La democracia mexicana presenció un cambio significativo hace 30 años. Aún aturdida por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la elección presidencial de 1994 tuvo ejercicios nunca antes vistos, como el primer debate entre candidatos al poder Ejecutivo.
Aquel 1994 tenía nueve opciones para comandar al país: Ernesto Zedillo, del PRI; Diego Fernández de Cevallos, del PAN; Cuauhtémoc Cárdenas, por PRD; Cecilia Soto, por PT; Jorge González Torres, del PVEM; Rafael Aguilar Talamantes, por PFCRN; Álvaro Pérez, del PARM; Marcela Lombardo, por PPS; y Pablo Emilio Madero, del PDM.
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Como un ejercicio para fortalecer y reivindicar la lastimada democracia mexicana, se estableció –por invitación de Zedillo y sugerido antes por Luis Donaldo Colosio– la realización de un debate presidencial con los candidatos.
Se cree que la confrontación entre Ernesto Zedillo –después electo presidente–, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos fue el primer debate mexicano, pero no fue así, se trató del segundo evento que se organizó en 1994.
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El primer debate presidencial ocurrió entre los candidatos del Partido Verde Ecologista, del Demócrata Mexicano y del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, el miércoles 11 de mayo. Sólo un día después, ahora sí, ocurrió el encuentro entre PRI-PAN-PRD.
El primer debate presidencial mexicano, ignorado
La cita entre Jorge González Torres del Verde, Pablo Emilio Madero por Partido Demócrata Mexicano y Rafael Aguilar Talamantes del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional fue a las 20 horas del 11 de mayo de 1994, en el entonces Instituto Federal Electoral.
En palabras del columnista de esta casa editorial, Héctor Delgado, “estarán esta noche tres ciudadanos en el primer debate civilizado y plural de la historia de las contiendas electorales de este país. […] Escúchelos y véalos y valórelos, […] nadie podrá engañarle”.
A pesar de ser un importante suceso para la democracia, el primer debate presidencial no se transmitió en los canales principales de televisión abierta. Televisa lo transmitió en canal 9, compitiendo contra un episodio nuevo de Mujer, Casos de la Vida Real y contra la esperada revancha entre Julio César Chávez y Frankie Randall en sistema de cable.
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El moderador fue Alfonso Maya Nava, entonces subdirector editorial de este diario, elegido unánimemente por los participantes gracias a su “quehacer profesional dedicado a la pluralidad política a través de las páginas de EL UNIVERSAL”.
En hora y media se habló de democracia, desempleo, pobreza, seguridad, educación y campo, pero desde el inicio se evidenció que Torres, Aguilar Talamantes y Madero Belden lucían nerviosos e inexpertos. Sus intervenciones se sintieron rígidas, pero no perdieron la oportunidad de reprochar al PRI-PAN-PRD por “excluirlos” del debate del 12 de mayo.
En la edición del 12 de mayo de 1994, el reconocido columnista de EL UNIVERSAL, Fidel Samaniego, no se tocó el corazón y expuso la verdadera situación del debate, considerando que “[González, Madero y Aguilar] poco hicieron para subir la temperatura en el IFE”.
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“Ninguno de los tres tiene posibilidades de ganar la Presidencia, sin embargo, son protagonistas de un momento que ya está en la historia”. Para la noche del 12 de mayo, estarían “los otros, los del otro debate”.
El debate entre partidos “punteros”, con toda la atención
A diferencia del encuentro entre PVEM, PFCRN y PDM, los grandes medios radiofónicos y televisivos cubrieron con bombo y platillo el encontronazo presidencial entre Ernesto Zedillo del PRI, Diego Fernández de Cevallos por PAN y Cuauhtémoc Cárdenas del PRD, ahora incorrectamente considerado el primer debate de la historia.
En su editorial del 12 de mayo de 1994, Pedro Peñaloza mencionó que “hoy, Cárdenas, Cevallos y Zedillo estarán frente a frente, hablando para millones de mexicanos interesados en saber qué proponen y quiénes son los tres principales candidatos a la Presidencia de la República”.
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La cita fue a las 9 de la noche, en el Museo Tecnológico de la CFE, bajo la moderación de la comunicadora Mayté Noriega.
Las reglas eran idénticas al debate del día anterior, con tres segmentos para propuestas y confrontaciones. En la primera parte tendrían 8 minutos para decir sus planes de gobierno, siguiendo con dos intervenciones por candidato –una de 5 y otra de 3 minutos–.
Para la segunda parte, se dieron otros 5 minutos para propuestas, seguidas de dos rondas de 3 minutos para precisar ideas o confrontar a sus oponentes. El cierre del debate contempló 3 minutos para mensaje final, condicionados a no interrumpir y no excederse del tiempo.
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Canal 2, 11, 13 y estaciones como MVS, Radio Fórmula, Stereo100, Antena Radio, Radio 1000 o Monitor realizaron mesas especiales para analizar el debate entre Zedillo, Cevallos y Cárdenas, ejercicio inexistente para la noche anterior, con el primer debate.
A diferencia de la confrontación del 11 de mayo, el encuentro PRI-PAN-PRD dio un buen espectáculo, en especial por Diego Fernández de Cevallos, quien se mostró dominante y agresivo contra sus adversarios. De él vinieron las acusaciones que más resonaron en el recuento del día siguiente.
Aunque hubo temas candentes en la mesa, el formato no permitió una confrontación. Sí se dijeron cosas, se incriminaron de otras tantas, pero nunca hubo un debate pleno.
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A las 10:30 de la noche, Mayté Noriega cerró el encuentro y, de frente a los televidentes, dijo “que esto haya sido y sea para ventura y concordia de todos los mexicanos”.
De acuerdo con la crónica de EL UNIVERSAL, el debate de los tres candidatos punteros fue un “teatro”, con un gran número de televidentes que incluso prefirieron ver otros programas en lugar de presenciar tan democrático ejercicio. “Para ellos, el encuentro era una ‘farsa’”.
Para fortuna o desinterés del electorado mexicano, los debates presidenciales continúan desde 1994, como un foro para exponer ideas, propuestas y confrontaciones, y una sana práctica de la democracia nacional.
Debate del 12 de mayo de 1994. Otros candidatos criticaron el encuentro entre aspirantes punteros, por utilizar el tiempo para atacarse y no hablar de proyectos políticos; Pablo Emilio Madero, del PDM, lo consideró “una discusión errática y sin secuencia lógica” y Jorge González, del PVEM, sostuvo que sólo eran “tres grandes mentirosos”. Fuente: YouTube.
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL