierra, Chile. EFE/Stringer
“No es por 30 pesos, es por 30 años”
A partir de las grandes movilizaciones registradas en Chile, se ha leído mucho en las calles la expresión: “No es por 30 pesos, es por 30 años”. De acuerdo con los especialistas consultados, esta frase logra sintetizar las causas del estallido social.
“Si bien los índices económicos hablaban de un país en vías de desarrollo que crecía prósperamente y que en la última década de 1990 ya había logrado ser parte del gran mercado internacional, la brecha de desigualdad social crecía de manera brutal”, señala la historiadora Bárbara Azcárraga.
La privatización de recursos naturales y el fuerte control del sector empresarial sobre derechos básicos como la salud, educación y pensiones fueron generando un descontento social.
A lo largo de 30 años, se fueron evidenciando grandes conflictos en los sectores políticos, grandes estafas al Estado por parte de las mismas instituciones de Carabineros o el Ejército; casos de corrupción entre empresas farmacéuticas y supermercados.
“Paralelamente la mayoría de la población comenzó a entrar en una espiral de deudas debido a que los sueldos no alcanzan para pagar la educación, la salud o el transporte . Comenzó a crecer un malestar. Se fueron acumulando reformas que sólo han mantenido el mismo sistema”, concluye el historiador Paulo Álvarez Bravo.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, hasta la tarde del domingo 10 de noviembre, se tienen identificadas 5 mil 629 personas detenidas y 23 fallecidas.
Detención de una manifestante por carabineros de Chile, 15 de noviembre del 2019. REUTERS/Jorge Silva.
Bárbara Azcárraga señala que tanto hoy como en los 80, los principales sectores involucrados en la lucha son los trabajadores , estudiantes y pobladores.
“La diferencia es que anteriormente los partidos y organizaciones políticas cumplían la labor de liderar los movimientos sociales , y hoy lo que está ocurriendo en Chile, es que el actual movimiento de lucha carece de un origen claro y definido, pues son diversas organizaciones sociales y civiles las que han alzado la voz frente a la crisis de representatividad de los partidos políticos”.
Una lucha que no puede entenderse sin las bases de activismo , conciencia y lucha que construyó Pierre Dubois en los barrios obreros de Chile . No se puede hablar de Derechos Humanos y Movimientos Sociales sin mencionar al cura galo que confrontó una de las dictaduras más voraces en América Latina.
Fuentes:
- Archivo y Hemeroteca de EL UNIVERSAL
- “Atacan militares a obreros del barrio La Victoria, en Chile; 200 arrestados” El Universal. (5 de septiembre de 1986)
- “Muertos y centenares de detenidos por la jornada de protesta en Chile” El Universal (28 de marzo de 1984)
- Entrevistas a Bárbara Azcárraga, profesora de Historia y Ciencias Sociales por la Universidad de Valparaíso y Paulo Álvarez, historiador y geógrafo especialista en Antropología y Educación Popular por la Universidad Nacional de Quilmes.
- “Los años de Pierre Dubois en la población La Victoria” La Tercera (28 de septiembre de 2012)
- “La historia de Pierre Dubois, el sacerdote francés que luchó por los DDHH en el Chile de Pinochet” Notimerica (29 de marzo de 2017)
- Reporte EL PAPA FRANCISCO Y LA RELIGIÓN EN CHILE Y AMÉRICA LATINA
- “Pierre Dubois, un cura francés contra pinochet” El País (1 de octubre de 2012)